El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, no se pronunció sobre la creación en mayo de un estado nacional al reunirse con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Arafat no anunció en ningún momento que declarará la independencia palestina para el 4 de mayo, como lo había advertido en numerosas ocasiones, pero subrayó que el apoyo internacional hacia esa medida está en aumento.
"El pueblo palestino tiene derecho a una patria y a la autodeterminación, como todos los otros pueblos del mundo", declaró Arafat el martes luego de reunirse con Annan en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y antes de partir hacia Washington para reunirse con Clinton.
Ese derecho fue consagrado en las resoluciones 181 y 194 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el establecimiento de un estado palestino y otro judío en lo que era un territorio bajo el mandato de Gran Bretaña, señaló Arafat.
El líder palestino describió su visita a Nueva York y Washington como parte de una "gira de consulta con nuestros hermanos y amigos para nuestra fecha más importante y sagrada, la del 4 de mayo", el quinto aniversario de la entrada en vigor del acuerdo preliminar de paz entre Israel y la ANP.
Sin embargo, Arafat no llegó a afirmar que declarará la independencia de Palestina en esa fecha, cuando vencerá el plazo fijado en el acuerdo preliminar para la determinación de un estatuto definitivo.
El acuerdo, firmado en Washington en 1993 por Arafat y el difunto primer ministro israelí Yitzhak Rabin, abrió el camino al autogobierno palestino en Gaza y Cisjordania.
En lugar de anunciar la independencia para esa fecha, Arafat dijo que "las autoridades palestinas se reunirán luego de estas consultas y después decidirán qué hacer".
Annan no realizó ningún comentario tras su reunión con el líder palestino, y Arafat sólo emitió unas pocas palabras luego de dialogar más de una hora con Clinton en la Casa Blanca. Declaró que Clinton "no rechaza" la independencia palestina, pero tampoco la vincula al 4 de mayo.
Sin embargo, un alto funcionario del Departamento de Estado dijo a la prensa que el gobierno "está contra las declaraciones unilaterales de independencia y cualquier acto unilateral que modifique la actual situación".
Además, el propio Arafat reafirmó "su absoluta convicción de que no se puede retornar a la violencia y que todos estos asuntos deben ser resueltos pacíficamente", agregó.
Clinton dijo que Washington favorece una pronta resolución de las negociaciones de estatuto permanente luego de las elecciones de Israel, el 17 de mayo, según el funcionario.
Dichas negociaciones deberían realizarse en forma "intensiva y acelerada", pero la fijación de un plazo límite no sería de ayuda, agregó.
Por otra parte, el funcionario señaló que, según el criterio de Washington y contrariamente a lo manifestado por el primer ministro israelí Binyamin Netanyahu, Arafat "está combatiendo activamente el terrorismo, de manera seria y sistemática".
Destacó además que, mientras los palestinos cumplieron con varias de las obligaciones asumidas para la segunda fase del acuerdo de Wye (octubre de 1998), Israel no cumplió ninguna.
El propio hecho de que Clinton se haya reunido con Arafat luego de varios desaires a Netanyahu ha sido interpretado como una señal de apoyo hacia un futuro estado palestino.
"Recordemos que el presidente Clinton dijo en Gaza (que los palestinos tienen derecho a vivir) 'en su tierra libre e independiente'," destacó Arafat el martes.
Mientras, en Jerusalén, David Bar-Illan, asesor de Netanyahu, declaró a la prensa que "Israel espera que las cosas continúen como están" y que el plazo del 4 de mayo es sólo "un objetivo que obviamente no puede cumplirse".
Netanyahu amenazó reiteradamente con anexar a Israel partes de Cisjordania en caso de que Arafat declare unilateralmente la independencia de Palestina.
Ahora que los acuerdos de paz fueron congelados por el gobierno de Netanyahu y que se acercan las elecciones en Israel (previstas para el 17 de mayo, dos semanas después de la "fecha sagrada" de los palestinos), los cálculos políticos complican cualquier declaración de independencia.
La ANP controla sólo algunas áreas de Cisjordania aisladas entre sí (40 por ciento, contando zonas de gobierno conjunto con fuerzas israelíes) y cerca de 60 por ciento de Gaza.
Además, Jerusalén oriental, reclamada por los palestinos como su futura capital, permanece bajo completo control de Israel, lo cual complica cualquier plan inmediato de la ANP de establecer su propio estado.
En consecuencia, Arafat podría aceptar la voluntad de la Casa Blanca y postergar la declaración de independencia a cambio de apoyo internacional para la formación del estado palestino luego del 4 de mayo.
Sin embargo, en esa fecha vencerá el mandato del órgano legislativo palestino. Algunos de los funcionarios de la ANP presentes en Washington, incluido el negociador Saeb Erekat, se preguntaron quién gobernará Palestina si, como se prevé, el plazo se cumple sin ningún progreso en el proceso de paz.
Erekat predijo un vacío de poder en caso de que los asuntos pendientes no se resuelvan para esa fecha.
"El 4 de mayo no es una fecha arbitraria", señaló Hussein Ibish, director de prensa del Comité Arabe-Estadounidense contra la Discriminación, con sede en Washington.
Se trata de la fecha acordada entre ambas partes para poner fin al período interino y dar paso a la formación de un estado palestino, explicó.
Lo lógico sería que Estados Unidos impulsara la implementación de los acuerdos palestino-israelíes, congelados en los últimos años por el gobierno derechista de Netanyahu, opinó Ibish.
Sin embargo, dudó que Washington se arriesgue a oponerse a "posiciones incluso irrazonables de Israel". (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mlm/ip/99