En medio del homenaje del pueblo, fue trasladado hoy a la Catedral Metropolitana el féretro del cardenal Raúl Silva Henríquez, emblema de la defensa de los derechos humanos en Chile durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).
Miles de personas se volcaron a las calles del centro de Santiago para seguir el cortejo con la urna desde el templo de la Gratitud Nacional, donde se oficiaron las primeras misas por el religioso, fallecido este viernes a los 91 años de edad.
El gobierno decretó duelo oficial de cinco días, con las banderas a media asta en todos los edificios públicos y suspensión de las actividades oficiales, según decreto que el presidente Eduardo Frei expidió en la tarde del viernes.
El cardenal Juan Francisco Fresno, sucesor en 1983 de Silva Henríquez en el arzobispado capitalino, celebró el primer oficio religioso en la catedral, que concluyó con una homilía a cargo del sacerdote Eugenio Silva, ex secretario del fallecido prelado.
El féretro permanecerá todo el fin de semana en la catedral para que toda la población pueda rendir su último tributo al cardenal que fundó en 1976 la Vicaría de la Solidaridad, refugio protector de las víctimas de la represión dictatorial.
El lunes a las 14:00 gmt los restos de Silva Henríquez serán llevados en pregrinación por las calles céntricas de la capital, deteniéndose ante el palacio de gobierno de La Moneda para la última ceremonia de adiós, que será encabezada por el presidente Frei.
La urna volverá luego a la Catedral Metropolitana, donde se realizarán las exequias del religioso salesiano, que será sepultado en la cripta de los cardenales.
Los principales líderes políticos del país, incluyendo a la secretaria general y candidata presidencial del Partido Comunista, Gladys Marín, se hicieron presentes en el principal templo de Santiago para homenajear al cardenal.
El grito "Raúl, amigo, el pueblo está contigo", convertido en consigna desde la época dictatorial, fue coreado repetidamente por las miles de personas que se concentraron en las calles y en los alrededores de la catedral.
El cardenal falleció el viernes en la Casa de los Salesianos, en el área del sureste de Santiago, recibiendo el primer homenaje multitudinario en el trayecto de la urna hasta el templo de la Gratitud Nacional, de la misma orden sacerdotal.
La llegada hasta ese recinto religioso en la noche del viernes de las dirigentas de la Agrupación de Familiares de Detenidos- Desaparecidos (AFDD) fue recibida con una ovación por parte de los fieles.
"El cardenal Silva Henríquez fue el único que nos abrió las puertas en los primeros años de la dictadura, cuando nuestras familias eran perseguidas por la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional)", destacó Viviana Daz, vicepresidenta de la AFDD.
Los aplausos y los cánticos han sido también una tónica en los homenajes postreros a los restos del cardenal, a cuyo paso la población ha agitado pañuelos blancos y lanzado pétalos de rosas. (FIN/IPS/ggr/dg/hd-ip/99