Unos 12.000 refugiados huyeron de la República Democrática de Congo (RDC) y cruzaron al pueblo fronterizo de Kaputa, en Zambia.
Uno de ellos, Jon Van Kirk, congoleño de origen belga que se rehusó a revelar su nombre verdadero por razones de seguridad, llegó a Kaputa el día 14, antes de que los rebeldes que intentaban derrocar al gobierno del presidente Laurent-Desire Kabila se acercaran a su pueblo, Moba Port, en el este de la RDC.
Van Kirk, de 65 años, dejó atrás 960 cabezas de ganado, 250 ovejas, una empresa de transporte por carretera y propiedades por un valor de millones de dólares.
Inmediatamente después de ser recibido por las autoridades de Zambia, Van Kirk encontró un refugio para él, algunos de sus trabajadores y un colega belga que no pudo retirar sus ahorros cuando los rebeldes se acercaban al pueblo.
Mientras Van Kirk gasta un total de 150 dólares en un alquiler mensual, el resto de los refugiados congoleños dependen de la caridad del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y viven en campamentos que carecen de servicios sanitarios adecuados y de agua corriente limpia.
La mayoría de los refugiados congoleños están siendo ubicados en 15 campamentos en el distrito de Kaputa y sus alrededores, pero con la intensificación de la guerra en la RDC los funcionarios que brindan ayuda temen que los asentamientos se vean desbordados por nuevas llegadas.
La población de refugiados en Kaputa, que se estima en 12.000, aumenta cada hora. "El mediodía del sábado 20 llegaron aproximadamente 300 refugiados a Kaputa, además de los que ya estaban, y continúan llegando masivamente", dijo Brian Vaughan, coordinador de emergencias de la ONU.
La situación respecto de la salud en Kaputa, un pequeño pueblo de 60.000 habitantes, también es amenazadora. Se informó acerca de cinco casos de sarampión en la clínica local, pero las autoridades sanitarias intentaron minimizar el hecho.
"No se trata de una epidemia. Sólo cinco personas en una población de más de 10.000 fueron afectadas por el sarampión", dijo un funcionario de salud en Kaputa.
Pero, aunque el número de personas con sarampión parece insignificante, una epidemia de cólera, que causó la muerte de 25 personas en Nsumbu, a 120 kilómetros de Kaputa, preocupa a los habitantes de este pueblo.
"El miedo de que pueda llegar hasta aquí es real", dijo un trabajador de la salud.
Medicins sans Frontiers (MSF-Holanda) planea volar en una completa clínica móvil para emergencias al distrito de Mporokoso, a aproximadamente 230 kms de Kaputa, hacia donde se comenzará a trasladar a los refugiados esta semana, según el ACNUR.
Se están armando 10.000 tiendas de campaña en Mporokoso, la Cruz Roja de Zambia excavó letrinas y Asistencia Irlandesa proporcionó agua tratada con cloro para los refugiados.
A pesar de las medidas de precaución en Kaputa, tres refugiados, inclusive un bebé de una semana, murieron, y una mujer embarazada luchaba por su vida luego de sufrir complicaciones en su embarazo el sábado.
"El bebé murió mientras la madre y el resto de la familia huían del conflicto. No sabemos qué mató a los otros dos, aunque suponemos que fue malaria", dijo Vaughan.
Para disminuir la propagación de la enfermedad, todos los refugiados, incluso los que afirmaban haber sido vacunados, son inmunizados a su llegada.
También se vacunó a los 500 refugiados congoleños en Chiengi, cerca del Lago Mweru, y a los 600 en la villa de Kapingu, a 60 kilónetros de Kaputa.
"Es difícil decir exactamente cuántos refugiados tenemos ahora porque continúan llegando en masa", dijo un funcionario.
Si continúa el flujo actual, los funcionarios que brindan ayuda temen que la población de refugiados en Kaputa podría llegar a más de 20.000 en unos pocos días.
"Es por eso que comenzamos a trasladarlos a Mporokoso", dijo Vaughan.
Zambia, con una población de aproximadamente 10 millones de habitantes, constituye un santuario para los refugiados que huyen de los conflictos en los países vecinos desde la década de 1960.
De acuerdo con el ACNUR, este país del sur de Africa alberga a más de 167.000 refugiados, la mayoría de Angola y la RDC.
La rebelión en la RDC, una ex colonia belga, estalló el 2 de agosto luego de que Kabila ordenara a las tropas de Ruanda y a los instructores militares que lo ayudaron a derrocar al fallecido presidente Mobutu Sese Seko en mayo de 1997 que abandonaran el país.
Desde entonces, el conflicto involucró a Angola, Chad, Namibia y Zimbabwe, que apoyan a Kabila contra los rebeldes, respaldados a su vez por Ruanda y Uganda. (FIN/IPS/tra-en/am/mn/at-dg/ip-pr/99