Cerca de 700 camiones y 1.500 turistas brasileños pudieron salir de Paraguay en la tarde hoy por el fronterizo puente de la Amistad, que estuvo cerrado más de 50 horas a causa del asesinato del vicepresidente paraguayo Luis María Argaña.
El asesinato el martes de Argaña en Asunción provocó la clausura de las fronteras y la suspensión de vuelos en Paraguay, dejando a muchos brasileños y argentinos atrapados en ese país.
El gobierno de Brasil manifestó este jueves preocupación por esa situación y comunicó a Asunción, a través de la embajada paraguaya en Brasilia, que esperaba la normalización de los pasos fronterizos para este mismo día.
Pero las informaciones desde la frontera indican que el Puente de la Amistad fue reabierto por decisión judicial, y no administrativa, y a solicitud de las autoridades municipales de la paraguaya Ciudad del Este, un centro comercial que recibe diariamente a miles de brasileños que hacen turismo de compras.
El portavoz de la cancillería de Brasil, Marcos Galvao, informó que el consulado de este país en Ciudad del Este está autorizado a contratar autobuses para transportar a los brasileños retenidos en Paraguay.
Además de los 700 camiones bloqueados en el país vecino, otros centenares de vehículos aguardaban del lado brasileño autorización para cruzar la frontera, un punto de intenso tráfico de cargas.
El gobierno paraguayo bloqueó las salidas del país el martes, para impedir la huida de los tres desconocidos que, vestidos con uniforme militar, acribillaron a Argaña en el centro de la capital. La medida fue avalada por Argentina y Brasil.
El asesinato de Argaña profundizó la crisis política paraguaya, cuyo rasgo más saliente es el enfrentamiento entre sectores internos del gobernante Partido Colorado.
También determinó consultas diplomáticas entre Argentina, Brasil y Uruguay, los tres socios de Paraguay en el Mercado Común del Sur.
Así mismo, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, destacó que Paraguay debe preservar su régimen constitucional, en conversación telefónica con los cancilleres Felipe Lampreia, de Brasil, y Guido di Tella, de Argentina.
El Senado paraguayo comenzó este jueves el juicio político al presidente Raúl Cubas, que podría ser destituido por desacato a la Corte Suprema de Justicia.
La Cámara de Diputados acusó a Cubas ante el Senado de "mal ejercicio de funciones", "delitos cometidos en ejercicio del cargo" y "delitos comunes".
El juicio político se debe a la prolongada negativa del presidente a detener a su mentor, el general retirado Lino Oviedo, que fue condenado a 10 años de cárcel por una tentativa de golpe de Estado en 1996.
Cubas conmutó el 18 de agosto por decreto la condena de Oviedo, reduciéndola a tres meses de arresto, y lo puso en libertad. Un tribunal militar convalidó el decreto, pero en diciembre, la Corte Suprema de Justicia anuló esa decisión y dispuso el regreso de Oviedo a prisión.
El presidente informó el miércoles, poco después de que la Cámara de Diputados pusiera en marcha el mecanismo de juicio políico, que Oviedo estaba finalmente detenido.
Pero la oposición y el sector colorado adversario del presidente, que acusan a Oviedo de responsabilidad moral en el asesinato de Argaña, interpretaron el mensaje como una maniobra de Cubas para evitar su destitución.
El mismo Oviedo aseguró que sólo había concurrido por su propia voluntad a un destacamento para "aclarar su situación jurídica" ante la justicia militar, y que no estaba arrestado.
Sindicatos obreros y la Federación Nacional de Campesinos lanzaron el miércoles una huelga en demanda de la destitución de Cubas. (FIN/IPS/mo/ff/ip/99
