MALASIA: Culmina juicio contra ex viceprimer ministro

El próximo martes se sabrá si el encarcelado y destituido viceprimer ministro de Malasia Anwar Ibrahim es juzgado culpable o inocente de presionar a los funcionarios policiales que investigaron los cargos en su contra por delitos sexuales.

Pero incluso después de ese día, 6 de abril, promete continuar la saga política que se inició hace cinco meses cuando el primer ministro Mahathir Mohamad y antiguo protector de Anwar lo destituyó y acusó de delitos sexuales.

Dos días antes de que el juez falle su veredicto, los partidarios de Anwar en el movimiento "reformasi", o de reformas políticas, inaugurarán un nuevo partido político de oposición al gobierno.

Anwar denunció en reiteradas ocasiones que los cargos en su contra son parte de una conspiración de alto nivel producto de su rivalidad con Mahathir, y que no tienen que ver con supuestas gestiones para interferir con la justicia o con presuntos delitos sexuales.

Hasta el momento, Anwar se resignó a su suerte, y señala que espera ser hallado culpable y encarcelado por varios años. Si es condenado, el ex sucesor de Mahathir podría cumplir hasta 14 años en prisión.

Incluso si es absuelto, los problemas de Anwar no habrán terminado ya que le esperan otro cargo de corrupción y cinco de sodomía, penados con latigazos y hasta 20 años en prisión.

Varias decisiones que afectaron la defensa de Anwar no le fueron favorables al funcionario caído en desgracia.

Por ejemplo, el juez Augustine Paul desechó la semana pasada una solicitud de los abogados de Anwar pidiéndole que abandonara la presidencia del juicio, y la calificó de "ridícula".

Los abogados entregaron la solicitud después de que Paul se negó a considerar el argumento de Anwar de que altas figuras políticas fabricaron los cargos en su contra para destruir su carrera.

Lo que sí es relevante, afirmó el juez, es si Anwar presionó en las investigaciones policiales o si es culpable de delitos sexuales, y no si existe una conspiración política para sacarlo del medio.

Mientras la batalla jurídica continúa, los activistas intentan mantener fuera de los tribunales la fuerza del movimiento opositor a Mahathir.

El 10 de diciembre surgió el nuevo Movimiento de Justicia Social (ADIL) que ofreció un camino medio a los malasios desencantados de los opositores Partido de Acción Democrática (DAP), que aunque es multiétnico tiene una gran base china, y el Partido Islámico Panmalasio (PAS).

Los partidarios de Anwar quieren estar preparados para las elecciones generales previstas para mediados del 2000, aunque varios analistas consideran que podrían celebrarse mucho antes.

Pero los opositores temen que si solicitan la inscripción de un nuevo partido antes de las elecciones, el gobierno de Mahathir la rechace. ADIL no es un partido político, por lo que buscan nuevas alternativas.

Es probable que los partidarios de Anwar utilicen un partido inactivo, con el nombre de Partido de Justicia Nacional. "Está asociado con el movimiento 'reformasi'. Creo que es algo que la gente quiere", dijo Chandra Muzaffar, vicepresidenta de ADIL.

La presidenta de ADIL es la esposa de Anwar, Wan Azizah Ismail.

Chandra y Azizah realizaron manifestaciones ante grandes públicos en todo el país. Ambas, junto con el presidente del PAS, Fadzil Noor, hablaron el jueves 25 ante una multitud de malayos en una aldea rural castigada por la lluvia en Alor Star, capital del norteño estado de Kedah.

Un informe de prensa extranjero indicó que 20.000 personas asistieron al encuentro, pero Chandra asegura que fueron entre 50.000 y 60.000, a pesar del mal tiempo, en una zona próxima al lugar de origen de Mahathir, en Kubang Pasu.

No obstante, a pesar de la reacción popular, Chandra reconoce que es difícil saber si ese apoyo a las reformas y el cambio pueden expresarse en votos en las elecciones generales.

Los electores, sobre todo la comunidad china que representa 25 por ciento de los 21 millones de habitantes de este país, quizá no voten a la oposición si consideran que esta causaría inestabilidad.

Así mismo, Mahathir demostró en las últimas elecciones en Sabah, donde su coalición gobernante ganó con una mayoría de 31 contra 17 bancas, que aún dirige una fuerte maquinaria política después de 18 años en el poder.

Pero un partido nuevo que transite por el camino del medio podría atraer a los votantes al bando opositor, sobre todo si ha de ser un partido multiétnico dirigido por individuos respetados que se consideren honestos y por encima de las rencillas políticas.

Los activistas esperan que el Partido Nacional de Justicia englobe a los partidos opositores en una fuerza creíble. "Es la esperanza para la formación de un nuevo frente opositor", expresó la activista Jubal Lourdes, de la nueva agrupación. (FIN/IPS/tra-en/an/js/aq/ip/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe