/REPETICION/ (Arte y Cultura) NEPAL: Cine de India eclipsa a películas nacionales

La actriz Manishe Koirala sabía lo que hacía cuando hace una década abandonó su carrera en Nepal y se marchó a "Bollywood", el centro de la industria cinematográfica de India, en Bombay.

Hoy, Koirala es una de las estrellas del cine indio más conocidas. La joven comanda una numerosa corte de admiradores, gana mucho dinero y tiene a los productores haciendo fila en el umbral de su casa, en esa ciudad occidental de India.

La industria cinematográfica de Nepal, que Koirala dejó atrás después de su debut en una película nacional, quedó eclipsada por Bollywood. Una de sus actrices más conocidas, Karishma Manandhar, no tiene club de admiradores ni tampoco moviliza a la gente en las calles.

Manandhar tampoco está segura de poder cobrar por su próxima película. "Depende del presupuesto del realizador, que por lo general es limitado", declaró la actriz que ya trabajó en mas de 50 obras.

La industria del cine nepalí lanza a lo sumo dos docenas de filmes por año, mientras India produce unos 600, de los cuales la mayoría son realizaciones comerciales de un millón de dolares.

Los productores nepalíes comenzaron a poner dinero en el cine después del éxito de "Chino" en 1991, un drama familiar que batió records de taquilla. Otros éxitos modestos fueron "Karodpati" (Millonario), "Balidaan" (Sacrificio) y "Allare" (Hombre Joven).

"Sin embargo, las películas indias ejercen una influencia indudable sobre la industria y el público nepalíes", señaló Manandhar, quien tambien se dirigió a Bollywood para conseguir el estrellato.

"Cuando probé mi suerte en Bombay hace ocho años, las producciones nepalíes promediaban dos o tres por año. Simplemente no había mercado. Ahora las cosas cambiaron", comentó la actriz.

No obstante, por lo general los filmes son imitaciones de los musicales indios llenos de acción, con los mismos heroes "machos" y heroínas núbiles enredados en historias románticas, con villanos lascivos, refriegas sangrientas, venganzas y, a veces, intervenciones divinas.

En muchos casos, la única diferencia evidente entre las dos industrias es el idioma y el lugar.

Por más de cinco décadas, Bollywood dominó las pantallas de cine de Nepal, dictó las modas locales y dio a los productores una corrida por su dinero. Cerca del 80 por ciento de las películas exhibidas en 300 salas de este país son realizaciones indias.

Producidas en Bollywood desde hace mucho más tiempo que la joven industria nepalí, que comenzó en los años 60, las películas indias gozan de mayor popularidad en Nepal que en muchos estados de su país natal, con su propio cine e idioma.

La gigantesca marea de admiradores hizo que grupos nacionalistas nepalíes teman que su país sea devorado por su vecino meridional y su cultura. El término "imperialismo cultural" originó una campaña para boicotear los filmes indios.

El izquierdista Comité de Coordinació del Movimiento Nacional del Pueblo anunció un plan para boicotear durante cuatro meses a las películas indias en este país, que comenzará en Katmandú el día 15.

"El monopolio de las películas indias está destruyendo la cultura nepalí. Si continúa esta tendencia, nuestro patrimonio cultural se convertirá en algo del pasado", se quejó el jefe del Comité, Bhakta Bahadur Shrestha. "Una vez que la gente pierde su cultura, también pierde su sentido de nacionalidad".

"Nuestras películas están tratando de sobrevivir en un mercado limitado, inundado de peliculas indias. Debemos formular políticas que gradualmente prohíban las películas de India en Nepal, igual a lo ocurre en otros países del sur de Asia como Bangladesh", declaró Yadav Kharel, uno de los realizadores y productores más destacados de Nepal.

Pero ese no es el veredicto unánime de los productores y exhibidores nepalíes que gozan de fuerte apoyo gubernamental, incluso de exenciones impositivas. Pese a que admiten la urgente necesidad de proteger al cine local, sienten que el boicot a los filmes indios es un acto extremo.

Agregaron que resultaría impráctico porque la industria nepalí no puede satisfacer la enorme demanda de los aficionados al cine, que es el entretenimiento más barato en el reino himalayo.

Las estrellas de cine son aquí como semidioses. Incluso en las chozas más remotas, las fotos de las estrellas ocupan más espacio en las paredes que las de familiares o divinidades religiosas.

Los nepalíes canturrean constantemente los últimos temas musicales de las películas difundidos por la radio, mientras los filmes en video se venden como pan.

"Si tengo la posibilidad, decididamente veo una pelicula india", declaró Ramesh Dongol, asiduo espectador de cine. "Son más entretenidas, mejor sonorizadas y las canciones son buenísimas".

Los realizadores nepalíes están de acuerdo. "No podemos competir con las peliculas indias", afirmó el actor y realizador Ashok Sharma. "El mercado nepalí es limitado. Los ingresos resultan escasos, y faltan tecnología, inversiones y equipos".

Nepal cuenta sólo con un estudio cinematográfico, la Compañía de Desarrollo Fílmico, en Katmandú, y la mayoría de los realizadores prefieren hacer el rodaje en el lugar de la escenificación. La industria emplea unas 10.000 personas, una cifra comparable a la de Australia, Bangladesh o Sri Lanka.

Productores y directores están presionando para crear un Consejo de Desarrollo Fílmico que, a su juicio, podría regular el flujo de películas indias y ayudar a promover el cine nepalí. (FIN/IPS/tra-en/rl/an/ego/aq/cr/99)

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