Cuba espera producir este año unos 10 millones de libros, en lo que parece confirmar la paulatina recuperación de una de las industrias culturales más golpeadas por la crisis económica de la presente década.
"En 1999 debemos publicar 372 títulos, la mayor cifra de los últimos nueve años", aseguró Omar González, presidente del Instituto Cubano del Libro (ICL).
Sin embargo, el titular del ICL prefiere ser muy cauteloso ante este repunte para no crear "falsas expectativas".
Especialistas locales consideran que el surgimiento de una industria del libro acorde a los cambios sociales ocurridos en el país a partir de 1959 comenzó a gestarse con la creación hace 40 años de la Imprenta Nacional de Cuba.
Fue aquella primera imprenta, integrada por los talleres de varios periódicos, la que marcó el inicio y desarrollo de un movimiento editorial que transformó la situación del libro en la isla, dicen.
Hasta la década del 50, el panorama del libro se caracterizaba por una escasa producción nacional, la ausencia de un público lector, las carencias de casas editoriales y la subestimación a los escritores, quienes debían costearse sus propias ediciones.
Pero 40 años después, la actividad editorial volvió a entrar en crisis. Con la extinción del antiguo bloque socialista europeo desaparecieron también los principales suministradores de papel y otros insumos de la poligrafía nacional.
Esta depresión impactó la obra de los intelectuales cubanos y afectó directadmente a un lector acostumbrado por casi cuatro décadas a una producción literaria que en cierta medida cubría su demanda y resultaba asequible a sus bolsillos.
Con el desplome vino el cierre de librerías, la reducción de las publicaciones periódicas, el éxodo de algunos creadores en busca de casas editoriales foráneas que publicaran sus textos y la merma de libros escolares para el sistema de educación.
A juicio de expertos, todo ello influyó negativamente en el hábito de lectura de parte importante de la población cubana, a la que también la crisis económica le impuso un ritmo de vida que pocas veces deja un espacio para leer libros.
Para revertir esta caída, las autoridades del ICL comenzaron a aplicar una política de autofinanciamiento que tratara de rescatar gradualmente la producción que en su momento de esplendor alcanzó unos 70 millones de libros.
Aparecieron entonces los títulos comercializados a altos precios o solamente en dólares en tiradas que no sobrepasan los 2.500 ejemplares y que en muchos casos no cubren la demanda ni las posibilidades económicas del lector cubano.
No obstante, el presidente del ICL considera que a pesar de sus precios actuales, unos siete pesos como promedio, el 30 por ciento de los libros que se publican en el país son subsidiados por el Estado.
En Cuba, el salario promedio de un trabajador es de un poco más de 200 pesos, mientras que en las casas de cambio oficiales un dólar se cotiza a 21 pesos.
"La manera más efectiva para bajar los precios es reducir los costos y elevar las tiradas", pero esto será un proceso gradual y no a corto plazo, dijo González.
Sin embargo, en 1998 el ICL redujo, en relación con 1997, 20 por ciento de los costos editoriales y otro tanto podría hacerse en el caso de la poligrafía.
"Hoy todos los componentes para publicar un libro son en dólares, excepto el salario de los trabajadores", dijo González. "Nosotros hacemos artesanía económica para lograr mantener un equilibrio entre los ingresos y los gastos en dólares."
No obstante, asegura que la política del ICL es la de no permitir que los esquemas de autofinanciamiento y los elementos de mercado marquen la política cultural y educacional seguida por el gobierno en las últimas cuatro décadas.
"Somos ajenos a cualquier tendencia mercantilista que pueda hipotecar el futuro cultural y social del libro", aseveró González.
En 1998 Cuba produjo unos ocho millones de ejemplares y publicó 275 títulos, casi el doble de 1993, pero descendió en la publicación de textos escolares.
"El libro en nuestro país se ha ido fortaleciendo económicamente, con excepción de los textos escolares, que son absolutamente subsidiados por el Estado", explicó González.
Para este año, el ICL espera alcanzar los 10 millones de ejemplares, sobre todo en literatura para niños, ficción y temas políticos e históricos.
"Simón, el egipcio", "La pasión según Eva", "El mundo de Sofía", "Rebeca", "Quo Vadis", "Cumbres borrascosas" son algunos de los títulos del género de ficción que el ICL proyecta editar en 1999.
Según González, estos libros se unirán a los 100 títulos más importantes publicados en el mundo en los últimos años para presentarse en la próxima Feria Internacional del Libro que se desarrollará en la isla en febrero del 2000 y que estará dedicada a Italia. (FIN/IPS/da/dg/cr/99