/BOLETIN-DD HH/ AMERICA LATINA: Abuelas de Plaza de Mayo ante Baltasar Garzón

Representantes de la asociación argentina Abuelas de Plaza de Mayo se entrevistaron en esta capital con el juez español Baltasar Garzón y anunciaron que se constituirán en acusación particular en el proceso contra los ex dictadores de Argentina y Chile.

La presidenta de Abuelas, Estela Carlotto, y la vicepresidenta, Rosa Roisinblit, señalaron además que poseen pruebas que presentarán a Garzón, para extender la investigación a los ex dictadores de Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay, "cómplices y partícipes de la Operación Cóndor".

Por otro lado, la joven Carla Artés Company, de 23 años, una de las primeras menores "desaparecidas" y recuperada por su abuela, Matilde Rutilo Artés, anunció el martes que también se presentará como acusadora en la causa.

Carlotto y Roisinblit informaron el martes en rueda de prensa que en lo inmediato presentarán a Garzón cuatro casos que prueban la existencia del Plan Cóndor como "una operación sistemática, coordinada y multinacional, para cometer crímenes de lesa humanidad".

Ese plan, cuya creación y coordinación las Abuelas atribuyen al ex dictador chileno Augusto Pinochet, hoy preso en Londres, implicó la coordinación de los organismos represivos de las dictaduras del Cono Sur latinoamericano desde 1974.

Uno de los casos mencionados por Carlotto y Roisinblit es el de dos niños uruguayos, Anatole y Victoria Gisona, secuestrados con sus padres en Argentina, trasladados a Chile y abandonados en una plaza en la ciudad costera de Valparaíso. Sus padres nunca aparecieron.

Otro caso es el de la propia Carla Artés Company, secuestrada en Bolivia junto con su madre y su padre. Su padre nunca apareció, su madre y ella fueron entregadas por la policía boliviana al Ejército argentino.

Su madre, Graciela Artés, fue vista en un campo de concentración argentino y hasta la fecha está desaparecida.

Carla fue entregada a un agente de los servicios de inteligencia argentinos, quien la inscribió como hija propia. Su abuela, Matilde Rutilo Artés, "Sacha", investigó durante años y finalmente logró ubicar y recuperar a su nieta, que hace un mes tuvo en Madrid a su segunda hija, Anahí.

Sacha, que representa a Abuelas en España, dijo también que se han dirigido públicamente a los familiares de las víctimas de la represión en Perú, para que se pongan en contacto con la asociación y puedan aportar sus testimonios al proceso que instruye Garzón.

Las Abuelas están convencidas de que en España se hará justicia contra los ex dictadores, pero que eso no impide que en los países respectivos se continúe reclamando la aparición de los secuestrados, la recuperación de la identidad de los menores desaparecidos y unos juicios sin impunidad para los criminales.

La Cámara de los Lores de Gran Bretaña -en cuya capital Pinochet está preso desde el 16 de octubre- dictaminó que el ex dictador carece de inmunidad como ex jefe de Estado, pero añadió que sólo podrá ser juzgado por delitos cometidos después de septiembre de 1988.

En esa fecha, Gran Bretaña suscribió el convenio internacional sobre torturas y otros tormentos degradantes contra las personas.

Carlotto señaló a ese respecto que todavía hay secuestrados que continúan desaparecidos, personas secuestradas al nacer y que están en manos de sus secuestradores y otras que, recuperadas, todavía no han podido recuperar su verdadera identidad.

Todos esos hechos constituyen delitos, torturas, degradaciones, que se siguen cometiendo en la actualidad y por los que deben ser juzgados sus responsables, añadió.

Las Abuelas informaron, asimismo, que existe un sumario secreto instruyéndose ante la justicia española, para encontrar a menores recién nacidos secuestrados en el Cono Sur en la época de las dictaduras y que están en España, en poder de falsos padres.

Carlotto, Roisinblit y Sacha coincidieron en hacer un balance positivo de la actuación de la justicia en Argentina y España, no así en Chile todavía.

Este avance de la justicia lo atribuyen a la evolución de la democracia, a la perseverencia de las víctimas y sus familiares, y a la apertura de los ojos de los jueces, registrada ésta en los últimos años.

Al preguntárseles si considerarían una frustración que Gran Bretaña finalmente no concediera la extradición de Pinochet, admitieron que lo sería. Y agregaron: "de cada frustración, que hemos tenido muchas, sacamos más fuerza para seguir luchando por la verdad y la justicia". (FIN/IPS/td/ag/hd/99

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