(Arte y Cultura) ESTADOS UNIDOS: Gitanos europeos pasean su variada cultura

La última década fue brutal para los 10 millones de gitanos de lengua romaní, oriundos de Europa Central, debido a las intimidaciones y expulsiones en Hungría, Rumania, la ex Checoslovaquia y Yugoslavia.

Ha sido así durante 900 años, porque la historia de los romaníes originales consistió en constantes migraciones y expulsiones, desde la huida de las tribus desde India en el siglo XI hasta las persecuciones en Kosovo de la actualidad.

Ian Hancock, representante del pueblo romaní en la Organización de las Naciones Unidas, dijo que los romaníes europeos, "que eran mantenidos como esclavos en los Balcanes y en otras partes, consiguieron trasladarse al resto del continente y alcanzar todos los rincones de Europa en el siglo XVI".

Como resultado de esa dispersión, "emergieron como una colección de distintos grupos étnicos".

Los romaníes se dispersaron desde India y Rusia a través de Europa y Estados Unidos, propagando una cultura que asimiló diversas tradiciones nacionales.

Ahora la "Gypsy Caravan" (Caravana Gitana) está realizando una gira por Estados Unidos, en la que intervienen seis conjuntos que revelan la inmensa contribución de los romaníes a la música y las danzas de Europa y Asia.

Los conjuntos que integran la gira -Musafir, de la provincia india de Rajastán, el trío ruso Kolpakov, la banda Taraks de Haidouks de Rumania, los búlgaros de Yuri Yunakov, los húngaros de Kalyi Jag, y el flamenco español de Antonio el Pipa- muestran distintas modalidades de danzas, percusión y canto.

En música y danza se destaca el khattak de Mousafir como un primo lejano del baile flamenco de Antonio el Pipa, mientras el conjunto de jazz de Taral de Haidouks contrasta claramente con las melodías populares típicas de Kalyji Jag.

"Contrariamente al concepto popular, no existe una escala musical gitana", señaló Carol Silverman, profesora de estudios romaníes en la Universidad de Oregon, quien se unió a la caravana para cantar con el conjunto Yunakov.

"Quizás haya elementos estilísticos y de ejecución comunes a todos los romaníes europeos, como la propensión a improvisar, la intensidad de la expresión emotiva y la apertura a nuevas formas", indicó.

Silverman apuntó que a menudo los romaníes fueron tildados de "esponjas musicales", pero afirmó que habían hecho mucho más que absorber simplemente tradiciones locales.

"En muchas ciudades se realizan festivales culturales romaníes y en todos ellos la música tiene un papel importantísimo, porque destaca la adaptabilidad creativa de los roma a pesar de siglos de discriminación", dijo.

Tres miembros del conjunto del saxofonista Yuri Yunakov fueron encarcelados por la policía búlgara en los años 80 durante una campaña xenófoba realizada en ese país.

El Trío Kolpakov actuó en el teatro romaní de Moscú, creado en 1931 para preservar esa cultura, pero desde 1936 las presentaciones debieron hacerse en ruso como parte del programa de "rusificación" impuesto por el dictador soviético José Stalin.

Como resultado, su música fue un compromiso entre tradición y tendencias políticas.

No obstante, todos los grupos muestran gran respeto por su legado cultural, desde las canciones épicas de Taraf de Haidouks sobre brigantes hasta las melodías langa de Mousafir, que pintan la vida en Rajastán.

Cuando la caravana actuó este mes en el Instituto Mundial de Música en Nueva York, todos combinaron sus estilos en un solo grupo, en el cual la danza flamenca de Antonio el Pipa se fundió con la bailarina Sayeri Sapena de Musafir, mientras los violines de Taraf de Haidouk se unieron a las mandolinas de Kalyi Jag. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ego-dg/cr/99

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