El secretario general de la OTAN, Javier Solana, ordenó hoy el bombardeo de Yugoslavia luego del fracaso de las gestiones diplomáticas para que Belgrado acepte un acuerdo de paz con las fuerzas separatistas de la provincia de Kosovo.
El gobierno serbio decretó un "estado de peligro inminente" en preparación para el bombardeo, y el Parlamento de Serbia rechazó este martes por unanimidad la presencia de fuerzas militares de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en Kosovo, como lo exigen las potencias occidentales.
Estados Unidos y Gran Bretaña habían amenazado con atacar objetivos militares yugoslavos si Belgrado no cesa la represión contra los separatistas de Kosovo, y acepta la presencia militar extranjera en la provincia.
Con un voto de 204 a favor, cero en contra y una abstención, en un total de 250 bancas, el Parlamento serbio rechazó la presencia militar extranjera, pero no obstante abrió el camino a futuras negociaciones para un acuerdo de autonomía para Kosovo.
Serbia puede "examinar la naturaleza y el alcance de una presencia internacional en Kosovo" inmediatamente después de que se firme un acuerdo de autonomía que sea "aceptable para todas las comunidades nacionales de Kosovo", señaló la resolución.
El 90 por ciento de la población de Kosovo es de ascendencia albanesa, y el resto es serbia.
La discusión legislativa que duró todo el día se dedicó a las fracasadas negociaciones sobre Kosovo que tuvieron lugar en los últimos meses en París y Rambouillet, localidad próxima a la capital francesa.
El acuerdo propuesto entonces fue "escrito por los separatistas albaneses", dijo el presidente serbio Milan Milutinovic.
Cualquier plan de paz internacional impuesto con soldados extranjeros en Kosovo, "una parte inalienable de Serbia, significaría la pérdida del estado serbio", agregó.
En entrevista con un diario francés, Milutinovic dijo el lunes que el plan de Rambouillet fue "impuesto" y que las reservas serbias nunca fueron discutidas. "¿Cómo podemos firmar un documento que fue impuesto y cuyas disposiciones nunca fueron discutidas?", se preguntó.
Casi simultáneamente con la votación del Parlamento, el enviado especial estadounidense Richard Holbrooke partió de Belgrado, luego de dos días en que intentó sin éxito persuadir al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic de aceptar el plan o atenerse a los bombardeos aéreos de la OTAN.
Holbrooke dijo a los periodistas congregados en el hotel Hyatt de Belgrado que Milosevic no se había comprometido con ninguno de los puntos que Washington considera cruciales para resolver la situación.
Holbrooke explicó que Washington pretendía el cese de la operación militar que Belgrado lleva a cabo contra Kosovo, y que permitiera la presencia en la provincia de una fuerza dirigida por la OTAN, en acuerdo con lo pactado en Rambouillet.
"Una fuerza… que no estaría ni a favor ni en contra de grupo étnico alguno, sino a favor de la paz en la región", aseguró. Holbrooke no descartó nuevas gestiones diplomáticas.
"Las comunicaciones siempre están abiertas, incluso en tiempos de conflicto. El embajador (y negociador estaodunidense) Christopher Hill volverá a Skopje (Macedonia) y el resto de nosotros irá a Bruselas y Washington. Belgrado tiene su número telefónico", dijo Holbrooke.
En el bando occidental, sólo Estados Unidos y Gran Bretaña habían manifestado su disposición de bombardear a Yugoslavia, mientras Francia, Italia y Rusia, también integrantes del Grupo de Contacto para Yugoslavia, junto con Alemania, reforzaron sus gestiones para evitar el uso de la fuerza.
El parlamento ruso aprobó casi por unanimidad el martes una resolución que condena las amenazas de la OTAN y apela a la solidaridad con Yugoslavia, mientras el primer ministro Yevgeny Primakov canceló una visita a Washington y retornó a Moscú debido a la crisis.
El presidente estadounidense Bill Clinton y el primer ministro británico Tony Blair declararon este martes su firme intención de bombardear a Yugoslavia por razones "humanitarias", pero también advirtieron a sus pueblos que los combates provocarán bajas.
Mientras, informes que llegan a Belgrado indican que la convocatoria de las fuerzas militares de reserva se está llevando a cabo a una escala sólo comparable a la de la movilización de 1941, poco antes de que el régimen nazi de Alemania ocupara a Serbia.
La movilización incluye a refugiados serbios de Croacia y Bosnia, que hallaron refugio en Serbia a partir de 1991 y 1992, dijo Natasa Kandic, directora del Fondo de Ley Humanitaria, de Belgrado.
Kandic aseguró que las autoridades están convocando a hombres de 50 años de edad.
En octubre, la última vez que la OTAN amenazó con bombardear objetivos militares yugoslavos como medida contra la ofensiva del ejército contra las fuerzas separatistas de Kosovo, la población temía el posible bombardeo, pero esta vez la principal inquietud es la "guerra en tierra" con la OTAN, afirmó.
Pero la OTAN descartó la posibilidad de librar una guerra por tierra, y sus comandantes temen el alto precio militar y político que se debería pagar.
No obstante, un ataque aéreo por sí solo sería "inútil", dijo el coronel italiano Marco Bertolini, jefe del Estado mayor de las fuerzas de OTAN destacadas en Macedonia. "En parte debido a las condiciones en tierra, pero también porque después de Vietnam, Afganistán e Iraq, hemos aprendido de la historia", explicó.
"El mito de la fuerza aérea como un arma total es sólo eso, un mito", dijo Bertolini. Los bombardeos aéreos deben ser complementados por fuerzas terrestres que "son útiles para ocupar un territorio, no para lograr la paz", precisó. (FIN/IPS/tra-en/vpz/ws/ak/aq/ip/99