Los 20 miembros de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), renunciaron en bloque hoy luego de que un demoledor informe independiente acusó al poderoso organismo de fraude y favoritismo.
Los 20 comisarios aceptaron cierta responsabilidad por lo que el informe calificó de irregularidades financieras en el manejo de programas de ayuda, y por designar a amigos y familiares entre los 19.000 funcionarios de la Unión Europea.
Pero el presidente de la Comisión, Jacques Santer, dijo que el informe no dio "indicios de conducta fraudulenta, corrupción o enriquecimiento personal de parte de la comisión".
Sin embargo, el informe criticó a Santer con respecto a las acusaciones de fraude contra la oficina de seguridad de la Comisión, de la cual él es responsable. "No se ejerció supervisión alguna y se permitió desarrollar un estado dentro de un estado", declaró el informe.
Las acusaciones y las subsiguientes renuncias provocaron el caos entre los 15 países miembros de la UE.
El canciller (jefe de Estado) alemán Gerhard Schroeder, cuyo país es el actual titular de la presidencia rotativa de la UE, consultó con dirigentes de otros países sobre la forma de proceder. Mientras, Santer y los restantes 19 comisarios siguen en funciones.
Los dirigentes de la UE se reunirán la próxima semana en Berlín para concluir los 18 meses de discusiones sobre el incremento del presupuesto de la UE y la financiación de la incorporación al bloque de 12 países nuevos, en su mayoría repúblicas de Europa oriental que pertenecieron a la ex Unión Soviética.
La sustitución de la Comisión se tomará en cuenta en "las discusiones de Berlín. Pero dudo que lleguemos a hablar de personalidades", declaró Schroeder.
La UE también se encuentra enfrascada en una multimillonaria disputa comercial con Estados Unidos por el banano y el caos en Bruselas podría trastornar estos asuntos.
Las renuncias de los comisarios "no deben retrasar la ampliación" de la UE, opinó el comisario de relaciones exteriores, el holandés Hans van den Broek, cuando se retiraba de su oficina en Bruselas.
El informe de 140 páginas señaló que el fraude y la corrupción pasaron "inadvertidos" en las oficinas del bloque y que "es difícil encontrar a alguien que tenga el menor sentido de responsabilidad" en las mismas.
El informe criticó especialmente a la ex primera ministra francesa Edith Cresson, quien fue acusada de designar a un amigo, un dentista de su ciudad natal, para dirigir el proyecto de investigación contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) de la UE.
Tampoco actuó ante "conocidas, serias y continuas irregularidades" en programas educativos y de otra índole de los que era responsable.
El informe reveló que el comisario portugués Joao de Deus Pinheiro nombró a su cuñado como su principal asesor.
Monikar Wulf-Mathies, la comisaria alemana responsable de la política regional, fue criticada por utilizar procedimientos inadecuados para designar a un asociado a su personal.
El vicepresidente español de la Comisión, Manuel Marín, fue criticado por reaccionar con lentitud ante el fraude de un proyecto que financiaba la ayuda a países más pobres de la región del Mediterráneo.
Jacques Delors, el antecesor de Santer en la presidencia, también es citado en el informe porque no investigó las acusaciones de fraude del servicio de seguridad de la Comisión.
La Comisión, encargada de proponer y aplicar la legislación europea, sólo evitó el voto de censura del Parlamento Europeo en enero cuando aceptó ordenar una investigación independiente.
Las pruebas sobre los supuestos casos de fraude fueron enviadas al Parlamento Europeo en 1998 por un funcionario de la comisión, Paul van Buitenen, integrante del partido Verde, quien destacó la "incompetencia y falta de voluntad de la administración de la Comisión para lidiar con el fraude y las irregularidades".
Van Buitenen fue suspendido por cuatro meses por violar las normas de personal, y ahora intenta recuperar su puesto. (FIN/IPS/tra-en/mom/mk/aq/ip/99