YUGOSLAVIA: Rusia, entre la retórica y el apoyo activo a Belgrado

Rusia se opone al ataque de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia, pero pocos en este país quieren que esa oposición trascienda el plano de las palabras y se exprese en apoyo militar a Belgrado.

"Ayer fue Iraq, hoy es Yugoslavia, mañana será Rusia", advirtieron este viernes en Moscú políticos y manifestantes, mientras la OTAN bombardeaba por tercer día consecutivo a Yugoslavia.

Los aviones de guerra de la OTAN apenas habían iniciado su ofensiva el miércoles cuando los manifestantes ya estaban reunidos frente a la embajada estadounidense en Moscú para lanzar consignas contra la acción de la alianza atlántica y arrojar botellas, piedras y huevos antes de que la policía los dispersara.

Los círculos políticos pronto se hicieron eco de la reacción espontánea contra el intento de las potencias occidentales de obligar a Yugoslavia a firmar un acuerdo de paz que permitiría la presencia de fuerzas de la OTAN en la separatista provincia serbia de Kosovo.

Los nacionalistas propusieron que Yugoslavia se incorpore a un pacto de defensa de antiguas repúblicas soviéticas para contrarrestar la amenaza de la OTAN.

Los seguidores del ultranacionalista Vladimir Zhirinovsky instalaron centros por todo el país para reclutar voluntarios que ayuden a defender a Yugoslavia.

Pero analistas políticos advirtieron que Rusia pagó un precio demasiado alto, con una revolución y una desastrosa guerra civil, por su respaldo incondicional a Serbia cuando estalló la primera guerra mundial.

Rusia no puede hacer equilibrio en otra cuerda floja balcánica, y parece desmedido que Moscú califique de "agresores" a sus socios occidentales mientras les pide ayuda financiera y alimentaria, agregaron.

Este país no puede darse el lujo de optar por el aislamiento y el enfrentamiento con Occidente, dijo el gobernador de la región rusa de Samara, Konstantin Titov, en una entrevista por televisión.

Moscú debe ayudar a Yugoslavia empleando presión política, según 31 por ciento de los 5.000 personas entrevistadas en una encuesta. Sólo ocho por ciento se pronunciaron por la participación activa del país en el conflicto, mientras 29 por ciento propusieron entregar armas a Yugoslavia.

Trece por ciento de los encuestados respondieron que Moscú debe invitar a Yugoslavia a unirse a la Federación Rusa, y 16 por ciento, que no debe hacer nada.

Rusia no es la superpotencia que fue la Unión Soviética, pero conserva miles de cabezas nucleares y el aumento del sentimiento antioccidental sería más peligroso para la estabilidad mundial que el desastre humanitario de Kosovo.

Pero los analistas concuerdan en que Moscú recurrirá en lo posible a la retórica contra la OTAN y no a los hechos.

El presidente Boris Yeltsin se refirió a la posibilidad de "medidas de naturaleza militar", aunque puntualizó que los rusos están "moralmente por encima de los estadounidenses", y descartó toda "medida extrema".

Ministros de Defensa de la Comunidad de Estados Independientes, conformada por las repúblicas ex soviéticas, se reunieron en Moscú, en el que fue cuartel general del ya disuelto Pacto de Varsovia, para aprobar una declaración de condena de la acción de la OTAN, propuesta por el representante de Belarus, Alexander Chumakov.

Los líderes de 12 repúblicas ex soviéticas discutirán el 12 de abril en la capital rusa la crisis de Kosovo, una reunión cumbre que fue repetidamente aplazada a causa de los problemas de salud de Yeltsin.

Rusia presentó al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución para exigir el inmediato cese de la ofensiva militar contra Yugoslavia, aunque se sabía de antemano que la moción sería rechazada.

Moscú y Beijing expresaron por separado su condena de los ataques de la OTAN, pues no lograron ponerse de acuerdo para emitir una declaración común.

El primer ministro ruso Yevgeny Primakov propuso en diciembre la concertación política entre su país, China e India para asegurar la estabilidad de una vasta región, desde los Urales hasta el Indico y el Mar de China Meridional.

"Mucho depende en la región de las políticas de China, Rusia e India. Sería muy bueno si lográramos crear un triángulo estratégico", dijo Primakov.

China desestimó la iniciativa, pese a que previamente había criticado la ampliación de la OTAN hacia Europa oriental, advirtiendo que sólo puede debilitar la estabilidad regional y global.

Los analistas arguyen que el gran realineamiento internacional de fuerzas que entraña la iniciativa de Primakov está aún muy lejos, debido en especial a diferencias entre China e India.

Además, el eventual "triángulo estratégico" no respondió de modo coordinado a la campaña de la OTAN contra Yugoslavia.

Las incursiones aéreas, no obstante, pueden tener impacto en la política interna de Rusia. El líder comunista Gennady Zyuganov observó que el debate parlamentario sobre el tratado START II, de reducción de armas estratégicas, no tiene sentido tras el ataque de la OTAN a Yugoslavia.

La Duma (cámara de diputados) estaba lista la semana última para comenzar el diferido debate de ratifación del START II.

Primakov ha declarado que Rusia tiene la intención de mantener su inserción en la economía internacional, pero también llamó a la "movilización de recursos internos".

La estrategia consiste aparentemente en revitalizar el mercado interno, mediante el apoyo a la industria y la disminución de la dependencia del comercio y el crédito internacionales, afirmaron los analistas. (FIN/IPS/tra-en/sb/mk/aq-ff/99

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