El Gobierno de Argentina admitió hoy ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) que la economía caerá 2,5 por ciento este año, confirmando así las predicciones de recesión para el final de la gestión de Carlos Menem.
El ministro de Economía Roque Fernández, reconoció que el producto caerá y que crecerá el déficit público. En base a estas nuevas condiciones fue renovado el acuerdo de facilidades extendidas que el FMI concedió a Argentina en 1998.
El gobierno sostuvo en diciembre que el producto crecería 4,8 por ciento este año, aunque luego corrigió a la baja su pronóstico, y poco antes del arribo de los auditores enviados por el FMI realizó una segunda revisión, para aceptar que el índice será negativo.
Las autoridades anunciaron entonces una caída de la actividad de 1,5 por ciento, y ahora reconocieron que será mayor.
El nuevo dato es producto de las deliberaciones entre funcionarios del Ministerio de Economía y representantes del organismo multilateral, que este lunes culminaron su misión, orientada a renegociar un acuerdo de facilidades extendidas.
Los economistas del Fondo aceptaron un déficit fiscal para este año de 5.000 millones de dólares, frente a los 2.950 millones anunciados en diciembre, y aconsejaron recortar 1.500 millones de dólares a un gasto previsto de 50.000 millones.
Pero también señalaron el deterioro del sector externo, el aumento del endeudamiento y el desequilibrio comercial producto de la devaluación del real en Brasil, un hecho que puso en evidencia la necesidad de mejorar el tipo de cambio en Argentina.
Los economistas Teresa Ter Minassián y Tomás Reichman, del FMI, advirtieron también que el producto interno bruto no caerá sólo 1,5 por ciento, como había pronosticado el gobierno, sino 2,5 por ciento, una proyección más cercana al tres por ciento de algunas consultoras privadas.
La economía argentina, que sufrió un fuerte retroceso en 1995 a causa de la devaluación mexicana, se recuperó en 1996. El producto creció 8,6 por ciento en 1997 y 4,2 en 1998. La desaceleración comenzó en el cuatro trimestre del último año.
Luego de la devaluación del rublo y la declaración unilateral de moratoria en Rusia, y la crisis que derivó en la devaluación del real en Brasil, la recesión se anunció en Argentina por el cierre de fábricas y el despido de trabajadores.
El cuadro negativo se completó con el desplome de los productos agrícolas, principal rubro de exportación de Argentina. Los precios de los granos y las oleaginosas cayeron en promedio 30 por ciento el último año.
Los economistas más optimistas creen que en los últimos meses de 1999 la economía podría manifestar los primeros signos de reactivación. En octubre se celebrarán elecciones presidenciales y Menem termina su mandato en diciembre.
Durante la auditoría, la delegación del FMI se reunió con representantes de la Alianza de oposición, favorita a ganar los comicios presidenciales, a fin de intercambiar opiniones respecto del futuro cercano. (FIN/IPS/mv/ff/if/99