KOSOVO: OTAN ataca y Milosevic promete resistir

El presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, prometió defender su nación mientras la OTAN comenzaba hoy su ataque contra objetivos militares yugoslavos por el rechazo de Belgrado a aceptar un plan de paz para la provincia separatista de Kosovo.

En un discurso televisado este miércoles antes de que comenzaran los ataques de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), Milosevic declaró que lo que está en juego no es "sólo Kosovo, sino la libertad de todo un país", aseguró.

El líder destacó la unidad política que su gobierno de coalición mostró contra la presencia de soldados extranjeros en Kosovo, lo que quedó de manifiesto el martes con el rechazo unánime del Parlamento al ultimátum de la OTAN para que Belgrado firme el acuerdo negociado en Francia con los separatistas de origen albanés de Kosovo.

"Hemos demostrado que el país está unido, todo su pueblo, y que todos estamos a favor de la libertad y el desarrollo de nuestra nación. Defenderemos el país si es atacado", agregó Milosevic en su breve alocución.

Milosevic no excluyó la posibilidad de nuevas negociaciones, pero insistió que la "igualdad de toda la gente que vive en Kosovo, albaneses, serbios, musulmanes, turcos, gitanos y egipcios", debe ser considerada en toda conversación o acuerdo futuro.

Antes del ataque, la Iglesia Ortodoxa Serbia apeló a Occidente para que recapacitara antes de recurrir a la fuerza.

"Recordamos a todos los funcionarios responsables de la comunidad internacional que el mal en Kosovo o en cualquier parte del mundo no se puede erradicar con un mal aún mayor e inmoral, el bombardeo de una pequeña pero honorable nación europea", declaró la iglesia.

"La experiencia humana… y la última en el territorio de la ex Yugoslavia, muestra que la guerra y la violencia, sobre todo la violencia interétnica, sólo dejan a su paso tierras baldías y el infortunio general, con consecuencias espirituales, morales y sociales de largo alcance y heridas que no cierran", agregó.

"En este momento, cuando nos enfrentamos a amenazas y al peligro de los ataques de la OTAN, todos deberían continuar sus vidas cotidianas. La vida debe continuar como siempre en los sistemas de producción, los servicios de atención médica, la educación, las instituciones de cultura", exhortó Milosevic.

Pero la vida no transcurría como siempre en Belgrado ni Pristina, la capital de Kosovo. Los hospitales de Belgrado comenzaron a dar de alta a los pacientes que no necesitan cuidados intensivos, confirmaron fuentes médicas a IPS, "en preparación para lo peor".

Las calles del centro de Belgrado, por lo general atestadas, lucían vacías la tarde de este miércoles antes del ataque. Las estaciones de gasolina en Belgrado ya habían agotado sus reservas.

Los principales supermercados también están vacíos. En sólo un día, los clientes compraron todos los alimentos duraderos, el agua mineral, los jugos de frutas y las comidas enlatadas, por lo habitual abundantes.

La presión en los momentos previos al ataque resultaba intolerable para muchos habitantes de Belgrado. "Es increíble, este zig zag (con respecto a los ataques). Que comienzan, que no comienzan, que hoy, que mañana", dijo la jubilada Sladjana Matkovic.

"Tengo muchos amigos y familiares en el exterior. Mis hijos están en Canadá. Llaman constantemente preguntándonos cómo estamos. ¿Qué les puedo decir? Sólo puedo esperar", agregó.

Por la noche, el gobierno clausuró la principal radio independiente, B-92, una importante fuente de información, pero la estación siguió transmitiendo a través de la red informática Internet.

Mientras los bombarderos y los barcos de la OTAN partían de sus bases en Gran Bretaña e Italia, el ministro de Defensa ruso Igor Sergeyev advirtió que Serbia podría convertirse en "un Vietnam dentro de Europa".

El problema yugoslavo también reabrió las heridas entre Rusia y Estados Unidos. Moscú se alió firmemente con Belgrado contra lo que el canciller ruso Igor Ivanov calificó de "agresión" ante la cual Rusia no se mantendrá pasiva.

El jefe del estado mayor de las fuerzas de OTAN en Macedonia, el coronel italiano Marco Bertolini, declaró esta semana que "una guerra librada en los Balcanes, a pocos kilómetros de casa, sería el peor legado posible para dejar a la próxima generación".

En Italia, que se encuentra frente a Yugoslavia al otro lado del mar Adriático y será el principal trampolín para las fuerzas de la OTAN, el gobierno de centro-izquierda del primer ministro Massimo D'Alema está dividido sobre el tema, con comunistas y verdes opuestos al uso del territorio italiano para atacar a un vecino tan próximo.

El gobierno italiano formó una comisión para tratar el ingreso masivo de refugiados que se espera a raíz de la guerra entre las fuerzas de la OTAN y Yugoslavia.

En Belgrado, las autoridades municipales publicaron directivas para guiar a los ciudadanos ante los ataques aéreos.

Estas incluyen instrucciones con respecto a los refugios antiaéreos y los productos que la gente debe llevar consigo. Pero tras el fin de la guerra fría, la mayoría de los refugios se convirtieron en gimnasios, discotecas o depósitos y es un secreto a voces que la mayoría de las sirenas fueron desmanteladas.

Esa lista incluye agua, alimentos, mantas, baterías, transistores, documentos personales, dinero y provisiones médicas.

Según las instrucciones, la población sólo tendrá cinco minutos para reunir estos artículos e ingresar en los refugios desde que las sirenas anuncian los ataques y su realización.

Las autoridades también recomendaron a la población que desconecte la electricidad, el gas y el agua, y que dejen las ventanas abiertas antes de dejar sus hogares. (FIN/IPS/tra-en/vpz/ak/aq/ip/99)

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