MEXICO: Más de dos millones responden consulta de guerrilla

Los rebeldes zapatistas del estado de Chiapas lograron que más de dos millones de mexicanos y extranjeros mayores de 12 años respondieran una consulta sobre derechos indígenas, cinco veces menos que la cantidad esperada.

Aunque no cumplió con la expectativa, el nuevo esfuerzo político del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para lograr apoyo a su causa constituye un importante paso hacia a la paz, opinaron algunos intelectuales como el escritor Carlos Fuentes.

Pero el gobierno de Ernesto Zedillo, que mantiene suspendidas las negociaciones con la guerrilla desde 1996, lo consideró inútil, mientras expertos en encuestas lo calificaron de técnicamente inválido, pues las preguntas planteadas condicionaron las respuestas siempre al sí.

El grupo que se declara "insurgente y armado" a pesar de no haber disparado un solo tiro desde 1994 y tener vía libre para movilizar a sus miembros por el país siempre que vayan desarmados, esperaba que su consulta atrayera a más de 10 millones de personas.

Según los primeros informes de la consulta, realizado por la fundación privada Rosenblueth, a las 15.000 mesas instaladas en el país acudieron más de dos millones de personas, mientras a las instaladas en el extranjero, como en Madrid, París y algunas ciudades de Estados Unidos, lo hicieron algunos cientos.

El número de votantes fue mayor a los poco más de un millón de personas que respondieron otra consulta del EZLN realizada en agosto de 1995, cuando se preguntó si era necesario formar una alianza opositora amplia y si la guerrilla debía transformarse en fuerza política.

Como en aquella ocasión, en la última consulta, a la que acudieron menos de tres por ciento de los 96 millones de mexicanos, más 90 por ciento de las respuestas resultaron positivas.

Para los expertos en encuestas, como la firma Indemerc Louis Harris, era difícil de imaginar un resultado distinto.

"¿Estás de acuerdo en que los pueblos indígenas deben ser incluidos (…) en la construcción de un nuevo México?", inquiría la primera pregunta.

La segunda planteaba: "¿Estás de acuerdo en que los derechos indígenas deben ser reconocidos en la Constitución conforme a los acuerdos de San Andrés?". "¿Estás de acuerdo en que debemos alcanzar la paz verdadera por la vía del diálogo?", se preguntaba en tercer término.

La dos últimas preguntas planteaban si el votante estaba de acuerdo en que el pueblo deba organizarse para exigir al gobierno y si los mexicanos que residen en el extranjero "deben ser parte activa de la construcción de un México nuevo".

Con la consulta, el EZLNa pretendió refrendar su posición favorable al proyecto de ley sobre cultura y derechos indígenas preparado en 1996 por una comisión del Congreso legislativo sobre la base de los acuerdos de San Andrés entre los rebeldes y el gobierno.

Zedillo no acepta el proyecto, pues considera que concede excesiva autonomía a las etnias, y mantiene la tesis de que se acepte otro proyecto preparado por sus asesores, pero rechazado por los guerrilleros.

Más allá del resultado de la consulta y del futuro del diálogo entre EZLN y el gobierno, la última iniciativa del grupo fue considerado por la mayoría de los observadores su mayor esfuerzo político desde que se levantó en armas en 1994.

Para promocionar la consulta, la dirección guerrillera transladó a diversos puntos del país a alrededor de 5.000 de sus miembros y simpatizantes indígenas.

En sus recorridos y visitas, los delegados, que mantuvieron cubiertos sus rostros con pasamontañas y pañuelos, se entrevistaron con sindicatos, maestros, estudiantes, empresarios y miembros de diversos grupos civiles y políticos.

En algunos puntos del país, los activistas denunciaron el acoso de la policía y de miembros del gobernante Partido Revolucionario Institucional, pero no se registraron incidentes importantes.

La iniciativa del EZLN fue inútil, pues contenía preguntas de respuesta obvia, de acuerdo con las conclusiones de una serie de foros nacionales sobre derechos indígenas que ya dieron origen a un proyecto de ley en la materia, señalaron portavoces oficiales.

Desde su irrupción pública en enero de 1994, la guerrilla zapatista convocó con éxito varios foros nacionales en la selva de Chiapas para formar un frente opositor, realizó un encuentro intercontinental "contra el neoliberalismo" y envió un grupo de sus miembros a la capital.

Cada uno de los esfuerzos fue desacreditado por portavoces del gobierno, mientras la guerrilla los consideró un importante avance político. (FIN/IPS/dc/mj/ip/99

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