NEPAL: Esperan frenar aumento de la lepra con apoyo de la OMS

Hace seis meses, el día en que cumplió nueve años de edad, Dhan Bahadur Budhathoki, que vive en una aldea de Diktel, al este de Nepal, notó que un acné ulceroso había brotado en sus miembros superiores y su rostro.

Diktel carece de médicos, y los hermanos mayores del niño ignoraron las feas pústulas sobre su cuerpo hasta que un día oyeron sobre los síntomas de la lepra en una radio estatal.

El niño fue llevado a la capital y admitido en el Hospital de Leprosos de Anandban, en las estribaciones meridionales del valle de Katmandú. El hospital de 125 camas, fundado y dirigido por misioneros cristianos, trata enfermos de lepra desde 1961.

"Fue el tipo de paciente que podía difundir la enfermedad", señaló el doctor Mahesh Shah, un dermatólogo. Ahora el niño está siendo sometido a un tratamiento intensivo, y los médicos piensan que tiene buenas posibilidades de una total recuperación.

Miles de personas en este paupérrimo país del Himalaya están infectadas con el bacilo de Hansen, causante de la lepra, una terrible enfermedad que desfigura y mutila a sus víctimas. No todos tienen la posibilidad de ser curados.

Muchos se niegan al tratamiento médico porque temen ser aislados por sus comunidades. Muchos de quienes consultan a los médicos abandonan el tratamiento antes de que concluya, creyendo que ya están bien, y a menudo sufren recaídas.

Los funcionarios gubernamentales de salud de la capital pensaban que la enfermedad estaba declinando en Nepal. Hace pocos años, la Campaña Nacional de Eliminación de la Lepra (CNEL) informó de una incidencia de 3,9 casos cada 10.000 personas.

Sin embargo, a comienzos de febrero un programa gubernamental de una semana para identificar a los enfermos de lepra, que fue llevado a cabo con la asistencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y agencias internacionales donantes, reveló un alarmante ascenso.

Las nuevas cifras que acaba de difundir la CNEL indican la existencia de 8,42 casos por cada 10.000 personas.

Jayaram Baral, director de la CNEL, dijo que habían sido descubiertos 11.691 casos nuevos en 27 de los 75 distritos del país durante la semana que duró el programa, desde el 31 de enero al 5 de febrero. "Entre ellos se identificó a 2.277 pacientes que dejaron el tratamiento a mitad de camino", agregó.

Las cifras son altas, pero muchos expertos dicen que no resultan sorpresivas si se tienen en cuenta las carencias del sistema de salud pública y la arraigada convicción popular de que la lepra es provocada por el pecado o la ira de los dioses hindúes.

Hasta hace poco, muchos aldeanos infectados por la enfermedad eran ocultados.

Las campañas gubernamentales para crear conciencia del problema ayudaron bastante a cambiar la situación. "La campaña de sensibilización ha dado muy buenos resultados con el paso de los años", opinó la doctora C.R. Butlin, superintendente médica del Hopital de Leprosos de Anandban.

"Ahora es más fácil para los pacientes venir a tratarse, porque la sociedad ha aceptado gradualmente que la enfermedad es curable", señaló.

Butlin, quien participó en el reciente programa gubernamental de detección de casos, dijo que se sintió alentada al ver a mucha gente "que tomó la iniciativa de buscar tratamiento, lo cual muestra un gran cambio de actitud".

El doctor M.C. Jain, consultor de la oficina nepalí de la OMS, expreso su convicción de que el estigma social que rodea a la enfermedad ha sido casi eliminado.

Otro obstáculo importante es el costo de los medicamentos. El tratamiento de la enfermedad requiere algunas de las costosas drogas empleadas contra la tuberculosis, aunque la lepra es menos contagiosa que aquella enfermedad.

El tratamiento común consiste en una combinación de drogas que incluye Rifampicina, Dapsone y Clofazimina. Comprar estos medicamentos, especialmente la Rifampicina, es casi imposible en un país donde la mayoría de la gente gana menos de un dólar por día.

La OMS y agencias donantes internacionales resolvieron el problema proporcionando las drogas en forma gratuita al gobierno. Los puestos de salud y los hospitales, a su vez, distribuyen los medicamentos entre los pacientes.

La OMS considera que ha sido notable el resultado de programas similares al que se aplica en Nepal en otros países en desarrollo como Birmania, Cachemira, India e Indonesia. En 1985 existían 10,7 millones de casos de lepra en el mundo, y en 1997 se registraron sólo 1,2 millones de casos.

Estos resultados se debieron a la terapia que combina varias drogas. La OMS espera lograr la erradicación total de la lepra, pero en lo inmediato se propone reducir su incidencia a menos de un caso cada 10.000 personas en el año 2000.

"Es poco probable que la enfermedad desaparezca de Nepal en poco tiempo", admitió el doctor Shyam P. Bhattarai, responsable del planeamiento y la supervisión de políticas del Ministerio de Salud, y de la administración de la ayuda externa que recibe ese organismo.

"Nuestra ambición es eliminar la lepra en el 2004", agregó, pero admitió que lo más probable es que en ese año sólo se alcance la meta propuesta por la OMS para el 2000. (FIN/IPS/tra- en/sp/an/ego/mp/he/99)

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