CHILE: Multitudinarios funerales del cardenal Silva Henríquez

Una multitudinaria manifestación en pro de los derechos humanos, la verdad, la justicia y la reconciliación rodeó hoy en Chile las exequias fúnebres del cardenal Raúl Silva Henríquez.

Miles de personas se dieron cita desde la madrugada en la Catedral Metropolitana, en cuya cripta de los cardenales fueron sepultados los restos del religioso, que falleció el viernes, a los 91 años.

En el marco del último oficio ecuménico celebrado en homenaje a Silva Henríquez por el actual arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, se abrió y leyó el testamente espiritual del hombre que dirigió la iglesia chilena entre 1961 y 1983.

Tras la misa fúnebre en la catedral, el féretro fue llevado en procesión por el centro de Santiago, para recibir ante el palacio de La Moneda en homenaje final del gobierno, encabezado por el presidente Eduardo Frei.

Luego, la urna regresó a la catedral, donde culminaron las honras fúnebres realizadas durante cinco días, en los cuales este país permaneció bajo duelo nacional.

La catedral albergó en este adiós al cardenal a representantes de todos los sectores políticos y a los miembros del Congreso, que asistieron en pleno a las exequias.

Estaba también presente la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (AFDD), que funcionó durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) bajo el alero protector de la Vicaría de la Solidaridad, creada por Silva Henríquez en 1976.

El "cardenal de los pobres", como lo llamaban, recibió igualmente el adiós de la delegaciones de obreros, campesinos e indígenas, así como de habitantes de barriadas populares de Santiago.

"Suplico humildemente que se hagan todos los esfuerzos posibles e imposibles para erradicar la extrema pobreza de Chile", dice en uno de sus pasajes fundamentales el breve testamento espiritual de dos páginas que Silva Henríquez dejó al país.

El documento, redactado por el cardenal hace unos dos años, cuando advirtió el progresivo deterioro de su salud, fue mantenido en reserva hasta este lunes en manos del sacerdote Miguel Ortega, quien fuera su último secretario.

Cada párrafo del testamento comienza por una invocación de amor: a Dios, "a la Santa Iglesia", a Chile, a los pobres, los campesinos, los jóvenes y "a mis hermanos obispos y sacerdotes" para terminar con una "palabra de amor a todos".

En sus referencias a Chile, el testamento señala: "He amado intensamente a mi pas. Es un país hermoso en su geografía y en su historia. Hermoso por sus montañas y sus mares, pero mucho más hermoso por su gente".

"El pueblo chileno -continúa- es un pueblo muy noble, muy generoso y muy leal. Se merece lo mejor. A quienes tienen vocación o responsabilidad de servicio público, les pido que sirvan a Chile, en sus hombres y mujeres, con especial dedicación. Cada ciudadano debe dar lo mejor de sí para que Chile no pierda nunca su vocación de justicia y libertad".

La lectura del testamento fue recibida con una prolongada ovación en la gigantesca nave de la Catedral Metropolitana, donde se dieron cita también representantes de otros credos religiosos, el cuerpo diplomático y los altos mandos de las Fuerzas Armadas.

La mayoría de los asistentes a la misa prorrumpieron también en aplausos cuando una representante de la AFDD depositó como ofrenda una arpillera, un tapiz artesanal que simboliza el trabajo artístico y de denuncia de las víctimas de la represión.

Junto a la arpillera, un ex trabajador de la Vicaría de la Solidaridad, que cerró sus puertas en 1991, tras la restauración de la democracia, depositó un pergamino que simboliza el compromiso de Silva Henríquez con los derechos humanos.

Al despedir los restos del cardenal en nombre del gobierno, Frei dijo que Chile debe acoger los llamados que el prelado formuló reiteradamente en vida a favor de la paz y la sana convivencia, así como en pro de la verdad y la justicia.

El mandatario propuso también pedir perdón al cardenal, porque "a pesar de la lucidez de sus palabras, nunca lo supimos escuchar. ¡Cuánto dolor y sufrimiento se habrían podido evitar si hubiéramos prestado más atención a sus palabras!", dijo.

"Le pedimos perdón porque no supimos cuidar la paz y la sana convivencia entre los chilenos y porque no buscamos con afán la verdad y la justicia", agregó Frei.

Los llamados a la reconciliación en el marco de soluciones a los problemas pendientes por crímenes contra los derechos humanos se intensificaron con motivo de la muerte de Silva Henríquez.

Nunca antes una sola figura concentró tantos homenajes, como lo mostró una fotografía en que aparecen juntas las ofrendas florales enviadas por el Ejército y la Agrupación de ex Presos Políticos.

"El cardenal comenzó siendo el pastor de su grey y terminó siendo el pastor de Chile", dijo el socialista Ricardo Lagos, precandidato presidencial favorito para las elecciones de diciembre, quien añadió que el mejor homenaje que se le puede hacer es avanzar hacia una reconciliación real.

Lagos fue el personaje político más aplaudido por la multitud agolpada en los alrededores de la catedral, que increpó con gritos de "asesinos" a dirigentes derechistas y lanzó alguna silbatinas a los mandos militares.

El Ejército estuvo representado en la misa fúnebre por su comandante, el general Ricardo Izurieta, quien sucedió en el cargo hace 13 meses a Pinochet. El ex dictador está retenido desde octubre en Londres, debido al pedido de extradición que cursó España para juzgarlo por crímenes contra la humanidad. (FIN/IPS/ggr/ff/hd-ip/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe