VENEZUELA: Descontento puede hacerse explosivo, admite gobierno

El descontento social en Venezuela puede hacerse explosivo si el nuevo gobierno no aporta alivios inmediatos para la situación de miseria que soporta la mayoría de la población, admitió el ministro del Interior, Luis Miquilena.

El ministro, una histórica y aguerrida figura de la izquierda al que el presidente Hugo Chávez ha calificado como su padre político, dijo a corresponsales extranjeros que cuando se dice que existe una bomba de tiempo social se trata de algo literal.

Para Miquelena, el gobierno que el martes cumplió un mes en el poder, enfrenta el doble reto de llevar adelante el proyecto estratégico de cambios profundos en la conducción política y económica, y solventar en las peores condiciones posibles urgencias socioeconómicas que no tienen margen de tiempo.

Miquelana indicó que Chávez recibió "una patria deshilachada y un país en quiebra" con todas sus variables arruinadas y un indice de pobreza que ronda 80 por ciento, mientras el desempleo alcanza 20 por ciento y 14 por ciento sobrevive en la mendicidad.

"El presidente anterior (Rafael Caldera) dijo que dejaba un país en marcha, pero era en marcha y con los ojos vendados hacia el abismo", comentó Miquilena.

Miquilena reconoció que en el país se creó una expectativa en torno a la llegada de Chávez al poder "que no estamos en capacidad de responder". Pero aseguró que "no fue culpa nuestra sino que la gente está en una situación desesperada".

Chávez es un teniente coronel retirado de 44 años cuyo carisma cautivó a los sectores más desposeidos de la población, junto con su promesa de barrer de la escena a los políticos tradicionales, a los que se responsabiliza del colapso de las condiciones de vida y de la desbordada corrupción.

Miquilena aseguró que "el presidente mismo explica todo el tiempo a la gente que no se pueden esperar soluciones mágicas", y a su juicio "la población está entendiendo y está ayudando".

Explicó que las medidas de austeridad adoptadas por el gobierno, para corregir el despilfarro de gastos y podar la burocracia clientelar de miles de funcionarios que cobran y no trabajan, busca de dar una señal a quienes soportan la situación de miseria y de promover un ejemplo a nivel nacional.

Venezuela vio caer en 1998 sus ingresos en 7.000 millones de dólares, siete puntos del producto interno bruto, por la debacle de los precios del petróleo, de los que depende su economía, lo que agudizó el inclemente deterioro social. Este año el deficit fiscal previsto es de 9.000 millones de dólares.

Miquelena precisó que el marco de descomposición en que se mueve el gobierno también lo conforma una grave violación de los derechos humanos, "el único índice en que nos hemos mantenido arriba", y citó como ejemplo las cárceles, "centros perversos de destrucción humana y verdaderos antros de corrupción".

Mencionó además la crítica inseguridad jurídica y personal como resultado de la conducción clientelar de unos partidos políticos cuyas cúpulas se conviertieron en "verdaderas compañías anonimas para hacer negocios".

El ministro consideró que en la tarea de amortiguar la tensión social deben colaborar todos los actores políticos, económicos y sociales, incluida la oposición porque si no "tambien ellos serán arrastrados por la ruptura del frágil equilibrio"..

Desestimó que haya "un plan desestabilizador" detrás de la sobrerreacción de la oposición política a cada medida del gobierno o ante una serie de disturbios estudiantiles que se propalaron por varios estados desde hace una semana.

Pero sí consideró que hay una tendencia a magnificar cada problema y que la oposición no ha dado tregua al gobierno, apoyado por una alianza de izquierda y antiguos militares que participaron en las cruentas asonadas de 1992, la primera de las cuales encabezó Chávez.

En ese marco, Miquilena situó los continuos rumores de renuncia de ministros, en especial la titular de Hacienda, Maritza Izaguirre, a los que calificó de "una total fabula".

"No hemos saboreado lo que es esa famosa luna de miel", comentó Miquilena, una figura apreciada por todos los sectores en Venezuela, que estuvo años alejado de la política, y que aseguró que cuando ronda los 80 años carece de planes personales.

"He sido toda mi vida un soñador", que encontró en Chávez y su proyecto de una democracia real mediante una "revolución democrática y pacífica", la posibilidad de que "parte de mis sueños se hagan realidad".

Aseguró que si ese proyecto de cambios se llegase a frustrar "seguiría soñando por mi cuenta solo", pero se mostró "muy cnvencido de que el presidente llevará adelante la política de cambios prometida".

Miquilena negó que se pueda hablar de una corriente militarista en el gobierno, por el nombramiento de militares en retiro o en activo a la cabeza de dos ministerios o en otros altos cargos.

"No hay cuota o tendencia a un predominio militar en la actividad pública, no marcan la política central del gobierno", aseguró.

También desestimó que la participación militar en un proyecto de emergencia social, lanzado el sábado 27, pueda verse con esa connotación, porque el plan busca dar respuestas inmediatas en materia de salud, educación, empleo, infraestructura y saneamiento ambiental, para aliviar la crisis. (Fin/IPS/eg/ip la/99

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