CHILE: Prolongada agonía del cardenal Raúl Silva Henríquez

El cardenal Raúl Silva Henríquez, la figura más emblemática de la Iglesia Católica de Chile, continuó sumido hoy en un coma profundo, en una agonía que podría durar semanas, según señaló su médico de cabecera.

Todo el país se mantiene a la expectativa en torno al anciano arzobispo emérito de Santiago, de 91 años, quien sobrevió ya a tres crisis respiratorias profundas después de que fuera declarado desahuciado por la ciencia médica este martes.

Silva Henríquez fue el primado de la Iglesia Católica durante los primeros 10 años de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90), legitimándose como el principal defensor de las víctimas de violaciones de los derechos humanos.

Las principales figuras públicas, encabezadas por el presidente Eduardo Frei, así como personalidades religiosas, han llegado hasta la casa de la Orden Salesiana para dar su último adiós al fundador de la Vicaría de la Solidaridad.

"Esto puede durar", dijo a las 20:00 GMT el médico Víctor Múñoz, tras señalar que pese al coma profundo que lo mantiene inconsciente, el cardenal se resiste a la muerte "con la misma fuerza" que demostró cuando dirigió la Iglesia chilena.

"Todo depende de cómo vaya transcurriendo la enfermedad", agregó Muñoz, al ser consultado sobre el plazo en que se produciría el fallecimiento del religioso, afectado por insuficiencias renales y respiratorias.

Silva Henríquez, nacido en 1907, se alimenta sólo de suero, recibe oxígeno permanentemente y se descartó su traslado a un centro médico, así como la posibilidad de mantenerlo artificialmente con vida mediante equipos especiales.

Las autoridades eclesiásticas dispusieron que sus exequias se llevarán a cabo en la catedral metropolitana, pero es probable que su agonía pueda prolongarse incluso por algunas semanas, según indicó Muñoz.

Silva Henríquez fue arzobispo de Santiago desde el 24 de junio de 1961 hasta el 1 de mayo de 1983, durante los gobiernos constitucionales de Jorge Alessandri (1958-64), Eduardo Frei Montalva (1964-70) y Salvador Allende (1970-73), y la dictadura de Pinochet.

Fue bajo el régimen de facto que este sacerdote salesiano y abogado impulsó la creación del Comité para la Paz, en octubre de 1973, y de la Vicaría de la Solidaridad el 5 de enero de 1976, para proteger a las víctimas de la represión.

Las denuncias sobre desapariciones forzadas y demás violaciones de los derechos humanos fueron una tónica de la acción eclesiática mientras Silva Henríquez estuvo al frente de la Iglesia Católica chilena, en permanente confrontación con el régimen de Pinochet.

Mientras el cardenal aguarda la muerte rodeado del afecto de los chilenos, el ex dictador permanece bajo arresto en Londres, a la espera de una resolución del ministro británico del Interior, Jack Straw, quien el día 15 puede dar curso a un proceso para extraditarlo a España.

"Esto pudo evitarse, pero no nos hicieron caso. Siempre pedimos que se respetaran los derechos humanos", dijo este miércoles el sacerdote Miguel Ortega, comentando la detención de Pinochet bajo acusaciones de crímenes contra la humanidad.

Ortega, cercano colaborador de Silva Henríquez, fue una de las personalidades religiosas que visitó al cardenal en su lecho de enfermo, al igual que el actual arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, y el Nuncio Apostólico, Piero Biggio. (FIN/IPS/ggr/ag/hd/99

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