La última teoría sobre el más grave accidente nuclear de la historia, ocurrido en Ucrania hace hoy 13 años, lo atribuye a un microterremoto justo debajo del reactor atómico destruido.
El 26 de abril de 1986, explotó el cuarto reactor de la central nuclear ucraniana de Chernobyl, provocando una grave contaminación que afectó grandes partes de Ucrania, Belarús y Rusia.
Un leve movimiento de tierra pudo ser suficiente para destruir el reactor, sostuvo Yevgeny Barkovsky, del Instituto de Física Terrestre de Rusia, quien citó datos de sismógrafos del área de Chernobyl.
Los gerentes de la planta habían reportado movimientos menores cerca de la central en la víspera de la explosión, pero la información se mantuvo en secreto hasta hace poco por razones desconocidas, reveló Barkovsky.
Sin embargo, otros expertos rechazan esta teoría.
Hubo muchas especulaciones sobre el desastre de Chernobyl, pero la mayoría carecen de sustancia, dijo a IPS Spartak Belyayev, director del Instituto de Física General.
Belbayev, quien investigó el accidente durante más de una década, sostuvo que la planta de Chernobyl estaba diseñada para resistir fuertes terremotos, y por eso rechaza la teoría de Barkovsky.
Independientemente de quién tenga la razón, lo cierto es que las autoridades de Ucrania y Rusia todavía deben hacer frente a las trágicas consecuencias del desastre.
Las enfermedades causadas por emisiones radiactivas afectan a un creciente número de personas. Por ejemplo, los casos de cáncer de tiroides se multiplicaron por 10 desde el accidente, informó Olha Bobyleva, viceministra de Salud de Ucrania.
Además, los rusos que hicieron frente a las consecuencias del desastre (bomberos, médicos, enfermeras, soldados y policías) también resultaron gravemente afectados.
De los 200.000 rusos que participaron del rescate, la limpieza y otras operaciones posteriores a la explosión, 10.000 murieron y 40.000 están discapacitados, informó Byacheslav Grishin, presidente del Fondo del Sindicato de Chernobyl.
Unos 80.000 antiguos trabajadores rusos de la planta constituyen el grupo de más alto riesgo, destacó Nelly Meckikh, experta del Ministerio de Salud de Rusia. Un tercio de ellos están gravemente discapacitados, y la mortandad por cáncer en el grupo es cinco veces superior al índice normal, agregó.
Unos 56.000 kilómetros cuadrados de suelo ruso, habitados por tres millones de personas, resultaron contaminados.
Mientras, la central de Chernobyl todavía presenta un riesgo considerable, ya que el "sarcófago" de acero y cemento que encierra al cuarto reactor se está agrietando, y al romperse podría lanzar al aire hasta dos toneladas de polvo altamente radiactivo.
El sarcófago requirió 400.000 metros cúbicos de cemento y 7.000 toneladas de acero, recordó Nikolai Ryzhkov, primer ministro soviético en 1986. Admitió además que los obreros sacrificaron su vida en la misión, porque de 4.000 sólo cerca de 1.000 quedan vivos.
Grishin denunció que, mientras se construía la estructura, las autoridades intencionalmente subestimaron los niveles de radiación, lo que constituye una grave violación a los derechos humanos.
La construcción de un nuevo sarcófago podría costar miles de millones de dólares.
Además, la Asociación Mundial de Operadores Nucleares afirmó que el reactor número tres de Chernobyl, clausurado tras la explosión, está en muy malas condiciones.
De los cuatro reactores originales de la central, sólo el tercero podría reactivarse y las autoridades ucranianas amenazan cada tanto con ponerlo en funcionamiento nuevamente, arguyendo escasez de energía en la segunda mayor república ex soviética.
Ucrania prometió a donantes occidentales, incluido el Grupo de los Siete, que cerrará toda la planta de Chernobyl para el año 2000 a cambio de fondos para proyectos alternativos de energía.
Actualmente, los cuatro reactores de la central están inactivos. El primero fue clausurado en 1977, el segundo en 1991 tras un incendio, y el cuarto fue el del gran desastre. En teoría, el tercero podría funcionar, pero graves preocupaciones de seguridad demoraron su reactivación.
En noviembre de 1997, Ucrania y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo firmaron un acuerdo sobre la forma de recaudación de los 750 millones de dólares necesarios para reparar el sarcófago construido tras el accidente de 1986.
Sin embargo, hasta ahora sólo se recaudó la mitad de los fondos necesarios.
El gobierno de Ucrania también procura 1.200 millones de dólares para finalizar dos nuevos reactores nucleares en las centrales de Rivne y Jmelnytsky, en la parte occidental del país, supuestamente para sustituir la capacidad perdida en Chernobyl. (FIN/IPS/tra-en/sb/ak/mlm/en/99