PARAGUAY: Gobierno de unidad nacional para reemplazar a Cubas

Un gobierno de unidad nacional podría instalarse la semana próxima en Paraguay si el presidente Raúl Cubas fuera destituido por el Senado, que comenzó a juzgarlo por violación de la independencia de los poderes Legislativo y Judicial.

El presidente del Senado, Luis González Macchi, eventual sucesor de Cubas, se pronunció por la conformación de un gabinete de unidad nacional en que estarían representados la oposición y el sector del gobernante Partido Colorado enemistado con Cubas.

Pero el ex vicepresidente Angel Seifart, de la fracción colorada que encabeza el general retirado Lino Oviedo, mentor político de Cubas, advirtió que habrá "guerra civil" si el Senado destituye al presidente.

"Los colorados no aceptarán que la conjura legislativo- judicial desplace a un presidente elegido con más de 54 por ciento del voto popular", dijo Seifart.

Cubas aseguró que se ceñirá al fallo del Senado, que podría producirse el próximo miércoles, aunque el analista político independiente Carlos Martini puso en duda la posibilidad de que Oviedo acepte la remoción del presidente.

La Cámara de Diputados aprobó el miércoles la propuesta de juicio político a Cubas y el Senado se constituyó en tribunal, de acuerdo con el procedimiento indicado por la Constitución.

Los abogados defensores del presidente deben presentar su alegato este sábado y el lunes, la acusación proveerá sus pruebas. Se cree que la sentencia podría ser dictada dos días más tarde.

La destitución del presidente exige el voto conforme de dos tercios del Senado, que tiene 45 integrantes. De lograrse esos 30 votos, Cubas deberá abandonar el gobierno después de encabezarlo algo menos de siete meses.

La crisis institucional paraguaya se pronfundizó el martes, a causa del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, acérrimo rival de Cubas y Oviedo, que fueron acusados por la oposición de responsabilidad moral en el crimen.

El abogado Luis Fernando Canillas, defensor de Cubas, protestó por la perentoriedad de los plazos que le impuso el Senado y dijo que el juicio político parecía un "circo romano".

Pero el presidente respondió "me iré tranquilamente a mi casa", cuando un periodista le preguntó por su actitud en caso de fallo condenatorio de la cámara alta.

Oviedo, el verdadero poder detrás de la presidencia, sigue aparentemente detenido en el regimiento Guardia Presidencial, donde se presentó el miércoles a instancias de Cubas. Desde hace dos días no tiene contacto con la prensa, aunque se informó que recibe numerosas visitas.

Cubas precipitó la crisis el 18 de agosto, cuando por decreto conmutó por tres meses de arresto la condena a 10 años de cárcel que un tribunal militar extraordinario había impuesto a Oviedo por una tentativa de golpe de Estado en 1996.

El militar retirado quedó en libertad y otro tribunal castrense convalidó el decreto presidencial. Pero en diciembre, la Corte Suprema de Justicia dictaminó su nulidad y ordenó el regreso de Oviedo a prisión.

El presidente ignoró la orden de la Corte Suprema y la opopsición y los colorados seguidores de Argaña comenzaron a concertar la estrategia para llevar al presidente a juicio político.

Una serie de escaramuzas entre los "jóvenes por la democracia", partidarios de la destitución de Cubas, y los seguidores de Oviedo, se produjeron el jueves en la céntrica Plaza de la Democracia, de Asunción.

En la misma plaza acampan unos 10.000 campesinos que llegaron a la capital para solicitar la condonación de sus deudas con instituciones del Estado, que no podrían pagar a causa de malas cosechas y la baja cotización de sus productos.

La Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley para otorgar la solicitada condonación, mientras los campesinos se plegaban a la movilización que exige el relevo de Cubas.

El presidente de la Cámara de Diputados, Walter Bower, anunció la buena nueva a los campesinos y les pidió "por favor" que permanecieran en la plaza como "custodios de la democracia".

Por su parte, los dirigentes del grupo colorado 'oviedista' amenazaron "tomar el Congreso". En el otro bando, los "jóvenes por la democracia" juraron permanecer "hasta la muerte" en la plaza. (FIN/IPS/ct/ff/ip/99

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