Cuba redoblará sus esfuerzos esta semana para imprimir nuevos bríos a la Asociación de Estados del Caribe (AEC), único foro político del hemisferio occidental en que este país socialista participa como miembro pleno.
Aunque no se ha confirmado la asistencia del presidente Fidel Castro, es de esperar que la mayor de las islas antillanas esté representada por su jefe de Estado en la reunión cumbre de la AEC, prevista para el viernes y sábado en Santo Domingo.
La prioridad que le otorga La Habana a sus relaciones con los países del Caribe fue demostrada el pasado año con una extensa gira de Castro por Jamaica, Barbados, Granada y República Dominicana.
"La unidad del Caribe" fue el mensaje que llevó el presidente cubano a las islas vecinas como única alternativa de desarrollo.
En esa cuerda, es de esperar que La Habana apoye a una parte importante de los miembros de la AEC en su preocupación por el dictamen de la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre el régimen de la Unión Europea (UE) importación de banano.
El tema podría acaparar buena parte de las sesiones luego de que un grupo especial de la OMC dictaminó que el régimen de cuotas de la UE a sus antiguas colonias de Africa, el Caribe y el Pacífico no se ajusta a las reglas del comercio multilateral.
La AEC agrupa a 25 países de la llamada Gran Cuenca del Caribe e incluye a los latinoamericanos que se benefician con el fallo de la OMC y a pequeñas islas del Caribe que dependen exclusivamente de ese rubro.
Cualquier intento por beneficiar a las trasnacionales estadounidenses en América Latina convertiría a las economías de estos países caribeños en "economías de escombros", aseguró el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Jorge Bolaños.
Bolaños reveló la satisfacción de Cuba con el proyecto final de la Declaración de Santo Domingo que deberán suscribir los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la AEC esta semana.
El documento establece como fundamentos de la AEC el respeto por la democracia y los derechos humanos y defiende el derecho de cada pueblo a construir su sistema sociopolítico, sin interferencia de ninguna potencia extranjera, según Bolaños.
Cuba favorece la creación de inmediato de la Zona de Turismo Sustentable del Caribe y la búsqueda de mecanismos de cooperación para la lucha contra desastres naturales, puntos claves de la Declaración de Santo Domingo.
Sin embargo, Bolaños se mostró insatisfecho con el consenso finalmente alcanzado sobre una propuesta de Comunidad del Caribe (Caricom) para la declaración del Mar Caribe como una Zona Especial de las Naciones Unidas.
Ese régimen establecería una rígida protección ambiental que incluiría la eliminación del transporte por el área de energía nuclear y desechos tóxicos de cualquier naturaleza.
Antecedida de una larga controversia sobre el tema, la Declaración de Santo Domingo se limitará a deplorar la depredación del Mar Caribe y a rechazar el transporte continuo de material radioactivo y de desechos nucleares por la zona.
A eso habría que añadir el rechazo al tránsito de buques con armas nucleareas o movidos por energía nuclear y, al mismo tiempo, la defensa del uso pacífico de ese tipo de energía en sectores como la medicina, afirmó Bolaños a la prensa cubana.
Cuba es miembro fundador de la AEC, participa en el Foro del del Caribe (Cariforum), mantiene una comisión mixta con la Caricom y fue aceptada como observador en el Grupo ACP (Asia, Caribe y Pacífico).
Ante la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), de la cual está excluida por decisión de Estados Unidos, expertos estiman que para Cuba es de vida o muerte encontrar alternativas de integración en América Latina y el Caribe.
Un estudio de Tania García, investigadora hasta hace poco del Centro de Estudios de América (CEA) de la Universidad de La Habana, asegura que "para el país fortalecer su presencia en el área tiene una importancia estratégica".
De acuerdo con García, la presencia activa de Cuba en los foros caribeños contribuiría a contener la política agresiva de los Estados Unidos hacia la isla y podría garantizar los suministros de productos estratégicos como el petróleo.
Por su parte, la experta en cuestiones de seguridad hemisférica del CEA, Isabel Jaramillo, considera que "la reintegración de Cuba se irá manejando por el lado latinoamericano y caribeño a partir de los temas periféricos".
Esa integración "por los bordes" en áreas como medio ambiente, narcotráfico, lavado de dinero y desastres naturales, estará más o menos condicionada en dependencia de la coyuntura política interna y externa para Estados Unidos, según Jaramillo.
Por otra parte, el interés parece ser mutuo pues varios jefes de Estado y de gobierno y casi todos los cancilleres del área han visitado la isla en los últimos dos años buscando diversas formas de cooperación.
Fuentes empresariales con intereses en La Habana aseguran que para los países caribeños Cuba es una fuente importante de recursos humanos de alta calificación, indispensables para el desarrollo de determinados sectores de punta. (FIN/IPS/da/dg/if/99