El paraíso fiscal que ampara a la industria maquiladora de México, puntal del comercio exterior y blanco de acusaciones por supuestos abusos laborales y violaciones a normas ambientales, está a punto de desaparecer, pero los beneficiarios se resisten y amenazan.
En sus acuerdos dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), integrado además por Canadá y Estados Unidos, México deberá eliminar en el 2001 las exenciones fiscales de que gozan las maquiladoras, sector que depende en más de 90 por ciento de insumos extranjeros.
Algunas firmas asiáticas como Samsumg, Sanyo y Mitsubichi, ya amenazaron con su retiro si el gobierno del presidente Ernesto Zedillo cumple sin atenuantes el compromiso dentro del TLC. Las maquiladoras de capital estadounidense seguirán exentas del pago de impuestos.
Para evitar que los problemas se agraven con las firmas de países que no son del TLC, la secretaría (ministerio) de Comercio envió esta semana misiones a Asia. El objetivo es buscar acuerdos con las matrices de las empresas instaladas en México, indicaron portavoces oficiales.
Además, se conformó un Grupo de Alto Nivel México-Japón, cuya primera cita formal será en junio.
Con exportaciones por un valor superior a 51.000 millones de dólares en 1998, las maquiladoras representan para México más de 40 por ciento de su comercio exterior y fuente de empleo de 1,06 millones de personas.
"Si no se dan facilidades arancelarias habrá un fuerte obstáculo para que el sector (maquilador) opere en México y se limitarán inversiones", advirtió Humberto Izunza, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación.
Para Oscar Soriano, miembro del Instituto de Contadores Públicos, "(la secretaría) de Hacienda debe buscar mecanismos alternos luego del año 2000 para que existan facilidades en esta industria".
De lo contario,"vamos a tener un problema serio por que los maquilantes no quieren pagar impuestos en México", dijo.
Voceros de la secretaría de Comercio indicaron que mantienen reuniones con Hacienda para buscar un mecanismo que permita extender, sin violar los acuerdos del TLC, el régimen impositivo del que gozan las maquiladoras.
Siguiendo con su larga racha de crecimiento, las maquiladoras generaron en enero 21.434 nuevos empleos y registraron un superávit comercial de 884,8 millones de dólares.
Instaladas desde 1965, las plantas donde se ensamblan televisores, computadoras, muebles, prendas de vestir y componentes electrónicos, entre otros productos, se han mostrado inmunes a las periódicas etapas de crisis económica que enfrentó México desde los años 80.
Entre 1980 y 1998, el número de plantas maquiladoras instaladas en México pasó de 620 a 3.100.
Interesado en sacar mejor provecho del sector, el gobierno de Zedillo inició en 1997 el programa Desarrollo de Proveedores, cuyo objetivo era cambiar la relación entre abastecimiento de materia prima y producción.
Sin embargo, las empresas maquiladoras, cuyos capitales son en su mayoría de Estados Unidos y los países asiáticos, siguen importando más de 90 por ciento de sus insumos.
Grupos humanitarios y sindicales sostienen que el crecimiento de las maquiladoras se alcanza gracias a las explotación de sus trabajadores, sometidos a labores repetitivas, sin creatividad y con derechos y sueldos limitados.
Según un informe de la organización internacional Human Rights Wacht, en las maquiladoras mexicanas se discrimina la mano de obra femenina -mayoritaria en esa industria- y se bloquea el trabajo indical.
Antes de contratar a una mujer, los administradores de la mayoría de maquiladoras interrogan a las interesadas sobre sus preferencias sexuales, los métodos anticonceptivos que usan, la fecha de la última menstruación y si están embarazadas.
Los beneficios económicos de las maquiladoras se logran a costa de la integridad física y mental de cientos de miles de mujeres, generalmente provenientes de sectores pobres, que encuentran en esa industria una opción para sostener a sus familias, apunta Human Rights Wacht.
Otro costo del "boom" maquilador mexicano es, según la organización ecologista Greenpeace, el daño ambiental.
Ubicadas en su mayoría en los estados fronterizos con Estados Unidos, las maquiladoras producen varios tipos de residuos químicos y metálicos que son depositados al aire libre y no reciben ningún tratamiento, observa el grupo ecologista. (FIN/IPS/dc/dg/if-lb-en/99)
