MERCOSUR: Apagones en Brasil y Paraguay, signo de la integración

El apagón que afectó a Paraguay y a diez estados del centro-sur de Brasil inauguró la integración en materia de colapsos energéticos, consecuencia natural de las asociaciones e interconexiones que se expanden con el Mercosur.

Más de 70 millones de personas sufrieron la interrupción del suministro de electricidad a partir de las 22.16 hora local de Brasilia (01.16 GMT del jueves). La luz solo empezó a volver 20 minutos después, pero en Sao Paulo, Rio de Janeiro y Espíritu Santo la situación solo se normalizó cuatro horas después.

Tanto Asunción como las grandes metrópolis brasileñas, Sao Paulo y Rio de Janeiro, vivieron horas de caos, congestionamientos de tránsito y accidentes por las señales luminosas apagadas y personas atrapadas en los ascensores.

En las calles, los ladrones aprovecharon la oscuridad y el tránsito paralizado para multiplicar sus robos. Aeropuertos dejaron de operar, así como los trenes de superficie y subterráneos y los autobuses eléctricos de Sao Paulo, dejando pasajeros encerrados o desorientados en las calles.

La falta de energía interrumpió la operación de los sistemas de captación de agua en Rio de Janeiro, dejando la ciudad con abastecimiento insuficiente. La compañia de saneamiento básico pidió a la población reducir el consumo hasta este sábado.

El problema empezó en las líneas de transmisión que salen de Itaipú, la gigantesca central hidroeléctrica compartida con Paraguay, en la frontera, según el Ministerio de Minas y Energía de Brasil que promete investigar las causas.

El sistema interconectado de Brasil favorece la interrupción en cadena del suministro de electricidad por varios estados, en especial en el Sureste, región más poblada y más rica del país, y por tanto de mayor consumo energético.

Paraguay sufrió también las consecuencias, pues Itaipú es su principal fuente de energía.

El gran apagón brasileño-paraguayo ocurrió dos semanas después de que centenares de miles de habitantes de Buenos Aires vivieron la pesadilla de quedar diez días sin electricidad.

La demora en restablecer el suministro puso a Edesur, distribuidora de electricidad privatizada en 1992, en el banquillo de los acusados, tal como al proceso de privatización, que pasó el control de la empresa del Estado al grupo chileno Enersis.

Presionado, el gobierno argentino exigió a Edesur el pago de indemnizaciones a la población afectada. La compañía anunció el martes que pagará entre 600 y 2.000 dólares a cada usuario afectado, de acuerdo con su nivel de consumo.

En el caso brasileño no debe aplicarse la medida, porque los daños no se debieron a "impericia", sostuvo Firmino Sampaio, presidente de Eletrobrás, la empresa estatal que coordina el sector eléctrico nacional.

El ministro de Minas y Energía, Rodolpho Tourinho, se adelantó a las críticas inevitables, afirmando que el apagón brasileño no tuvo ninguna relación con la privatización. Tanto Itaipú como las líneas de transmisió y Furnas, la mayor proveedora del centro-sur brasileño, "son estatales", recordó.

Pero desde 1 de marzo la transmisión de electricidad en Brasil está bajo la responsabilidad del Operador Nacional de Sistemas (ONS), una asociación civil de las empresas del sector, sin fines de lucro, que cuenta con representantes de los consumidores.

La creación del ONS es una medida de preparación para la privatización de las empresas generadoras de energía, cuyo comienzo se prevé para este año. La función del ONS es operar el sistema interconectado de las varias empresas generadoras y distribuidoras, como un agente neutro.

Ese órgano de coordinación no tiene ninguna culpa por el apagón, se apuró en afirmar el director del ONS, Carlos Ribeiro.

De todas formas, una posible responsabilidad y decisiones sobre indemnizaciones son competencia de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica, la autoridad normativa creada por el gobierno para definir y aplicar reglas en esa área.

Brasil no sufría desde 1985 un apagón de proporciones que alcanzara varios estados. Pero esta vez no se debió al agotamiento de la capacidad del sistema de generación y transmisión, como en las ocasiones anteriores.

La interrupción del suministro ocurrió a las 22.16 horas, después del horario de mayor intensidad de consumo, que es al comienzo de la noche, observó Ribeiro.

Pero muchos expertos temen la repetición de problemas similares en el futuro, ante la falta de inversiones en la ampliación del sistema. En Brasil, el consumo de energía crece siempre más que la economa, incluso en períodos recesivos, argumentan. (FIN/IPS/mo/mj/if en/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe