Embarcada sin entusiasmo en una guerra colectiva contra la vecina Yugoslavia, Italia se pregunta hoy lo mismo que muchos otros europeos: qué ocurrirá cuando terminen los ataques aéreos.
Hasta ahora, la única respuesta a esa pregunta fundamental es que si el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, no claudica, a las bombas actuales seguirán más bombas. Como en Iraq.
La afirmación provino de un perplejo presidente norteamericano, Bill Clinton, ante la preocupación del primer ministro italiano, Massimo D'Alema, a principios de marzo, cuando se planificaba el ataque.
Walter Veltroni, líder del gobernante partido Democrático de Izquierda (PDS), propuso que tras los bombardeos se debe organizar una conferencia internacional de paz, mientras Romano Prodi, ex Primer Ministro y ahora presidente designado de la Comisión Europea, sugirió rediseñar el mapa de los Balcanes.
Diversos analistas y políticos italianos han puesto en tela de jnucio la legalidad del ataque, aún dentro del marco de la OTAN, cuyo estatuto no contempla operaciones ofensivas contra estados soberanos, a menos que exista una agresión.
El ataque, así como los bombardeos en Bosnia en 1995, se estarían fundamentando en una interpretación ultraliberal del Artículo 5 del Estatuto de la OTAN, que establece la obligación de la alianza de responder colectivamente a una agresión contra cualquiera de sus integrantes.
La participación italiana aparentemente violaría también la Constitución de la post-guerra, que prohibe expresamente las acciones bélicas ofensivas.
Mientras tanto, en Kosovo, una masa de civiles desesperados busca refugio en alguna parte, sin encontrarlo: las organizaciones de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas también abandonaron la provincia, epicentro de la actual crisis balcánica.
Mas de 450 mil civiles, o casi un cuarto de la población de Kosovo, han debido abandonar sus hogares a causa de la violencia en la región, habitada en su mayoría por ciudadanos de etnia albanesa.
Entre los desplazados y refugiados figuran tambien unos 40 mil serbios, o casi 25 por ciento de la población serbia de la provincia.
Tras la reapertura de la frontera macedonia, grandes grupos de fugitivos cruzaron la frontera de la ex república yugoslava, donde reciben un status temporal (tres meses) de refugiados.
En la región de Pristina, capital de Kosovo, quedó apenas funcionando la organización no gubernamental Madre Teresa, distribuyendo alimentos previamente almacenados, que "alcanzan para pocos días", según informó una portavoz del Alto Comisonado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
El gobierno de centroizquierda italiano deberá responder una avalancha de preguntas desde su propio bando, este viernes en el Senado, cuando se discuta la participación italiana en la guerra desatada este miércoles por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El Partido de los Comunistas Italianos (PDCI), miembro de la coalición de gobierno, propuso una moción para que Italia se retire de las acciones militares, con excepción del uso de las bases aéreas de la OTAN.
El presidente del partido, Armando Cosutta, anunció que los tres ministros comunistas se retirarían del gobierno si Italia se ve involucrada en acciones militares directas.
También el ala izquierda del PDS, asi como el cogobernante partido de los Verdes manifestaron oposición a la participación italiana.
En Francia, el ministro del Interior, Jean Pierre Chevènement expresó su disenso por la participación francesa en la acción, decidida por el presidente, Jacques Chirac, con respaldo del primer ministro socialista Lionel Jospin.
En Italia han causado impacto las declaraciones del coronel de comandos Marco Bertolini, jefe de Estado Mayor de la fuerza de la OTAN en Macedonia, quien cuestionó esta semana la validez militar y política de los ataques aéreos.
Bertolini recordó cómo en las guerras de Vietnam, Afganistán e Iraq, los bombardeos aéreos no lograron jamás cambiar la situación estratégica, porque las tropas de tierra eran incapaces de controlar las operaciones.
El oficial estimó que esta guerra hipotecaría por una entera generación las relaciones de Italia con su vecino del mar Adriático.
Italia es la principal plataforma para los bombardeos lanzados desde este miércoles contra objetivos civiles y militares en Yugoslavia, cuyo propósito es "persuadir" a Belgrado de aceptar un plan de paz para Kosovo.
El ejército yugoslavo informó este jueves que diez de sus integrantes resultaron muertos, y 38 heridos, tras la noche de ataques a 50 objetivos, entre los que se cuentan aeropuertos, depósitos de combustible, una fábrica de aviones e instalaciones militares.
También se informó de un número indeterminado de muertos y heridos civiles, entre ellos mujeres y niños.
Lejos de mostrar intenciones de capitular, los militares yugoslavos se congratularon este jueves por la defensa y anunciaron el derribo de dos aviones enemigos. Una emisora independiente, en tanto, reportó la caída de un avión alemán. (FIM/IPS/ak/99