Grupos de mujeres advirtieron que el gobierno de Pakistán sólo postergó la votación sobre un proyecto de reforma constitucional para "islamizar" el sistema jurídico, lo que pondría en riesgo muchos de sus derechos.
"Sólo es cuestión de tiempo. El gobierno no se ha olvidado del proyecto" pese a la férrea oposición, señaló Saira Abassi de la Fundación Aurat, una organización no gubernamental (ONG) que encabeza la campaña contra la propuesta legislativa para la enmienda constitucional número 15 o "proyecto de la Sharia".
El gobierno de Nawaz Sharif obtuvo la aprobación de su proyecto en la Asamblea Nacional, donde cuenta con mayoría absoluta, pero para transformarse en ley la propuesta debe ser aprobada por el Senado, controlado por la oposición.
"Los gobernantes están haciendo alianzas estratégicas en la cámara alta, y cuando estén seguros de que el proyecto pueda lograr dos tercios de votos del Senado, lo someterán a votación", advirtió Abassi.
"Pueden mantenerlo pendiente hasta el próximo marzo, cuando se renovará la mitad del Senado. Desafortunadamente, la mayoría de los senadores que se retirarán son oponentes del proyecto", agregó.
El gobierno de Sharif desea convertir la "sharia" (tradición islámica) en la ley suprema de Pakistán. Sus opositores sostienen que el proyecto nada tiene que ver con la devoción por el Islam, sino con un intento del gobierno federal de consolidar su poder.
Partidos opositores y ONGs coinciden en que el proyecto de la Sharia amenaza la Constitución y los principios de la federación y la autonomía provincial.
En esa situación, las mujeres y las minorías religiosas serían especialmente vulnerables, así como la libertad cultural y artística, agregan.
"Partidos islámicos y supuestos ideólogos como Israr Ahmed ya comenzaron a dar sermones a las mujeres para que permanezcan en el hogar, críen a sus hijos, cocinen, laven, limpien, adoren a sus esposos y mantengan la boca cerrada", previno el Comité de Acción Conjunta para los Derechos de los Pueblos, una coalición de 18 ONGs.
La ministra de Desarrollo de la Mujer, Tahmina Daultana, procuró calmar los ánimos. "Las mujeres no deben temer al proyecto de la Sharia porque tiende a promover los derechos que les otorga el Islam", dijo.
Sin embargo, el Ministerio reveló un Plan Nacional de Acción según el cual el proyecto de la Sharia, una vez aprobado, impediría impugnar disposiciones constitucionales discriminatorias contra la mujer.
Organizaciones de mujeres temen que la ley incremente el poder del gobierno para determinar el papel de la mujer en la sociedad y prescribir lo que está bien y lo que no.
"Dado que las definiciones del bien y el mal según el Islam son subjetivas y vagas, el gobierno tendrá poder absoluto para interpretar el Islam de acuerdo a su voluntad y podrá debilitar la condición de la mujer y los paquistaníes no musulmanes", advirtió la Fundación Aurat.
"Muchas mujeres ya sufren persecuciones. Reciben amenazas de violencia por no acatar el código de moralidad urdido por esas facciones islámicas, y su espacio público y privado se vuelve cada vez más inseguro", declaró el Foro de Acción para las Mujeres.
La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán consideró "autoritario" el espíritu de la ley propuesta y advirtió que limitará la delegación de poderes.
No hay duda que un sistema jurídico basado en la religión discriminará a las mujeres y a las minorías, previno Nasrin Azhar, una activista de la Comisión.
Un abogado independiente de Islamabad opinó que la aprobación del proyecto sembrará la anarquía en las actuales estructuras jurídicas y políticas.
"El Estado se verá involucrado en interminables batallas y conflictos sectarios porque cada secta intentará imponer su propia interpretación de la sharia", advirtió. (FIN/IPS/tra-en/mr/an/mlm/hd/99