Brasil – Un grupo de portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causa del sida, se unieron hace 10 años en Porto Alegre, en el sur de Brasil, para reclamar que se respete el derecho a la vida.
Las dificultades para obtener medicamentos y asistencia médica hizo nacer el Grupo de Apoyo y Prevención al Sida, organización no gubernamental que hoy reúne no solo a portadores de VIH, sino también a amigos de éstos, a médicos y religiosos.
La epidemia de sida, que comenzó bajo el estigma de "peste gay" (homosexual), causó el surgimiento de numerosas organizaciones de defensa de los derechos de los grupos más afectados por el mal.
Una década de sida no fué suficiente, sin embargo, para sepultar el prejuicio. El estigma persiste, así como también la violencia y los asesinatos de homosexuales y travestis, a los que se acusa de transmitir la enfermedad.
El boletín del Grupo de Apoyo y Prevención al Sida de marzo indicó, al abordar la situación de los derechos humanos en 1998, que cada tres días un homosexual es brutalmente asesinado en Brasil, víctima de la homofobia.
Amnistía Internacional, el Departamento de Estado estadounidense y la Asociación Internacional de Gays y Lésbicas han calificado a Brasil en distintos informes como campeón mundial de asesinatos de homosexuales y travestis, junto con Irán, Iraq, Sudán y Zimbabwe .
El grupo propone incluir en todos los documentos oficiales y programas de derechos humanos la defensa de la libre orientación sexual y de los derechos ciudadanos de los homosexuales, junto con los de las minorías discriminadas.
Sin eso, "la epidemia declinará, por la cura o por el tratamiento, pero los homosexuales seguirán asociados a la enfermedad, pese a toda la información disponible", advirtieron los dirigentes del grupo. ——
DERECHOS HUMANOS: Desinterés ante violencia doméstica
GINEBRA – El reconocimiento la gravedad de la violencia doméstica contra la mujer por parte de los estados contrasta con la falta de estrategias para aplicar los compromisos adquiridos, según un informe especializado de la ONU.
Muy pocos países han ido más allá de la adopción de planes de acción y programas de concientización, según la relatora especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, Radhika Coomaraswamy.
Los estados no están cumpliendo con su compromiso internacional de prevenir, investigar y enjuiciar la violencia contra la mujer en la familia, dijo Coomaraswamy ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
De todos modos, los países parecen haber aceptado que la violencia en la familia es una violación de los derechos humanos de la mujer, admitió la funcionaria.
Continúa considerándosela y tratándosela como ciudadano de segunda clase y siguen tomándose sus derechos como si fueran de rango secundario, dijo. —— (FIN/IPS/99