Los noticieros de televisión son la primera fuente de entretenimiento de la población de la capital de México. La crónica roja y los escándalos públicos resultan hoy más atractivos que las telenovelas.
Una encuesta publicada este martes por el diario Reforma indica que 28 por ciento de los televidentes consideran al noticiero su programa favorito, mientras 40 por ciento opina que la televisión local cumple con su función de entrenener.
La encuesta, la quinta de su tipo que se realiza desde 1994 en universos de 750 a 800 personas, revela que telenovelas y programas deportivos perdieron terreno en los últimos cuatro años. Hoy, la preferencia por los noticieros supera por 11 puntos porcentuales a las primeras y por 20 a los segundos.
Las telenovelas mexicanas que se venden con éxito en todo el mundo mantuvieron la delantera en la preferencia del público hasta 1995, pero fueron desplazadas a un segundo lugar en 1996 por un pequeño margen. Ahora, la diferencia es contundente.
"Si bien la información televisiva no tiene por qué ser seria y aburrida, las características y matices que está mostrando el infoentretenimiento, tanto en oferta como demanda, resulta preocupante desde el punto de vista de la cultura política del televidente", señaló el experto Guillermo Orozco.
Orozco, investigador del departamento de estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara, expresó que la encuesta publicada este martes pone en entredicho "la responsabilidad ética de las televisoras".
Parece que encontraron "una nueva fórmula de cautivar a la teleaudiencia y elevar sus ganancias, justo a través de la mercantilización de la información", opinó.
Enfrascadas en una fuerte competencia, Televisión Azteca y Televisa, las dos principales empresas de televisión de México, rediseñaron en los últimos años formato y contenido de sus noticieros, incluyendo más notas de crónica roja y reportajes que los analistas consideran frívolos y superficiales.
Florence Toussaint, especialista en comunicación, cree que las televisoras locales denigraron el género del noticiero al difundir información sesgda y transformar a reporteros y presentadores en protagonistas y no "medios" para entregar información.
En noviembre de 1997, el presidente Ernesto Zedillo cuestionó el contenido "violento" de los noticieros y reclamó cambios en sus formatos. En un primer momento las televisoras eliminaron los noticieros especializados en temas delictivos, pero luego sumaron esos temas a los noticieros generales.
Según la encuesta, la televisión es hoy la principal fuente de información de la población en la capital mexicana: 90 por ciento de los televidentes está en contacto sistemático y permanente con los noticieros televisivos.
En contraste, 52 por ciento de los encuestados dijo que tenía la costumbre de leer un periódico y 41 por ciento afirmó que "acostumbra escuchar noticiarios por radio".
El infoentretemiento se impone y "rebasa empresas de televisión específicas debido a que la mayoría de televidentes mexicanos no advierte diferencias sustanciales entre Televisa y Televisión Azteca", expresó Orozco.
Pero no sólo crónica roja y temas frívolos sería reponsables de la atracción que ejercen los noticieros. Según varios analistas, también tienen peso en esto los escándalos políticos, la crisis económica y el aumento real de la delincuencia.
Cuando la policía descubrió un cadáver enterrado en una casa de Raúl Salinas, el hermano del ex presidente Carlos Salinas (1988- 94), y se supo que los investigadores acudieron a brujas para descrubrir el hecho, el escritor Carlos Fuentes dijo que en México la noticia supera a la imaginación de cualquier novelista.
Casos de corrupción en todos los niveles, detención de militares por narcotráfico, problemas económicos y otros males resultan hoy mucho más atractivos que las telenovelas, manifestó el escritor Carlos Monsiváis. (FIN/IPS/dc/ag/ip-cr/99