El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) rechazó hoy por 12 votos contra tres una propuesta de Rusia para exigir el cese del ataque de la OTAN contra objetivos militares en Yugoslavia.
De los 15 países miembros, sólo Namibia votó junto a Rusia y China, dos de los cinco miembros permanentes con derecho de veto en el Consejo, para exigir "el cese inmediato del uso de la fuerza contra la República Federal de Yugoslavia", y el retorno a las negociaciones diplomáticas.
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, los otros miembros permanentes del Consejo, tuvieron el apoyo de los integrantes de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), como Canadá y Holanda, y de estados musulmanes como Bahrein y Malasia en su oposición a la propuesta rusa.
Para algunos integrantes de la ONU, el voto del Consejo fue una expresión implícita de apoyo al ataque contra Yugoslavia, que comenzó el miércoles y continuaba este viernes con el fin de obligar a Belgrado a cesar su ofensiva contra la mayoría de origen étnico albanés de la separatista provincia de Kosovo.
El embajador estadounidense Peter Burleigh, encantado por el apoyo concedido a la acción de la OTAN, argumentó que la alianza militar actuó correctamente, aunque no obtuvo la aprobación expresa del Consejo de Seguridad.
"Las acciones de la OTAN están completamente justificadas. Son necesarias para detener la violencia", desatada por las fuerzas del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic contra el movimiento separatista de Kosovo, aseguró Burleigh.
"Al rechazar el acuerdo de paz, Belgrado eligió el camino de la guerra", añadió.
Pero el embajador ruso Sergey Lavrov insistió que el debate en el Consejo no se trató de la aceptación de las acciones de Belgrado, sino de la "legalidad y la ilegalidad" del uso de la fuerza de la OTAN sin la autoridad expresa del organismo de la ONU.
"Nuestros peores temores se están realizando ahora", declaró Lavrov mientras comenzaban los bombardeos en este tercer día del ataque de la OTAN.
La ofensiva de la OTAN es ilegal y transmitió el "virus de la anarquía" a los asuntos internacionales al conceder el papel central al poder de unas pocas naciones, y no a la ONU, afirmó.
La iniciativa rusa se basaba en los capítulos siete y ocho de la carta de la ONU, por los cuales le corresponde al Consejo de Seguridad la autorización del uso de la fuerza, a través de las fuerzas del foro mundial o de grupos de países.
Esa opinión es apoyada en parte por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien sostuvo que el "Consejo debe participar en toda decisión que recurra al uso de la fuerza".
Algunos diplomáticos defienden el uso de la fuerza en este caso, sobre todo porque el Consejo de Seguridad adoptó tres resoluciones en 1998 que exigían el cese de los ataques de Belgrado contra Kosovo, y todas invocaban el capítulo siete que justifica el uso de la fuerza.
La "masiva ofensiva militar" de Yugoslavia violó esas resoluciones, sostuvo el embajador esloveno Danilo Turk.
En el pasado, el Consejo permitió el uso de medios militares a grupos regionales para resolver crisis en las que la ONU no está involucrada, agregó. "El Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad primaria, pero no exclusiva, de mantener la paz y la seguridad", afirmó.
El voto dividido en el Consejo dejó al descubierto un problema fundamental. Ni los opositores de Yugoslavia ni sus ocasionales aliados pueden garantizar la aprobación o el rechazo al ataque de la OTAN.
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, todos importantes miembros de la OTAN, pueden vetar cualquier crítica a los ataques, mientras los otros miembros permanentes, China y Rusia, pueden vetar toda iniciativa para justificarlos.
Para algunos países, la falta de resolución del Consejo de Seguridad habilitó el camino para la acción de la OTAN.
El embajador canadiense Robert Fowler argumentó que "miles murieron y cientos de miles quedaron sin hogar" en Kosovo, situación que no se puede permitir que continúe, exhortó.
Muchos países musulmanes se muestran divididos al respecto. Algunos diplomáticos temen que se establezca un precedente de acción unilateral, aunque apoyan la ofensiva para proteger a la gran población musulmana de Kosovo.
Pero a otras delegaciones también les preocupan los principios que representan las acciones de la OTAN.
"El Consejo de Seguridad acaba de perder, mediante este voto vergonzoso, una oportunidad histórica. Vivimos en una época vergonzosa, en que se viola la legalidad internacional", declaró el embajador cubano Bruno Rodríguez.
Si el Consejo de Seguridad no puede enfrentarse a los bombardeos de la OTAN, entonces las reglas de la ONU serán sometidas a "interpretaciones caprichosas y gruesas manipulaciones", advirtió Rodríguez. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/99