El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, José Vicente Rangel, llamó este viernes a Bogotá a no caer en la trampa de las palabras, y ratificó que el gobierno local está resteado con el proceso de paz colombiano.
Las declaraciones de Rangel fueron un paso distensivo tras la suspensión de una visita del presidente colombiano, Andrés Pastrana, al país, a raíz de opiniones de su anfitrión, Hugo Chávez, sobre el conflicto colombiano, que Bogotá interpretó com una intromisión en sus asuntos internos.
La postergación del encuentro de unas horas, este jueves, generó un duro comunicado de Caracas, donde se negó que la apreciación de Chávez de que Pastrana ha dado implícito estatus de parte beligerante a la guerrilla, pueda interpretarse como injerencia alguna.
El canciller planteó que lo esencial es el proceso de paz abierto por Pastrana desde que llegó a la presidencia en agosto, y en la que Chávez ha actuado con sus buenos oficios y el papel facilitador en lo que las partes en conflicto convengam, por pedido del propio mandatario colombiano.
Rangel aseguró que ese proceso corre el peligro de ser internacionalizado y consideró que el asesinato de tres activistas indigenistas estadounidenses, dentro de territorio venezolano, fue "un acto deliberado de provocación" con ese propósito.
Rangel afirmó que "estamos resteados con el proceso de paz de Colombia", y consideró que había un claro deseo en las dos capitales por superar lo que ha sido calificado como "una discrepancia amistosa".
Aseguró que la visita de unas horas de Pastrana fue una iniciativa suya, acogida por Chávez, y que se realizará en cualquier momento, tras la gira que el presidente colombiano emprendió este viernes a Europa.
El canciller venezolano negó que el comunicado introdujese amenaza alguna, al indicar que si el papel de facilitador de la paz que está ejerciendo Venezuela llegase a perturbar el proceso de paz colombiano, Caracas revisaría su esquema de cooperación.
"Al contrario, indicamos que si no parece conveniente nuestra actuación, revisaríamos el esquema de participación", dijo Rangel, antes de llamar a Colombia a mirar las actitudes más que las palabras, porque las primeras "son las que cuentan".
"No caigamos en la trampa de las palabras, porque las palabras muchas veces son tramposas, van más allá de lo que uno se propone decir o hacer", pidió Rangel, en un reconocimiento de que Chávez puede haber utilizado sin darle el significado que tienen en diplomacia términos como neutralidad y beligerancia.
Rangel, un veterano político de izquierda y formador de opinión de Venezuela es una "voz política" del presidente Hugo Chávez, un teniente coronel retirado que llegó al poder el 2 de febrero, con una alianza de izquierda y militares golpistas que barrió de la escena a los partidos tradicionales.
"Lo que cuenta es la realidad y la realidad es que tenemos la mejor actitud de trabajar conjuntamente con Colombia para resolver el problema de la guerra" en Colombia.
El miércoles, la ciudad venezolana de Maracaibo acogió un encuentro de autoridades colombianas con la guerrilla, justo en la jornada en que Chávez declaró que Pastrana había dado en los hechos estatus beligerante a los insurgentes y se suspendía su viaje al país. (Fin/IPS/eg/ip la/99
