La apariencia de Beijing es más socialista estos días, en preparación para una espectacular fiesta que marcará el 50 aniversario de la fundación de la República Popular de China, el 1 de octubre.
Está en curso una campaña del gobierno para dar a la capital una imagen que recuerde la época de la presidencia del fallecido Mao Zedong (1950-1959), instaurador del régimen comunista.
La campaña incluye la expulsión de la capital de trabajadores inmigrantes y la prohibición de cientos de carteles publicitarios de empresas y productos extranjeros en las principales avenidas, para dar lugar a una de las mayores celebraciones de la historia del país.
Para marcar el aniversario del 1 de octubre, se realizará en Beijing el primer desfile completo en 15 años, seguido por una marcha de dos horas, frente a 500.000 ciudadanos.
El presidente Jiang Zemin hablará desde la tribuna frente a la Puerta de la Paz Celestial que conduce a la Ciudad Prohibida, el antiguo palacio imperial.
En la víspera del Día Nacional, tendrá lugar una fiesta de 100.000 personas en la tristemente célebre plaza de Tiananmen, coronada por fuegos artificiales que serán apreciados por los líderes del Partido Comunista desde la Puerta.
Pero antes de estas actividades, el gobierno consideró pertinente realizar una profunda limpieza de la ciudad para garantizar que el corazón espiritual de la Nueva China, la plaza de Tiananmen y la Avenida de la Paz Eterna estén libres de mensajes comerciales.
"Para preservar la solemnidad de Tiananmen, no habrá anuncios comerciales ni nombres de empresas que puedan verse desde la Plaza y la Puerta", estableció una decisión gubernamental.
Fue en la Puerta de Tiananmen, el 1 de octubre de 1949, que Mao anunció solemnemente la fundación de la China comunista y prometió a su pueblo un brillante futuro socialista.
Pero tanto ha cambiado China en las últimas cinco décadas, que los visitantes actuales de la Puerta pueden ver desde ella brillosos carteles con nombres de empresas estadounidenses como McDonald's y Kentucky Fried Chicken.
Esos dos nombres y unos 300 letreros publicitarios serán retirados antes del aniversario, al igual que los carteles de neón y los periódicos.
Una de las víctimas más destacadas de esta limpieza hasta ahora fue un enorme cartel cercano a la Tienda de la Amistad, que durante años invitaba a los residentes de Beijing a tomar XO y prometía que con Remi Martin, "la vida será lo que usted quiera que sea".
Un portavoz de la agencia publicitaria Olympic, de Beijing, dijo que unos 60 avisos suyos fueron afectados por la "limpieza espiritual" y que sus clientes están "muy enojados" por los edictos del gobierno central.
Las nuevas normas se aplicarán estrictamente sin importar si los contratos publicitarios aún están vigentes, y el gobierno aún no decidió cuándo podrán volver a colocarse los carteles.
Paradojalmente, la campaña coincide con grandes esfuerzos de China por incorporarse a la Organización Mundial del Comercio, que obligará al país a cumplir normas mundiales en el ámbito comercial.
Pero no son sólo los brillantes logotipos de empresas extranjeras los que molestan a los funcionarios encargados de la celebración patriótica de octubre. Los trabajadores inmigrantes tampoco son bienvenidos a la fiesta.
El vicealcalde Meng Xuenong anunció que unos 300.000 trabajadores inmigrantes serán expulsados de la capital antes del 1 de octubre para garantizar el orden público y la estabilidad social durante las celebraciones.
"La policía hizo varias redadas entre nosotros desde marzo", se quejó Xiao Guo, una campesina de la provincia de Anhui que trabaja en Beijing como niñera.
"Cada noche vienen a controlar los documentos, y es difícil escapar de ellos", agregó.
La "limpieza" de la ciudad coincidirá con campañas de "embellecimiento" y "reverdecimiento".
Las autoridades municipales están ampliando los carriles de tránsito y agregando vías especiales para los ciegos. Para fines de agosto plantarán nuevos árboles y flores, remplazarán los botes de basura y eregirán fuentes y estatuas.
La plaza de Tiananmen, que ha estado cerrada por reformas por casi un año, será reabierta a fines de junio, remodelada con bloques de granito rosado.
Una vez que esté listo el sitio de la fiesta, Beijing tomará las medidas pertinentes para que la celebración sea digna de todos los visitantes nacionales y extranjeros que lleguen para el aniversario.
Por ejemplo, el vicealcalde Meng prometió que el desfile militar será de dimensiones similares al de 1984, en el 35 aniversario de la República Popular.
"El desfile incluirá armas acordes con la política de defensa de China", y "definitivamente no serán robadas de otros países", dijo, en referencia a las acusaciones de Estados Unidos de que Beijing le robó tecnología nuclear. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/mlm/ip/99