El grupo estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) tuvo en 1998 la utilidad neta más exigua de su historia, 776 millones de dólares frente al récord del año anterior de 4.762 millones, debido a la debacle de los precios del crudo.
PDVSA, que desde la nacionalización de los hidrocarburos en 1976 controla el sector del que depende la economía venezolana, brindó su balance en 1998, al término de una asamblea que tuvo como extraordinario el contar con la presencia del presidente, Hugo Chávez, y el realizarse en la sede del gobierno.
En la asamblea, celebrada la noche del lunes, se decidió que PDVSA, la tercera empresa petrolera mundial, venderá activos no productivos que posée en Venezuela y en el exterior, para enfrentar la coyuntura negativa del mercado y del país, informó su presidente, Roberto Mandini.
Se trató de la primera reunión del único accionista de PDVSA desde que asumió el nuevo gobierno, el 2 de febrero, y se modificó integralmente la directiva de la empresa. Chávez ha criticado a PDVSA por operar como "un estado dentro de otro estado" y ha asegurado que esa situación será corregida.
El ministro de Energía, Alí Rodríguez, precisó que la decisión definitiva sobre los activos de los que se deshará la industria se adoptará a fines de mayo, en una asamblea extraordinaria.
Rodríguez explicó que también se ahondará el plan iniciado en 1998 de reducción de costos, 14 por ciento respecto a 1997, dentro de un plan general destinado a "salir de la situación casi desesperada en la que estabamos inmersos", por el desplome de ingresos.
En 1998 se vivió "uno de los periodos más difíciles de la historia petrolera mundial, cuando los precios del petróleo cayeron a su nivel más bajo desde la década de los 30", aseguró el ministro.
Mandini dijo que el objetivo es reducir los costos de PDVSA y reorientar su estrategia, a fin de hacer una mejor contribución para solventar la crisis socioeconómica del país, que enfrenta un deficit fiscal de 9.000 millones de dólares (nueve puntos del producto interno) y 80 por ciento de la población en pobreza.
En la asamblea de mayo también se reducirá el plan decenal de inversiones iniciado por PDVSA en 1997 y que pauta una erogación global de 65.000 millones de dólares, un tercio aportado por transnacionales del sector.
Su objetivo, que ahora aparece como excesivamente ambicioso, era el de duplicar la capacidad productiva del país y llevarla a 6,4 millones de barriles por día (bpd).
"Ese plan hay que reformularlo a la luz de los imperativos del mercado", que muestran un aumento de la demanda mucho más lento del que se esperaba, explicó Rodríguez.
El precio del cóctel de crudos y productos de Venezuela, el tercer exportador mundial y principal abastecedor de Estados Unidos, cayó 35 por ciento respecto a 1997, al promediar 10,63 dólares el barril (159 litros).
Mandini informó que los ingresos brutos de PDVSA fueron de 25.000 millones de dólares, frente a los 37.000 millones de 1997.
Añadió que el aporte al fisco fue de 7.290 millones de dólares, un tercio del presupuesto nacional de 1998, en un año en que PDVSA redujo ya 14 por ciento sus gastos generales y brindó un dividendo extraordinario para mantener lo más alto posible el aporte a las arcas públicas.
Ni Mandini ni Rodríguez suministraron cifras en esta ocasión sobre la producción petrolera del país en 1998, pero el ministro confió hace diez días en el Congreso bicameral que en ese año se produjeron 3,116 millones de bpd.
El ministro dijo que esa cifra supuso que PDVSA incumplió parcialmente su compromiso de reducir la producción para apuntalar los precios, en un esfuerzo impulsado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), del que Venezuela es el único socio americano.
Venezuela se había comprometido a reducir en total 525.000 barriles, desde julio, pero sólo en febrero de este año, con Chávez ya en la presidencia, cumplió integralmente ese recorte, que supone un tope productivo de 2,845 millones de bpd.
Desde abril, Venezuela reducirá 125.000 bpd adicionales, a fin de reequilibrar los precios, después de que en febrero cayeron a niveles que se acercaban peligrosamente a los de los costos globales de producción del barril, dijo Rodríguez.
Por cada dólar que cae el barril venezolano, el país deja de percibir 1.000 millones de dólares el términos anuales.
Entre los resultados positivos del año más dramático enfrentado por PDVSA desde su nacimiento, destacó el crecimiento en 1.177 millones de barriles de las reservas probadas, para situarlas en 76.108 millones de barriles de crudos livianos y medianos.
También se incrementó la capacidad de refinación, tanto en Venezuela como en las 18 refinerias que PDVSA posee en Estados Unidos, Alemania, Suecia y Curazao. Dentro del país procesó 1,056 bpd, puntualizó Mandini.
De las filiales de PDVSA en el exterior, la estadounidense Citgo vendió 1,528 millones de bpd de derivados, la alemana Ruhr Oel 438.000 bpd y la sueca Nynas 62.000 bpd. (Fin/IPS/eg/if/99
