El gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colmbia (FARC) confirmaron hoy su "común voluntad" de continuar su diálogo para acordar la agenda de la anunciada negociación de paz.
Pero las partes advirtieron que el proceso emprendido "va a ser supremamente largo".
En un comunicado conjunto, dijeron que el gobierno entregó a las FARC un informe sobre el combate contra los grupos paramilitares, y los guerrilleros presentaron una segunda lista de mienbros de la fuerza pública y civiles a los que acusa de complicidad con esas organizaciones de derecha.
Las FARC suspendieron en febrero el diálogo que habían formalizado un mes antes con el gobierno para exigir un esfuerzo real de las autoridades contra los paramilitares.
El proyecto de agenda única de negociación propuesto por el gobierno a las FARC sintetiza diez puntos presentados por las partes en febrero, relativos a cuestiones de carácter económico, político y social.
Entre los temas propuestos figuran la reforma agraria, la sustitución de cultivos ilícitos de droga, la recuperación del ambiente, la lucha contra la corrupción, el fortalecimiento del Poder Judicial, la preservación de la unida nacional y la inversión en el área social.
Las dos partes acordaron una nueva reunión para este viernes y el sábado, para continuar "explorando los mecanismos" para la elaboración de la agenda conjunta de negociación y la discusión sobre los paramilitares.
La reunión de este miércoles fue positiva, porque permitió avanzar "de una manera franca, abierta y transparente" en una la reflexión de los temas de interés para las partes, declaró el comisionado presidencial para la paz, Víctor Ricardo.
El gobierno expresó a las FARC su convicción en la necesidad de la lucha contra los paramilitares "como una política de Estado", porque no hacerlo sería violatorio de la Constitución, dijo Ricardo.
Las FARC habían señalado el martes que no darían por reanudado formalmente el diálogo si no recibían "informes satisfactorios" del gobierno acerca de la lucha contra las bandas paramilitares y contra los integrantes de las Fuerzas Armadas que las respaldan.
Fabián Ramírez, comandante del Bloque Sur de las FARC, acusó al capitán Alfonso Rojas, del batallón Juanambú, destacado en el sur, de participar en el asesinato a principios de este año de 10 campesinos en los sureños departamentos de Putumayo y Caquetá.
Ramírez también aseguró que otro capitán, Víctor Angulo, y dos tenientes del Ejército, están vinculados con paramilitares de Putumayo, donde se ha desatado "una campaña de terrorismo psicológico contra civiles indefensos".
Los grupos paramilitares habrían amenazado con cometer nuevas masacres en las localidades de La Concepción, Puerto Ospina, Piña Blanca, Piña Negra, y Puerto Vega, del sur y sudeste, según el jefe guerrillero.
La lista presentada por las FARC al gobierno comprende también a siete generales que en su momento dependieron de la Primera División del Ejército, considerada vital por los militares en la recuperación de la zona de Urabá.
Urabá estuvo controlada durante 15 años por las FARC y por el Ejército Popular de Liberación (EPL), otra organización insurgente izquierdista.
"La lista publicada por las FARC presenta los nombres de los militares que más las han combatido" y que "más han impedido que relicen sus actos de secuestro, extorsión y terrorismo contra la población civil", comentó el jefe de las Fuerzas Armadas, general Fernando Tapia.
El ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda, manifestó que la lista de nombres manejada por los insurgentes es "ilegítima" y no se corresponde con la realidad.
"El Estado no va a guiar ninguna de sus decisiones por las acusaciones de la guerrilla, como se ha sugerido en algunos sectores", advirtió Lloreda.
El general Rito del Rio, un militar incluído en la lista de las FARC, fue pasado la semana última a situación de retiro y es investigado por sus presuntos nexos con grupos paramlitares.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Rafael Hernández, pidió a la comunidad no dar importancia a las denuncias de las FARC, que "con estas maniobras buscan golpear la estructura operacional del Ejército. (FIN/IPS/yf/ff/ip/99