SUDESTE ASIATICO: Fricción comercial enlentece recuperación

El aumento del proteccionismo y un comercio debilitado por la recesión hacen aun más difícil la recuperación de las economías de Asia tras la crisis.

El crecimiento récord de las economías del sudeste asiático durante las últimas décadas se basó en el vigor de las exportaciones y la dependencia de los mercados externos.

Las exportaciones hicieron posible la creación de más fuentes de trabajo y mantuvieron el crecimiento, elevando la calidad de vida de toda la región en pocas décadas.

Pero ahora existe menos confianza en esa vieja fuerza, porque aumentan las tendencias proteccionistas y las disputas comerciales, como las existentes entre Estados Unidos y Japón y China, o entre Estados Unidos y la Unión Europea.

"Si el proteccionismo triunfa y los mercados se cierran, la recesión mundial será larga, dura y penosa", advirtió M G Quibria, economista jefe asistente del Banco Asiático de Desarrollo, en una entrevista.

Una de las razones de que aumente el proteccionismo es la lentitud del crecimiento del comercio internacional, una tendencia subestimada el año pasado por la Organización Mundial del Comercio (OMC).

La OMC informó que el crecimiento del comercio en 1998 fue entre 4 y 5 por ciento, y en 1997 había sido 10 por ciento.

Mientras los volúmenes mundiales del comercio disminuyen, los exportadores tienden a competir entre sí con mayor ferocidad para mantener sus lugares en el mercado.

Quibria explicó que hay motivos para preocuparse por las perspectivas comerciales de las economías en desarrollo de Asia, que ya sienten los efectos de la recesión.

"El rápido crecimiento en las últimas décadas se debió básicamente al comercio, porque todas las economías de la región se orientaron hacia la exportación. Muchos países tienen mercados internos pequeños, y dependen en gran medida del ingreso generado por la producción para el exterior", indicó.

"Pensamos que la demanda externa seguiría desempeñando ese papel durante la crisis", agregó, pero el ambiente comercial ya no es tan simple o amistoso por las crecientes disputas entre países.

Además, la propia recesión asiática redujo la demanda. Japón disminuyó 22 por ciento en un año sus importaciones provenientes de la región.

La producción de mercaderías para la exportación también se vio afectada porque requiere una gran cantidad de insumos importados, que se encarecieron por la devaluación de las monedas asiáticas, y porque las compañías tienen serias dificultades para obtener crédito.

Estados Unidos acusó hace poco a China y Japón de ser responsables del déficit comercial récord estadounidense, que llegó a 168.600 millones de dólares en 1998. El déficit en el comercio de Estados Unidos con China alcanzó 56.900 millones de dólares el año pasado, y el déficit con Japón 64.100 millones.

El gobierno de Estados Unidos proclama que las compras de ese país son "el último recurso" para Asia, pero al mismo tiempo revive su práctica de imponer sanciones comerciales, lo cual hace poco por su posición en la región.

Esto ha hecho surgir críticas según las cuales la verdadera intención de Estados Unidos es presionar por la apertura de los mercados asiáticos, aunque las industrias locales sean apenas capaces de mantenerse a flote.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin, criticó la semana pasada a la Unión Europea por no hacer ningún esfuerzo para ayudar a Asia, y aseguró que la economía de su país absorbe todos los productos asiáticos que puede.

Numerosos funcionarios estadounidenses visitaron Beijing en los últimos tiempos, encabezados por la secretaria de Estado, Madeleine Albright, que visitó China este lunes y martes y pidió al gobierno que abriera su mercado a los productos de Estados Unidos.

Los funcionarios estadounidenses repiten como un estribillo las reprimendas a Japón por haber disminuido sus importaciones y sostienen que "fracasó" al no ser capaz de lograr soluciones para la crisis asiática.

"Japón no ha sido positivo. Y si Japón no es parte de la solución, es parte del problema", dijo en Tokio Charlene Barshevsky, representante comercial de Estados Unidos, el año pasado.

La retórica contra China, que Barshevsky visitará pronto, no es menos dura, y Estados Unidos acusa a ese país de ser "oportunista" por procurar solamente un aumento de sus exportaciones, sin importar en la misma medida del resto del mundo.

Los funcionarios estadounidensess sostuvieron que las posibilidades de que China se integre a la OMC dependenderán de la apertura de sus mercados.

La fricción comercial aumentó pese a las declaraciones del gobierno de Estados Unidos de que acepta los crecientes déficit comerciales con Asia como un efecto necesario de la crisis. "Hay un poco de hipocresía en eso", dijo un economista en Manila.

"Estados Unidos asumirá un gran déficit comercial este año. Este déficit comercial es la contribución estadounidense a la economía mundial", declaró en Tokio, en septiembre, el subsecretario de estado de Estados Unidos, Stuart Eizenstat.

Sin embargo, en enero Washington anunció que reviviría el "Super 301", un proceso en el cual Estados Unidos elabora una lista de los países que a su entender erigieron barreras contra el ingreso de productos estadounidenses y que podrían ser objeto de sanciones comerciales como represalia.

Esta actitud no favoreció la posición estadounidense en una región que ya tiene dudas sobre las bondades de la liberalización económica impulsada por Washington y sus aliados en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

"Los países ricos se arriesgan a una reacción política violenta, no sólo contra el libre comercio sino contra todos los países y corporaciones transnacionales que dominan el sistema económico mundial", advirtió el ex presidente de Filipinas, Fidel Ramos, la semana pasada.

Mientras tanto, los analistas dicen que la tan mentada avalancha de productos asiáticos en el mercado estadounidense no es tan masiva, y que el déficit comercial de Estados Unidos con los países asiáticos no se debe tanto a que éstos le vendan más mercaderías sino a que le compran menos, a causa de su recesión.

Las disputas comerciales no crean el mejor clima para una fácil recuperación de Asia, aunque países como Corea del Sur y Tailandia están comenzando a mejorar sus exportaciones.

"Los países industrializados deberían ser, en cierto sentido, un poco más solícitos", y tener en cuenta que los países en desarrollo pagan un precio muy alto por la liberalización en medio de la inestabilidad social, dijo Quibria.

"Los países pobres mantienen sus mercados abiertos en tiempos de tremendas dificultades económicas y políticas, y necesitan ser tratados con más flexibilidad", agregó. (FIN/IPS/tra-en/js/ceb- at/mp/if/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe