SUDAN: Sur es sede de fuertes combates

Fuertes combates en Bahr el Ghazal, al sur de Sudán, amenazan el cese del fuego de tres meses firmado entre el gobierno y la insurgencia en enero para brindar ayuda humanitaria a miles de familias que sufrieron una hambruna el año pasado.

El rebelde Ejército Popular de Liberación (SPLA) dijo esta semana que un grupo de milicianos favorables al gobierno "mataron civiles, incendiaron pueblos enteros, robaron ganado y mutilaron mujeres y niños".

Las milicias atacaron por última vez el viernes pasado en las localidades de Akoch Payam y Bahr el Ghazal, con un saldo de al menos 30 muertos.

Los milicianos, montados a caballo, atacaron también una pista de aterrizaje en la que se distribuían alimentos. "En el momento del ataque, despegaba un avión de ayuda humanitaria", sostuvo una declaración del SPLA.

"No se conocen las declaraciones de las cerca de 60 personas que presenciaron la escena del ataque, pero suponemos que fueron tomados como esclavos o asesinados por los agresores, pero sus cuerpos no fueron hallados", según la declaración.

El SPLA declaró que desde que se produjo la invasión intentó contener a los rebeldes.

"Todo el centro de Akoch, donde habitan unas 60.000 personas, fue arrasado por los agresores que saquearon las propiedades y violaron a las mujeres", declaró un portavoz del SPLA a IPS.

La portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Vera Oloo, confirmó los ataques y dijo que las milicias, integradas por las Fuerzas Populares de Defensa y árabes murahileen del norte, atacan diariamente las ciudades y pueblos situados a lo largo de la vía ferroviaria del sur.

Las milicias, que acompañan al tren de transporte de víveres desde el norte hasta las guarniciones del gobierno en las localidades del sur, secuestran a mujeres y niños para tenerlos como esclavos. "Sabemos que eso sucede, pero debemos enviar nuestro personal a confirmar el hecho", declaró Oloo.

Gilian Wilcox, del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, explicó que el mes pasado se vieron obligados a evacuar a su personal de seis localidades, incluso de la ciudad de Ajip, ubicadas en el trayecto de la vía férrea porque son vulnerables mientras el tren se desplaza.

El cese del fuego, firmado entre el gobierno y el SPLA, no incluye a las milicias. "Intentamos obligar al gobierno a que controle sus milicias, pero no tuvimos éxito", señaló Oloo.

El SPLA pidió a la Organización de las Naciones Unidas y a la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (AIGD), que intervinieron en las negociaciones de las que resultó el cese del fuego, que obliguen a Jartum a "respetar su propio acuerdo".

La AIGD agrupa a Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Sudán, Somalia y Uganda.

"El ataque a Akoch es una clara violación del acuerdo de cese del fuego, en el que medió la comunidad internacional el año pasado y que firmaron tanto el SPLA como el gobierno de Jartum", indicó el portavoz del SPLA.

Jartum negó haber dado fondos para los milicianos o tener alguna clase de vínculo con sus actividades en la región del sur.

Bahr el Ghazal, donde se desarrolló la guerra civil que dura ya 16 años, sufrió el año pasado las peores hambrunas registradas en esta década debido a los graves enfrentamientos que hubo en la región y que obligaron a miles de personas a huir de sus hogares.

Las agencias de ayuda humanitaria advirtieron que si bien la hambruna terminó y hubo una buena cosecha en varias partes de la región, la situación aún es precaria y podría conducir a otra catástrofe, a causa de la falta de protección de los habitantes.

"La situación es un poco mejor, distribuimos semillas y herramientas, y esperamos que las cosechas sean buenas", indicó Wilcox.

Wilcox señaló también que hubo mejorías en varias partes de la región donde se obtuvieron réditos de hasta 30 por ciento en la última cosecha, por lo que ahora se necesitan sólo 9.000 toneladas de ayuda alimentaria, en lugar de las 15.000 que fueron necesarias en el peor momento de la hambruna, en julio de 1998.

"Pero la situación todavía es precaria. La gente sigue dependiendo de la ayuda alimentaria", advirtió Wilcox.

Sudán vive una guerra interna casi permanente desde que se independizó de Gran Bretaña en 1956.

La responsabilidad del conflicto fue atribuida, sobre todo, al trazado arbitrario de fronteras durante la época de la colonia, que obligó a convivir en un mismo territorio a dos grupos étnicos y religiosos muy diferentes.

La guerra se originó también en el retraso crónico del sur y la explotación de su riqueza natural, sobre todo petróleo, por parte del norte, que gobierna desde 1956.

Hubo un período de relativa paz entre 1972 y 1983 luego del cual estalló la guerra civil de nuevo, que culminó con la imposición de la sharia (ley) islámica en todo el territorio de Sudán, incluso en el sur donde predominan los católicos.

Más de dos millones de personas murieron en el sur desde que estalló el conflicto actual en 1983, según las agencias de ayuda humanitaria que operan en el país.

La junta de gobierno dio un giro político inesperado esta semana al aceptar la separación del sur, "si eso contribuye a crear paz en el país".

El gobierno anunció que realizará una consulta popular sobre la autonomía en el sur de Sudán antes del fin de un período de interinato, según consta en una declaración a la que accedió IPS esta semana. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/ceb/aq/ip/99

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