El agravamiento de la crisis eléctrica en Chile está desatando conflictos en la coalición gobernante, mientras se desarrolla una paradojal pugna entre españoles y estadounidenses por controlar la mayor generadora del país.
La Democracia Cristiana, partido del presidente Eduardo Frei, tomó distancia del gobierno y criticó tanto la política de privatizaciones como al ministro de Energía, Oscar anderretche, en una ofensiva contra sus aliados socialistas.
En tanto, la Bolsa de Comercio de Santiago sigue convulsionada por la competencia para adquirir títulos de Endesa-Chile, la mayor generadora de electricidad del país, entre Endesa-España y el consorcio Duke Energy, de Estados Unidos.
La pugna a través de ofertas públicas de compra de acciones (OPAS) parece paradojal en esta coyuntura de crisis eléctrica que tiene a Endesa como el mayor responsable, pero se explica en el contexto estratégico de la competencia empresarial internacional.
Tanto Endesa-España, que controla ya el consorcio Enersis, del cual Endesa-Chile es filial, como Duke Energy, planean desplegar desde este país ambiciosos planes de expansión en el sector energético latinoamericano.
Para logar su objetivo, estadounidenses y españoles lanzaron millonarias campañas propagandísticas sobre las bondades de sus ofertas para conseguir que los accionistas chilenos les vendan sus títulos.
La danza de millones acentuó la reactivación bursátil, tras la recesión de 1998, y abrió expectativas en el mercado cambiario, con un repunte este martes del precio del dólar, que se recuperó de la caída de la semana anterior.
Duke pretede adquirir 60 por ciento de Endesa-Chile, para lo cual ofrece unos 60 centavos de dólar por acción, mientras a Endesa-España, como controladora de Enersis, le basta con comprar 29,7 por ciento, ofreciendo unos 70 centavos de dólar por título.
Los estadounidenses, sin embargo, compensan su oferta menor con promesas de aportes de capitalización por 2.800 millones de dólares, superiores a los 2.155 millones que prometen invertir los españoles.
La pugna debe quedar resuelta el viernes, según el plazo impuesto por la Superintendencia de Valores, que intervino para impedir que los accionistas particulares o institucionales, como las administradoras de fondos de pensiones, pudieran ser víctimas de maniobras especulativas.
Lejos del mundo bursátil, la mayoría de los chilenos soporta las consecuencias de la crisis del sector eléctrico, privatizado en 1987 por la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90) y adquirido originalmente por empresarios cercanos al régimen militar.
Este miércoles se reanudaron en Santiago cortes del suministro eléctrico de 90 minutos de duración, luego de los 60 minutos aplicados lunes y martes, y no se descarta que desde el jueves se los amplíe a dos horas.
El presidente Eduardo Frei, de gira en Europa, consiguió en Alemania el despacho urgente de una turbina para reparar la central hidroeléctrica Nehuenco, a cuya paralización se atribuye la agudización de la crisis provocada a su vez por la sequía.
Pero aun cuando se restablezca el funcionamiento de esa central, las dificultades continuarán por la negativa de los consorcios privados a adquirir energía a terceros o hacer inversiones de urgencia en plantas termoeléctricas.
El descontebto creado por los cortes de luz se revirtió en contra del gobierno de Frei, que de acuerdo a una encuesta divulgada el lunes está en su más bajo grado de popularidad desde su inicio en marzo de 1994, con sólo 45 por ciento de aprobación.
La misma encuesta mostró que el precandidato de los sectores socialistas de la gobernante Concertación por la Democracia, Ricardo Lagos, mantiene una cómoda ventaja para las primarias del 30 de mayo sobre Andrés Zaldívar, postulado por el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
La directiva del PDC criticó duramente al gobierno por la "imprevisión" ante la crisis eléctrica y exigió cambios de fondo en el marco regulatorio de las privatizaciones para evitar en el futuro privilegios como los que tienen los consorcios eléctricos.
Encabezada por el diputado Enrique Krauss, la directiva advirtió que el PDC podría negar su apoyo a los proyectos legislativos para la enajenación de las empresas sanitarias, próxima escala de las políticas privatizadoras.
Los democristianos, al mismo tiempo, apuntaron sus críticas a los ministros Landerretche, como titular de Energía, y Jaime Tohá, de Obras Públicas, ambos del Partido Socialista.
Trascendió igualmente que Krauss y sus compañeros de directiva le expresaron al ministro del Interior, Raúl Troncoso, también del PDC, su malestar por su falta de respaldo a la candidatura de Zaldívar para las primarias.
Analistas políticos dijeron este miércoles que el PDC intenta así desligarse del gobierno para recuperar posiciones en la carrera presidencial y al mismo tiempo conseguir que se identifique a los socialistas, y por derivación a Lagos, como culpables de la crisis eléctrica. (FIN/IPS/ggr/dg/ip-if/99
