POBLACION: ONU denuncia desigualdad de género en la ancianidad

La pobreza afecta más a las mujeres ancianas que a los hombres en esa etapa de la vida, según un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El informe del secretario general Kofi Annan y un panel sobre mujer y ancianidad realizado en el foro mundial destacaron la relación entre la desigualdad de género y los desafíos de la tercera edad.

"La pobreza entre las ancianas no es accidental. En todo el mundo, las mujeres mayores tienen más probabilidades de vivir en la pobreza que los hombres, y ese grupo crece rápidamente", advirtió Annan en su informe.

Según el secretario general, la pobreza femenina se debe principalmente a la división del trabajo según el género. Muchas mujeres realizan tareas domésticas y cuidados no remunerados, por lo que su educación y desarrollo de habilidades son limitados.

"Las mujeres ganan menos y sufren la desigualdad en el trabajo, la familia y la sociedad", denunció Annan.

En algunos países, las leyes y prácticas hereditarias discriminan a las mujeres. Por ejemplo, algunos códigos islámicos establecen que las hijas heredan la mitad que sus hermanos varones, y las madres menos que sus hijos, destaca el informe.

"La desigualdad de género define las experiencias de las mujeres mayores", agrega.

Pese a los desafíos que enfrentan las mujeres en la tercera edad, sus contribuciones y necesidades especiales permanecen invisibles, ya que muchos documentos y plataformas de acción sobre la ancianidad no toman en cuenta la cuestión del género, observó la Federación Internacional sobre Ancianidad.

No obstante, el envejecimiento de la población previsto para las próximas décadas afectará principalmente a las mujeres, advierten los expertos.

"Dentro de 30 años, la demografía hará que las ancianas dejen de ser invisibles", dijo Natalie Gordon, de la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Estatuto de la Mujer.

"Exhortamos a que las mujeres mayores en su diversidad sean reconocidas como socias iguales y miembros contribuyentes de la sociedad", agregó.

En 1998, unos 66 millones de personas (o casi uno de cada 100 habitantes del planeta) tenían más de 80 años, informó la Asociación Estadounidense de Jubilados. Según esta organización, habrá 370 millones de ancianos para el 2050 y "la mayoría serán mujeres", dado que éstas en general viven más que los hombres.

La diferencia en la expectativa de vida tiende a aumentar la desigualdad de género porque hace que las mujeres tengan más probabilidades de quedar viudas y vivir solas, señalan los expertos.

Además, sufren más las enfermedades propias de la ancianidad y las consecuencias de un menor nivel educativo, una menor experiencia laboral y una mayor cantidad de responsabilidades familiares que los hombres de la misma edad.

"Cuando se aborda el problema de la ancianidad, no sólo hay dos géneros a considerar, sino también dos o más situaciones socioeconómicas", destacó Julia Tavares, embajadora de República Dominicana ante la ONU.

Tavares destacó que pronto la mayor parte de la población anciana del planeta residirá en países en desarrollo, donde algunas tradiciones han hecho a las mujeres más invisibles y desposeídas que en el mundo industrializado. Las estadísticas sobre la situación de la mujer en países pobres son raras, agregó.

"Estas campesinas y obreras podrán ser invisibles, pero en poco tiempo serán mayoría dentro de la población anciana mundial", observó la embajadora.

En un esfuerzo por destacar los problemas inherentes a la ancianidad, la ONU designó a 1999 como el Año Internacional de las Personas Mayores.

Según Tavares, este Año Internacional "no es sólo el redescubrimiento de un recurso olvidado, sino también el reconocimiento de que los ancianos deben ser consultados sobre las políticas que los afectan".

En el sector formal, las mujeres constituyen cerca de 25 por ciento de los trabajadores mayores económicamente activos, mientras el sector informal de muchas economías involucra también a gran cantidad de ancianas, particularmente en el Sur en desarrollo, de acuerdo con estadísticas de la ONU.

"En todo el mundo, muchas ancianas son un bien indispensable pero no reconocido", señaló Annan.

Para las mujeres mayores que realizan servicios no remunerados, "un salario podría significar la salida de la pobreza", sugirió el secretario general. (FIN/IPS/tra-en/km-fah/mk/ml/pr dv/99

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