La deuda externa de Argentina, que creció 127 por ciento desde 1991, cuando se adoptó el plan de estabilidad, preocupa cada día más a expertos, inversores y candidatos a integrar el gobierno luego de las elecciones de octubre.
Los últimos datos divulgados por el Ministerio de Economía señalan que la deuda en moneda extranjera de este país alcanzó a 139.317 millones de dólares.
Roberto Lavagna, de la consultora Ecolatina, explicó a IPS que el tema de la deuda es "muy preocupante" por el impacto de los servicios sobre el presupuesto nacional y la deteriorada capacidad de pago del país.
El endeudamiento acumulado, que creció al mismo tiempo que Argentina abandonaba la cultura de la emisión monetaria para cubrir el desequilibrio fiscal, es también considerado "altamente preocupante" por José Luis Machinea, de la Alianza de oposición.
Machinea, uno de los principales candidatos a ministro de Economía en caso de que la Alianza gane las elecciones en octubre, señaló que la deuda es una "pesada herencia" que dejará el gobierno de Carlos Menem.
Pese a que el gobierno insiste en que el nivel de la deuda es "manejable" en relación al producto interno bruto, diversos expertos sostienen que el problema se aprecia cuando se compara con la caída del ingreso de divisas por concepto de ventas externas.
Argentina, cuya deuda con el exterior representa 40 por ciento de su producción bruta interna, al igual que los casos de Brasil y México, está ubicada, sin embargo, entre los 15 países de mercado emergente de peor relación deuda-exportaciones, según un informe del semanario británico The Economist.
Lavagna precisó que para pagar una deuda denominada en dólares se deben generar divisas, pero hoy la vía para obtenerlas está en crisis.
"La deuda crece como una bola de nieve, por lo cual se debe equilibrar el balance de pagos para frenarla", recomendó.
Las ventas externas de Argentina están en retroceso desde 1998, como consecuencia de la crisis financiera nacida en el sudeste de Asia y la caída de precios internacionales de los productos básicos.
A ello se agregó en enero la depreciación del real, lo que hizo perder competencia a los productos argentinos en Brasil, su principal mercado.
Lavagna también indicó que el servicio de la deuda es una pesada carga para el Estado, ya que es "el segundo rubro de gastos del presupuesto, con 16 por ciento, sólo superado por el correspondiente a jubilaciones y por encima del destinado a sueldos de los funcionarios y compras del Estado".
En la misma línea de razonamiento se ubicó el economista Daniel Marx, ex funcionario del gobierno de Menem y ahora analista de la consultora Merchant Bankers, quien sostuvo que más que el capital, lo preocupante de la deuda es el apremio de los intereses y gastos.
"Los servicios son un tema complejo porque para el 2000 ya sumarán 8.500 millones de dólares" al año, en un marco general en el que predominan la desconfianza de los acreedores y el consecuente encarecimiento de los costos de endeudamiento.
Carlos Pérez, de la Fundación Capital, señaló que la deuda es "peligrosamente alta" respecto de las exportaciones, debido a la escasa competitividad de los productos argentinos, y no tanto por la caída circunstancial de los precios.
"No creo que la situación se revierta en el corto plazo", advirtió Pérez.
Según un estudio realizado por el semanario El Economista, de Buenos Aires, se necesitarían cinco años de exportaciones para reunir el monto requerido para cancelar la deuda externa.
El economista Ricardo López Murphy, de la opositora Unión Civica Radical, que integra la Alianza junto al Frente País Solidiario, dijo también que el crecimiento de la deuda le preocupa y criticó al gobierno por utilizar el endeudamiento para equilibrar el déficit fiscal.
Por su parte, el economista jefe para América Latina de ING Barings, Arturo Porzecanski, consideró que el país está "sobreendeudado" y recomendó reducir su deuda externa o aumentar el ahorro interno.
"Hay una excesiva dependencia de la entrada de capital y el nivel de ahorro interno es bajo", advirtió Porzecanski, que coincidió con sus colegas respecto de la brecha entre deuda y exportaciones. (FIN/IPS/mv/dm/if/99