El ministro de Industria y Comercio de Venezuela, Gustavo Márquez, calificó de positiva la negociación "en dos frentes" de la Comunidad Andina (CAN) con el Mercosur, porque permitirá acelerar el alcance de un acuerdo.
Márquez ratificó que la nueva fórmula negociadora no modifica el objetivo final de "alcanzar un acuerdo de libre comercio entre los dos bloques" sudamericanos, que suman 311 millones de personas y un producto interno bruto de 1,2 billones de dólares.
"En eso está empeñado el esfuerzo del gobierno venezolano", remarcó el ministro.
Márquez dijo el martes pasado en rueda de prensa que los países de los dos bloques deben asumir que "el tiempo apremia" para alcanzar un acuerdo, a fin de fortalecerse mtuamente frente a otros proyectos, en especial la negociación de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
La CAN y el Mercosur (Mercado Común del Sur) fracasaron en su meta de llegar a un acuerdo preliminar de desgravación bloque a bloque antes del 31 de marzo, y los países del Mercosur se dividieron sobre como seguir adelante la negociación.
El ministro venezolano aseguró que la oferta de Brasil de negociar unilateralmente las bases de una zona de libre comercio con los cinco socios de la CAN, en un plazo de 90 días, "va a acelerar el proceso" hacia un mercado suramericano ampliado.
El gobierno de Brasilia confirmó esta semana su decisión a sus otros tres socios en el Mercosur (Argentina, Paraguay y Uruguay) y dijo que la negociación individual se debe a que la discusión en bloque "se mantenía estancada después de cuatro años".
Esta es la primera ocasión, desde la conformación del principal bloque suramericano en 1989, que uno de sus socios decide negociar separadamente con terceros países un desmantelamiento de aranceles.
Los otros tres socios del Mercosur plantearon a la CAN seguir negociando por el resto del año la extensión a todos de las preferencias bilaterales mutuas concedidas a lo largo del tiempo entre los miembros de uno y otro bloque, conocidas como el patrimonio histórico de los dos bloques.
Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela conforman la CAN, que aceptó la semana pasada las separadas ofertas provenientse del Mercosur, para salir del estacamiento de las negociaciones.
"Esto abre una negociación en dos frentes para la propia CAN", dijo Márquez.
La primera reunión de los negociadores de Brasil con los de los socios de la CAN será los días 26 y 27, y en total se ha planteado que haya cuatro rondas negociadoras antes del 30 de junio.
Antes del primer encuentro, se habrá producido ya una reunión del Mercosur, el día 20, en que Argentina y Uruguay manifestarán su contrariedad y pedirán explicaciones a Brasil por su iniciativa, según anticiparon sus negociadores comerciales.
Por su parte, los ministros de Comercio andinos se reunirán en día 16 en Lima con varios objetivos, entre los que está el coordinar sus posiciones frente a la doble negociación con el Mercosur, según anticipó Márquez este martes.
La nueva fórmula tiene de positivo el que permite superar "las evidentes asimetrias existentes" entre las economías de Argentina y Uruguay, por un lado, y de Brasil, por otro, afirmó el ministro.
"A lo mejor hace mucho más expedito el proceso de integración con el Mercosur", reflexionó, "porque debemos reconocer que la legociación sobre el patrimonio histórico se han dilatado en demasia", mientras avanza el proyecto del ALCA.
La negociación del ALCA comenzó este año y su propósito es crear una zona sin barreras arancelarias, desde Alaska a la Patagonia antes del año 2005. En la práctica, el proyecto consiste en una negociación multilateral de América Latina y el Caribe con Estados Unidos, en que también participa Canadá.
La decisión de la CAN y el Mercosur de promover una zona de libre comercio suamericana fue adoptada en diciembre de 1994, una semana después del lanzamiento de la idea del ALCA.
Pero la negociación no comenzó seriamente hasta 1997 y hace un año se decidió dividir en dos fases, una primera y preliminar que originalmente tenía que estar lista en septiembre y después se prorrogó hasta el 31 de marzo, y una segunda que debía concluir en enero próximo.
En la primera fase, el objetivo era extender las preferencias bilaterales del patrimonio histórico, pero los negociadores técnicos no lograron pactar más de la mitad de los 4.200 productos incluidos en esa parte.
Los productos sensibles en materia agrícola y automotriz se demostraron como un obstáculo insalvable y Argentina y Uruguay desestimaron la oferta andina de acordar lo ya convenido y seguir negociando la segunda fase y lo pendiente el resto del año.
La segunda fase era la negociación en sí misma de la zona de libre comercio, con sus plazos de desgravación y otras reglas, para que comenzase a operar en enero.
En estas negociaciones, Bolivia actúa en la práctica como un observador activo, porque ese país ya tiene operativa una zona de libre comercio con el Mercosur desde abril de 1997, con el permiso de sus otros socios andinos. Ese acuerdo deberá converger después con el que sea pactado por su bloque. (Fin/IPS/eg/if la/99