La selva de Bwindi, una gran fuente de ingresos para Uganda, es el lugar donde ocho turistas extranjeros y cuatro miembros del personal del Parque Nacional de Uganda fueron asesinados por rebeldes de Ruanda el lunes.
"A medida que usted camina en las sombras bajo el cielo de hojas, esta selva revela los olores y sonidos de Africa, como desde hace siglos", dice la descripción de la Oficina de Turismo de Uganda sobre la Impenetrable Selva de Bwindi.
La selva posee por lo menos 120 especies de mamíferos, siendo las colonias de gorilas de montaña la principal atracción para miles de turistas que visitaron el parque desde que comenzaron las excursiones con este fin en abril de 1993.
Hasta el ataque del lunes por milicias hutu, Bwindi era considerado un destino seguro, sin ninguno de los problemas de seguridad que limitaron las excursiones para observar a los gorilas en el Parque Nacional de Virunga, al otro lado de la frontera con la República Democrática de Congo (RDC).
Los milicianos, conocidos como Interahamwe ("los que luchan juntos" en lengua kinyarwanda), son acusados de matar hasta un millón de personas, la mayoría de ellos tutsis, en Ruanda en 1994.
Luego de ser derrotados, los Interahamwe cruzaron a Zaire, ahora RDC, luego de que el Frente Patriótico Ruandés, dominado por los tutsis, llegara al poder en 1994.
Como las excursiones para observar gorilas ya no eran posibles en Ruanda o RDC, Bwindi se convirtió en el último lugar abierto al turismo. La Oficina de Turismo de Uganda lo promocionaba como una combinación de las maravillas de lo salvaje y hospedaje de cuatro estrellas, en tiendas de campaña, en campamentos de lujo.
También se permitía a los visitantes acampar en la selva en lugares designados.
Ahora, el gobierno de Uganda prometió que los acontecimientos de Bwindi no se repetirán.
A medida que investigadores estadounidenses y otros "barren" la región de Bwindi buscando información, los militares ugandeses llevan a cabo sus propias operaciones, con la promesa de recibir asistencia de Ruanda.
Pero el ataque del lunes tendrá un efecto devastador sobre el turismo, y las embajadas en Kampala probablemente dejen a Bwindi fuera de los circuitos turísticos.
Según los relatos de los sobrevivientes, el ataque de los Interahamwe fue cuidadosamente coordinado y extremadamente despiadado. Tres campamentos de turistas fueron asaltados la noche del domingo y las primeras horas del lunes por un grupo de más de 100 milicianos fuertemente armados.
Cuatro guardabosques ugandeses fueron asesinados inmediatamente.
Los rebeldes redujeron a 31 turistas de diferentes nacionalidades. De estos, 17 pudieron escapar o fueron liberados, los otros 14 fueron conducidos en una larga marcha hacia las montañas.
Ocho turistas, cuatro hombres y cuatro mujeres, fueron ejecutados sumariamente, con machetes y garrotes. Los otros seis sobrevivieron.
Mark Ross, un agente de viajes estadounidense que fue liberado por sus captores, dijo que los Interahamwe escogieron ciudadanos estadounidenses y británicos, advirtiendo que los dos países eran considerados entidades hostiles por su apoyo al gobierno de Ruanda.
No hubo explicaciones formales todavía de ninguna organización que reivindicara el ataque, pero los Interahamwe emitieron varios comunicados por diferentes vías en los últimos meses, señalando su hostilidad hacia el gobierno de Estados Unidos.
Esta no es la primera vez que los turistas son el blanco de ataques. En agosto, los milicianos redujeron a cuatro observadores de gorilas que cruzaron de Uganda a la RDC.
Un ciudadano canadiense fue liberado posteriormente. Una pareja sueca y un neocelandés nunca volvieron, a pesar de las gestiones de las embajadas para obtener su liberación.
En determinado momento, lo Interahamwe ofrecieron la liberación de los cautivos a cambio de una transmisión internacional de su programa y sus reclamos.
Versiones sin confirmar desde la RDC indican que los tres cautivos fueron asesinados luego de ser llevados a escondites rebeldes en las montañas.
El ataque de Bwindi subraya la libertad de que disfrutan los Interahamwe en las montañas de la frontera entre Uganda, Ruanda y la RDC.
Según fuentes de organismos humanitarios en RDC, las fuerzas Interahamwe se dirigen hacia el nordeste desde sus bastiones en Masisi, Kivu del norte, concentrando unidades de guerrilla cerca de la frontera con Uganda.
El mes pasado guerrilleros fuertemente armados, supuestamente Interahamwe, atacaron el pueblo fronterizo de Ishasha en el distrito de Rukungiri, en Uganda. Se informó de otro ataque cerca de Kisoro en el oeste de
El ataque a Bwindi parecería encajar en un patrón, por el cual las milicias atacarían blancos //soft// dentro del territorio de Uganda.
"Sabemos que estaban activos en esa área, por lo que esto no fue una gran sorpresa", dijo un alto funcionario de Ruanda respecto de los asesinatos en el oeste del país.
En un informe de noviembre, una comisión de la Organización de las Naciones Unidas que investigaba el tráfico de armas hacia los Grandes Lagos, advirtió que se había permitido que los Interahamwe se reagruparan dentro de la RDC.
El informe acusó al presidente congoleño Laurent Kabila de intentar legitimar a los guerrillero utilizándolos como un componente clave de su coalición contra la rebelde Unión Congoleña por la Democracia.
El gobierno de Ruanda insistió en que apoya a la rebelión porque quiere pretende expulsar a los Interahamwe de las áreas fronterizas.
Ruanda condicionó su apoyo a cualquier acuerdo de paz a que se resuelva el problema de los Interahamwe, y que el resto de la población hutu de Ruanda que está en la RDC vuelva a su país.
Analistas independientes advirtieron que aún permanecen hasta 40.000 Interahamwe en la RDC.
Aunque la presencia más fuerte es en Kivu Norte, las unidades Interahamwe también están en Kasai y Katanga, ayudando a defender las vitales ciudades de Mbuji-Mayi y Lubumbashi. (FIN/IPS/tra-en/cs/mn/at/aq/ip/99