Los delitos sexuales en la ciudad de México, donde se comete en promedio una violación cada nueve minutos, se incrementan más de 50 por ciento durante los meses que registran las más altas temperaturas del año, de acuerdo con un estudio de la procuraduría de justicia capitalina.
La violación "es un delito psíquico que va relacionado con el clima", concluye el análisis comparativo de los registros mensuales recopilados durante los dos últimos años.
Cada día ocurren 110 ultrajes en la capital mexicana, de los cuales 90 por ciento son contra mujeres, en el caso de las víctimas adultas, mientras en los menores, 30 por ciento corresponden al sexo masculino y 70 por ciento al femenino.
De acuerdo con las estadísticas de la procuraduría, divulgadas este lunes, los delitos sexuales recurrentes son violación, estupro, hostigamiento, incesto y adulterio. En promedio, cada día son cometidos 110 ultrajes en esta ciudad.
Desde 1998 no se han registrado cambios en el número de delitos sexuales. En ese año, los ultrajes aumentaron 26 por ciento respecto a 1997.
La Dirección General de Investigación de Delitos Sexuales, creada hace tres aqos ante la presión de las organizaciones no gubernamentales (ONG), llamó la atención sobre la tendencia al aumento de dicho fenómeno, que entre abril y julio del año pasado creció 57 por ciento con respecto al mismo período de 1997.
En la capital mexicana, las más altas temperaturas se presenta entre los meses de abril y agosto, con mayor incidencia durante el período de primavera, cuando las mujeres suelen vestir con ropas más ligeras.
"El delincuente sexual no tiene climas, tiene tendencias", dijo a IPS el especialista en psiquiatría Armando Barriguete.
No obstante, "el instinto sexual de un criminal sexual encuentra mayor estímulo en el verano, cuando la gente destapa el cuerpo", añadió.
El instinto sexual "está compuesto de diversos factores, entre los cuales el visual, pero la gente normal no va más allá, mientras que la mente del criminal sexual encuentra menos impedimientos para sus actos delictivos en el verano", explicó Barriguete.
Según otros estudios, 95 por ciento de los casos de abuso sexual denunciados ante las autoridades del país queda impune y sólo 17 de cada cien mujeres ultrajadas presentan una queja formal.
Con el propósito de atacar la impunidad y el desamparo que afecta a las mujeres violadas, a finales de 1998 se fundó la ONG Yessica, que se sumó a las más de 20 que operan en México para asistir a víctimas de ataques sexuales.
El nombre de la ONG fue adoptado en memoria de una adolescente violada que se suicidó después de haber sufrido las más crueles vicisitudes sólo por haber denunciado a sus atacantes.
Las dificultades legales y psicológicas que enfrentó Yessica Díaz animaron a un grupo encabezado por su madre, María Eugenia Cáceres, a promover medidas de apoyo para quienes sufran violación y tomen la decisión de denunciar el hecho.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos considera que una víctima de violación demora al menos tres años en superar el trauma, al tiempo que para la Organización de las Naciones Unidas cada mujer pierde por una violación nueve años de "vida saludable".
La propia Dirección de Atención a Víctimas de Delitos Sexuales ha reconocido que en México no existe una política real para combatir la violencia sexual.
Analistas han señalado por su parte que las autoridades mexicanas tienden a culpar a la víctima, al considerar que son las mujeres quienes provocan a sus agresores o se prestan para ser violadas.
Estudios independientes destacan que las leyes mexicanas amparan a los presuntos violadores, quienes cuentan con nueve derechos que los amparan en caso de ser acusados, contra cinco de que disponen las víctimas.
Actualmente, en este país la violación se castiga con una condena máxima de 16 años. Cuando los españoles llegaron a América, hace cinco siglos, un violador era obligado a perforarse el pene o incluso condenado a muerte.
Un capítulo aparte en el tema lo ocupa la norteña Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, donde desde 1995 se han registrado más de cien casos de mujeres violadas y asesinadas, muchas de ellas adolescentes.
Las autoridades del estado de Chihuahua, al que pertenece Juárez, han ofrecido escasos resultados de sus pesquisas para dar con el o los responsables de las muertes masivas de mujeres, ante el descontento permanente de la población local y de las ONG que reclaman frenar la ola de muertes.(FIN/IPS/pf/dg/pr-hd/99
