COLOMBIA: Informes trazan perfil de ciudadano "de fin de siglo"

En vísperas del fin del siglo XX el ciudadano olombiano promedio manifiesta tendencias al individualismo, valora más la autoridad, cree que el estudio es factor de éxito, teme a la inseguridad y ha ganado autoestima.

Tal es, a grandes rasgos, el perfil de los colombianos de hoy según dos estudios divulgados esta semana por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la agencia internacional Yankelovich, especializada en investigaciones de consumo.

Aunque tienen propósitos diferentes, las dos investigaciones muestran coincidencias sobre percepciones de adultos y niños en cuanto a su entorno social y los comportamientos que se pueden desprender de esta lectura de su realidad.

En ambos casos se trata de modelos aplicados internacionalmente que permiten comparaciones de los colombianos con personas de otros países.

La encuesta de Unicef fue realizada por el Centro Nacional de Consultoría (CNC), que entrevistó a 1.200 niños de entre 8 y 14 años en 21 grandes centros metropolitanos, ciudades intermedias y pequeños poblados.

Las preguntas pretendían saber qué tan conocedores e involucrados están los niños colombianos en los problemas sociales, políticos y económicos.

Las respuestas fueron comparadas con las de niños de Tokio, Seúl, Shanghai, Londres y Nueva York.

El modelo Monitor, de Yankelovich, basado en 1.300 entrevistas directas con 400 preguntas básicas y 138 categorías de productos y servicios como bebidas, tocador e higiene personal y víveres, se realizó por primera vez en 1996.

Este año la nueva aplicación, se hizo con entrevistas a personas de entre 17 y 60 años, de cinco de los seis estratos sociales (del dos al seis), en seis regiones geográficas con matices culturales definidos: Antioquia, Cundinamarca, Eje Cafetero, Costa Pacífica y Costa Caribe.

El principal miedo de los niños colombianos es a que su mamá no regrese a casa (88 por ciento), y después a la oscuridad que es el más frecuente en niños de otros países.

También le temen a salir a jugar al parque y a montar en bus, lo que indica los altos índices de inseguridad en las ciudades colombianas y la irracionalidad en sistema de transporte público.

Esta percepción se relaciona con la obtenida en el estudio de la Yankelovich, según la cual cada vez más los colombianos le temen a hacer actividades de noche, como, pasear, comprar, ir al centro de la ciudad, usar cajeros automáticos.

También, y a cualquier hora, a llevar más dinero en efectivo del estrictamente necesario.

En cuanto a los factores de conflicto, la mayoría de los niños consultados cree que la guerrilla y los paramilitares son el principal problema.

Para los menores, las instituciones con más credibilidad son, en su orden, la Iglesia, la Policía y el Ejército. Le siguen la televisión y la guerrilla.

Para los adultos, según los resultados de Monitor, los colombianos han aumentado su aceptación a la autoridad de la Policía, el jefe en el trabajo, los profesores en la escuela, los padres en la casa y, después, a la Iglesia y los médicos.

En general, los adultos manifiestan un creciente desánimo por la situación nacional.

La gran mayoría (89 por ciento) coincidió en que "el país está realmente en problemas serios y profundos". Hace tres años quienes pensaban así eran 74 por ciento.

Los niños parecen estar de acuerdo. Según la encuesta de Unicef, 62 por ciento cree que "el país va por mal camino".

"Aquí no se valora a la gente, las personas no comparten, no hay respeto por la vida, la situación económica está mal, hay matanzas, secuestros, desplazados", piensa Mariluz, una de las menores consultadas.

En cuanto al cambio de valores de la sociedad colombiana de los últimos años, la encuesta sobre tendencias de los actuales o posibles consumidores encontró que tener un automóvil costoso o hacer compras en almacenes de prestigio no es el principal factor de categoría social.

Para 45 por ciento de las mujeres y 42 de los hombres un factor de autorrealización es haber hecho estudios de especialización o postgrado.

Entre los niños, quienes más valoran y son estimulados a estudiar son las miembros de comunidades indígenas (59 por ciento) y los habitantes de grandes ciudades (54 por ciento).

En los dos estudios se manifiesta un ansia de retorno a la vida familiar.

Mientras lo que más esperan los niños de sus padres es que les dediquen más tiempo, los adultos dicen haber aumentado su interés por estar en familia de 34 al 49 por ciento, durante los últimos tres años.

Los niños colombianos se sientan "tan felices" como los neoyorquinos y disfrutan más que éstos de estar en casa, con respecto a los londinenses se sientes mucho má valientes (46 por ciento frente a 30 por ciento), aunque menos que los de Shanghai (50 por ciento).

El Monitor fue aplicado por primera vez en Estados Unidos y a él se le atribuye haber diagnosticado, entonces, el interés en las telas y los alimentos naturales.

En décadas posteriores la firma estadounidense a la que acuden grandes empresas multinacionales para orientar sus productos y las modalidades de mercadeo pronosticó el creciente sentimiento "antiempresa" y la "desconfianza en lo público".

En Colombia el informe es tomado como referencia por la Radio Cadena Nacional, las federaciones nacionales de cafeteros y avicultores, una de las principales empresas productoras de galletas y confites y otra de productos de aseo e higiene personal.

La confrontación de las respuestas y su análisis dio como resultado lo que Laura Reyes, directora del estudio local, define como una radiografía del comportamiento de las personas y sus motivaciones hacia determinadas situaciones, productos y marcas para "identificar anticipadamente sus decisiones y conocer las tendencias dentro de un mercado cambiante".

En cuanto a la encuesta de Unicef, la directora de comunicaciones de esa agencia de Naciones Unidas, Clara Barona de Ayerbe, cree que expresa que los niños están bastante enterados de la realidad nacional pero eso no les impide ser felices.

Hay datos sorprendentes, agrega, como que los niños colombianos disfrutan más de estar en su casa que los de Tokio o Seúl, "capitales de países más ricos que Colombia". (FIN/IPS/mig/dg/pr/99)

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