Venezuela ejercerá un papel protagónico en la consolidación de una cultura mundial de respeto a los derechos humanos, a través de los foros internacionales de los que el país es miembro, adelantó el canciller José Vicente Rangel.
Ese objetivo es uno de los elementos fundamentales de la nueva política exterior del país, que llevará adelante el gobierno de Hugo Chávez, quien asumió el poder el 2 de febrero, con la promesa de conducir una "revolución democrática y pacífica".
Rangel, de 69 años, 56 de ellos de activismo político "en las profundidades de la oposición" como figura de la izquierda y promotor de un periodismo de denuncia en el país, perfiló en una entrevista con IPS los nuevos ejes diplomáticos venezolanos.
En la construcción de un nuevo modelo de defensa de los derechos humanos, interna y externamente, Rangel destacó "un profundo cambio en la relacion con las organizaciones no gubernamentales e instituciones como Amnistía y similares".
"Queremos tener la mejor relación posible con esos organismos y como colaboradores en el esfuerzo de defender los derechos humanos en Venezuela y en el mundo", puntualizó, para precisar que se acabó el rechazo a priori de cualquier señalamiento.
"Al contrario, se asumirá, se procesará y se dará respuesta", explicó el ministro, también nominado por Chávez como "voz política" de su gobierno, junto con Luis Miquilena, otro veterano dirigente de la izquierda y ministro del Interior.
"Otro pivote será la politica ambiental, porque es un asunto fundamental para Venezuela el proteger nuestra riqueza y entorno ecológico, para lo que nos sumaremos activamente al gran movimiento ambiental que hay ahora en el mundo", explicó.
El canciller consideró que será así como se resolverá la ecuación de un país de una gran diversidad de ecosistemas, algunos muy fragiles, y la riqueza minera y de petróleo, producto éste del que depende su economía.
"Buscaremos aliados y asistencia técnica, para potenciar una respuesta tecnológica y basada en un desarrollo sustentable (que incluya la variable ambiental) a nuestros problemas", apuntó.
Estos dos nuevos pilares de la política exterior venezolana se integra en una concepción que buscará "armonizar la globalización con las características y rasgos nacionales".
Rangel afirmó que "la globalización y el pérfil nacional son rasgos que no deben ser excluyentes. Su vinculación será la que pueda aportarnos el desarrollo del país que buscamos y el ejercicio de una política exterior soberana e independiente".
Chávez, un teniente coronel retirado que asumió la presidencia con una alianza de la izquierda y antiguos oficiales golpistas, tras fracasar en tomar el poder por las armas en 1992, inscribe a su gobierno en la llamada "tercera vía", distante tanto del "neoliberalismo salvaje" como de la ortodoxia izquierdista.
Rangel, quien en los ultimos 15 años abandonó la política activa para convertise en uno de los formadores de opinión del país, a través de artículos y programas de televisión, afirmó que el mundo globalizado tiene una serie de desafíos.
"Para un país como Venezuela, uno de los mayores retos es definir soberanamente sus políticas económicas y sociales, sin entrar en conflicto con el proceso de globalización", afirmó.
Dentro de esa definición asentada en sus realidades, la política exterior venezolana "debe atender en primer término a su condición de país petrolero".
"La fuerte huella del rasgo petrolero en nuestra diplomacia significa priviligiar las relaciones con los demás productores petroleros y al mismo tiempo con los consumidores de pétroleo", argumentó, para subrayar que "la Cancilleria va a asumir plenamente ese rasgo petrolero".
Un segundo punto esencial "es lo multilateral y lo bilateral, proyectado a lo económico y comercial", para que la experiencia de la explosión positiva del intercambio con Colombia, se proyecte a los otros tres socios de la Comunidad Andina (Bolivia, Ecuador y Perú) y otros vecinos, como Brasil y Guyanaa.
"La integración debe constituir el norte de la política exterior de un país como el nuestro, y no sólo a través de los bloques, sino yendo más allá de esos bloques a los que pertenezcamos", explicó Rangel.
El canciller argumentó que por esa razón, durante el primer mes la nueva administración insistió en proyectarse más allá de la Comunidad Andina y puntualizar que "el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) está en la mira de Venezuela".
El ministro puntualizó que ese objetivo "no tiene el animo de debilitar o desintegrar la Comunidad Andina, sino de buscar una meta más ambiciosa", a la que se vaya de la mano andina. "Cuanto más podamos avanzar unidos, mejor", adujo.
"La Comunidad Andina no es el desideratum final, sino una etapa en el objetivo de la integración latinoamericana", explicó Rangel, para precisar que esa estrategia ha sido bien recibida por los demás socios andinos, una vez que fue explicada a sus colegas durante una reunión en Bogotá a fines de febrero.
Dentro de ese relacionamiento intenso, al que fuerza la globalización y los intereses nacionales, Rangel citó también la búsqueda de lazos cada vez más intensos con la anglohablante Comunidad del Caribe, la Unión Europea, Canadá y México.
Ello sin olvidar a Estados Unidos, "cuyas relaciones son excelentes", después de que se produjeron "algunas aprensiones y muchas suspicacias". A Chávez se le negó el visado como líder de una rebelión militar, hasta enero, cuando como mandatario electo visitó en Washington al presidente Bill Clinton.
Para Rangel, Washington ha comprendido que "el caso venezolano es muy atípico y en lugar de adversarlo, como quizás hubiese ocurrido en el pasado, tratata más bien de fijar reglas de juego, lo que es positivo para ambas partes".
Otro objetivo de la nueva política exterior será la de la lucha contra el tráfico de drogas, que hasta ahora, a juicio del canciller, se manejó sin ponerle el ácento internacional que se requiere, para manejarlo como un asunto interno y policial.
"La lucha contra el narcotráfico requiere ser asumida como una prioridad de la política exterior porque se ha convertido en un tema mundial que sólo se soluciona mediante una acción igualmente mundial", planteó.
"Además, hay muchos problemas con la imagen que está proyectando Venezuela en el exterior, como consecuencia de haberse convertido en una de las vías del narcotráfico más importantes", admitió el canciller.
Expresó que la lucha contra las drogas, a juicio de Venezuela, tiene que ser de doble vía, en que por un lado se enfrenta la producción, procesamiento y transporte, y por otro, se afronta con igual fuerza al consumo y la legitimación de capitales.
Rangel expresó que el gobierno promoverá el trantamiento multilateral, en los foros mundiales, del problema, y al mismo tiempo comenzó a hacer contactos con los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia y España, a fin de recibir apoyo técnico y de otro tipo para reforzar la acción contra el narcotráfico. (Fin/IPS/eg/ip la/99