LIBANO: Alivio al interrumpirse los bombardeos israelíes

Líbano respiró hoy con alivio al comprobar que no se concretaba otro ataque masivo de Israel sobre los asentamientos de la guerrilla chiíta en el sur del país.

Los habitantes del sur de Líbano salieron de los refugios rumbo a los comercios de aldeas y ciudades, y las escuelas reabrieron luego de haber cerrado el lunes por temor a ataques israelíes de represalia.

Guerrilleros del grupo integrista libanés Hezbollah (Partido de Dios) detonaron el domingo una bomba en la llamada zona de seguridad que Israel ocupa en el sur de Líbano y mataron a un general israelí, a dos soldados y a un periodista.

Aviones israelíes bombardearon los asentamientos de Hezbollah en el sur y el norte de Líbano en cinco oportunidades en la noche del domingo. Asimismo, soldados israelíes mataron a dos guerrilleros que intentaban colocar bombas junto a la carretera.

El lunes no se produjeron más explosiones, pero los aviones de combate israelíes atravesaron una y otra vez el cielo de Beirut, haciendo vibrar los cristales de las ventanas tras romper la barrera del sonido.

El partido pro-iraní Hezbollah, fundado en 1985, lucha por expulsar a Israel de la zona de seguridad del sur, ocupada desde 1978. El subsecretario general del grupo, Naeem Kassem, aseguró el lunes que los guerrilleros continuarán luchando para desalojar a los israelíes.

"Consideramos que es nuestro derecho lanzar ataques contra los israelíes. Nada impedirá que continuemos con los operativos para liberar nuestra patria", dijo Kassem.

El grupo guerrillero utiliza cohetes katyushas contra los asentamientos israelíes en Galilea en represalia por las muertes de civiles provocadas por los bombardeos de la Fuerza Aérea de Israel.

El último incidente de este tipo se produjo el mes pasado, cuando un ataque aéreo de Israel mató a nueve civiles en Janta, una aldea de la región de Bekaa y supuesto reducto de Hezbollah. Las nueve víctimas pertenecían a la misma familia.

Mientras, se intensifican los esfuerzos diplomáticos para reducir la tensión en la zona de seguridad. Estados Unidos y Francia instaron a ambas partes a detener los ataques.

El presidente libanés Emile Lahoud discutió la situación con el jefe de Estado de Siria, Hafez al-Assad, cuyo gobierno mantiene una fuerte influencia sobre la política interior y exterior de Líbano desde la guerra civil de 1975-1990.

Por su parte, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y su principal rival en las próximas elecciones, Ehud Barak, anunciaron a los votantes que intentarán el repliegue de los soldados israelíes de Líbano.

Barak, líder del opositor Partido Laborista, prometió en repetidas oportunidades el repliegue de las tropas israelíes para junio del 2000, si gana las elecciones del próximo 17 de mayo.

La población israelí mantiene reservas frente a la situación en el sur de Líbano, donde en 1998 murieron 24 soldados, y otros 36 fallecieron en 1997. A ello se suman los seis militares caídos en los últimos días del mes pasado, entre los que se contaban un general y el jefe de una unidad especial de paracaidistas.

Hezbollah está mejorando notablemente sus técnicas de guerrilla, señalaron analistas militares. Incluso, oficiales del Cuerpo de Defensa de Israel (IDF) alabaron las tácticas de la guerrilla.

El IDF parece resignado a aceptar que no puede ganar una guerra contra los combatientes musulmanes chiítas, observaron los analistas.

En Tel Aviv aumentaron las manifestaciones contra lo que la población considera una ocupación inútil, ya que el propósito de garantizar la seguridad del norte de Israel no fue cumplido.

A falta de dos meses para las elecciones en Israel, cada paso y cada anuncio de los principales candidatos es seguido de cerca, tanto en Israel como en Líbano.

Netanyahu declaró previamente que estaba listo para ordenar el repliegue de tropas de Líbano, pero que sólo lo haría luego de que Beirut accediera al desarme de Hezbollah y desplegara tropas en el sur del país para impedir enfrentamientos fronterizos.

El gobierno libanés rechazó la propuesta, y exigió a Netanyahu la retirada incondicional de tropas, basándose en la resolución 425 de Naciones Unidas, aprobada en 1978.

Observadores políticos advirtieron que la estrategia libanesa es controlada desde Siria, que utiliza los ataques a las tropas israelíes en Líbano como una herramienta de negociación para liberar los Altos del Golán, que perdió en 1967 a manos de Israel.

"Cada vez que un líder israelí quiere sentirse fuerte o conseguir adhesión en la Knesset (parlamento), o cuando se acercan las elecciones (…) tocan los tambores de la guerra en Líbano", comentó el periódico libanés prosirio As-Safir. (FIN/IPS/tra- en/kg/mom/mk/mvf-ff/ip/99

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