KOSOVO: Oposición en Europa contra ataque de la OTAN

Los círculos políticos de Europa seguían divididos hoy frente a los ataques de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia en este tercer día de bombardeos.

El debate político en España, Gran Bretaña, Irlanda e Italia incluyó voces de discrepancia por los bombardeos aéreos iniciados el miércoles con el fin de cesar la represión de Serbia contra la población de ascendencia albanesa de la provincia separatista de Kosovo.

En Gran Bretaña, las primeras señales de oposición se escucharon el jueves en la cámara baja, cuando experimentados legisladores del gobernante Partido Laborista y, sorprendentemente, del opositor Partido Conservador se unieron a quienes cuestionan los ataques de la OTAN.

Los críticos del ataque de Estados Unidos y de sus aliados no sólo fueron los "sospechosos de siempre", o sea los legisladores de izquierda como el laborista Tony Benn. También manifestaron sus serias reservas ex funcionarios de los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores.

Entre quienes sorprendieron por sus críticas están Lord Carrington, ex canciller conservador y otrora secretario general de la OTAN, Alan Clark, ex ministro de defensa conservador, y Denis Healey, ex director de Defensa del Partido Laborista.

"Muchos efectivos británicos consideran al UCK (el rebelde Ejército de Liberación de Kosovo) un montón de matones profundamente involucrados en el narcotráfico que también están a cargo de varias operaciones de refugiados en este país", dijo Clark a la cámara baja.

"Creo que la política que nos condujo a dónde estamos ahora es errónea y mal concebida. Tengo los mayores recelos por el rumbo que nos fijamos", declaró ante la cámara alta Lord Carrington, quien renunció al cargo de canciller por la guerra por las islas Malvinas y dirigió la OTAN entre 1984 y 1988.

"No sé cómo va a terminar y no sé qué hará el gobierno si el bombardeo no consigue sus objetivos", agregó.

Dennis Healey, veterano de la segunda guerra mundial quien fue ministro de Defensa laborista entre 1964 y 1970, expresó por radio y televisión su oposición al ataque.

"La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce a Serbia como un país soberano. Recuerden que a menudo nos critican (a Gran Bretaña) por lo que hacemos en Irlanda del Norte con el Ejército Republicano Irlandés", dijo.

"Es un terrible error no consultar a la ONU al respecto. Cometimos un error al actuar con tanta premura y al comprometernos a una campaña prolongada, en la que otorgamos total poder de decisión no a los gobiernos de la OTAN, sino a los comandantes militares de la OTAN", sostuvo.

"¿Si se ataca a Yugoslavia por Kosovo, por qué no se ataca a Rusia por Chechenia? ¿Por qué no se ataca a Turquía por su guerra contra los kurdos?", preguntó Healey.

Analistas políticos destacaron que la acción bélica contra Yugoslavia dividió a la opinión política, en contraste con la unanimidad que prevaleció durante la guerra del Golfo (1991) contra Iraq.

La oposición al ataque de la OTAN es política, y no se limita a los matices estratégicos de quienes sostienen que el bombardeo aéreo es inútil sin un ataque por tierra que lo complemente.

Varios comentaristas políticos aseguran que el gobierno británico no cuenta con el apoyo del público por su participación en el ataque de la OTAN. Esta situación obligaría al primer ministro Tony Blair a enviar un mensaje televisado al país para justificar la medida.

En otros países de Europa, otras personalidades importantes también tienen sus reservas por el ataque.

"(El presidente yugoslavo Slobodan) Milosevic puede no gustarnos, pero el hecho es que es un presidente elegido democráticamente y reconocido internacionalmente, y este conflicto – no quiero hablar de una tercera guerra mundial sino de sus consecuencias imprevisibles- está en el corazón de Europa", advirtió en Lisboa el ex presidente portugués Mario Soares.

Soares acusó a la OTAN de actuar en forma unilateral. La alianza militar integrada por 19 países "no consultó a la ONU ni a Rusia, violando el derecho y el orden internacionales, lo que considero sumamente grave", agregó.

"Nuestra postura es que hubiéramos preferido la autorización de la ONU, pero en estas circunstancias, no podemos hacer observación alguna sobre esa situación en particular", declaró el canciller irlandés David Andrews, con respecto al ataque de la OTAN.

Irlanda, junto con Austria y Finlandia, apoyaban la resolución pacífica de la crisis y mantienen una posición de neutralidad en el conflicto con la OTAN. En España, legisladores socialistas criticaron al gobierno del centroderechista Partido Popular por enviar aviones de guerra sin consultar al Parlamento.

Observadores políticos dijeron que el ataque también podría desestabilizar a los gobiernos europeos y que causó tensión en la coalición de centroizquierda que gobierna Italia, incluso con ministros advirtiendo que abandonarán el gobierno si las fuerzas italianas no se retiran del ataque.

La sensación de impotencia de los legisladores europeos frente al ataque de la OTAN queda magnificada por el hecho de que los medios de comunicación occidentales minimizaron las condenas procedentes de todo el mundo a los bombardeos.

Los medios, sobre todo la televisión, prácticamente no informaron de las airadas protestas de los gobiernos de China, India e Indonesia, que representan en total a más de un tercio de la población mundial. (FIN/IPS/tra-en/dds/mk/aq/ip/99

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