El grosor de la capa de ozono sobre el océano Artico será cinco por ciento inferior al normal esta primavera y verano boreales, predijeron científicos del gobierno de Canadá.
Aunque el nivel del ozono en la región casi se normalizó el año pasado debido al efecto cálido del fenómeno de El Niño sobre la estratósfera, nuevamente disminuyó y se acerca al mínimo récord registrado en 1993.
Ese año, se hallaron varios "agujeros" en la capa protectora y se registró una reducción de 7,2 por ciento respecto del nivel normal. Se consideran normales los niveles registrados antes de 1980, cuando el adelgazamiento era insignificante.
Para este verano se prevé una reducción de hasta cinco por ciento, pero los científicos señalan que sus predicciones se basan en promedios y que habrá variaciones diarias.
El clima reinante esta primavera en la región del Artico impidió que la situación se agravara, señaló David Wardle, científico ambientalista del gobierno de Canadá.
Grandes áreas de alta presión destruyen el ozono que fluye de los trópicos hacia las zonas polares, pero este año eso no ocurrió, explicó Wardle.
"Sin embargo, el nivel de ozono comenzó bajo este año, y disminuirá aún más", advirtió.
El bajo nivel de ozono podría crear agujeros en la capa que protege a nuestro planeta de los rayos ultravioletas del sol, causantes de cáncer en los seres humanos y perjudicial para la vida marina.
Wardle opinó que la reducción del ozono sobre el Artico podría enlentecerse o revertirse debido a la disminución del uso de clorofluorocarbonos (CFC), pero teme que este logro sea arruinado por la producción de gases halones, usados principalmente en extinguidores de fuego.
La Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth, con sede en Australia, anunció en marzo que las emisiones mundiales de un halón son 50 por ciento superiores a lo que se pensaba anteriormente.
El halón 1211 (bromoclorodifluorometano), usado como retardador del fuego, tiene un potencial destructor del ozono tres veces superior al del CFC.
Otros dos halones, el 2402 y el 1301, son aún más destructivos, pero raramente se usan. En conjunto, los halones son responsables actualmente por 20 por ciento de la reducción de la capa de ozono.
La producción de halones disminuyó en la mayoría de los países, excepto en China.
Wardle destacó que en el hemisferio norte se realizan menos estudios que en el sur sobre los efectos perjudiciales de los rayos ultravioletas porque, debido a sus inviernos más benevolentes, el Artico tiene un nivel de ozono superior al de la Antártida.
"Pero temo que el pláncton y los peces de la capa superficial del Artico están en riesgo por este problema", dijo. "La gente puede tomar medidas para protegerse, pero los animales no", agregó.
Tras varios años de reducir los fondos para las investigaciones científicas en el Artico, el gobierno de Canadá los aumentó en un millón de dólares.
Los científicos sostienen que el gobierno tomó esta medida para impedir la dominación de Estados Unidos en la investigación polar.
"Los nuevos fondos son una noticia muy buena, pero es increíble que la investigación canadiense en el Norte casi haya desaparecido antes de que pudiéramos recomenzar", manifestó Tom Hutchison, biólogo de la Universidad de Trent, Ontario. (FIN/IPS/tra-en/mb/mk/mlm/en/99