KOSOVO: China apoya a Serbia temerosa de su propia balcanización

Los medios de comunicación oficiales de China lanzaron una fuerte campaña contra el ataque de la OTAN contra Yugoslavia, lo que refleja el temor de Beijing a que una intervención extranjera trate de dirimir sus propios conflictos étnicos internos.

China condenó con fuerza los ataques aéreos de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) contra Yugoslavia y brindó pleno apoyo al presidente de ese país, Slobodan Molosevic.

Beijing manifestó en ese sentido que "la soberanía y la integridad territorial" de Yugoslavia deben ser respetadas, frente a las demandas independentistas de los albaneses de Kosovo, similares a otras planteadas en el territorio chino, en especial en las provincias de Tibet y Xinjiang.

La televisión central de China combinó informes en vivo de Belgrado y Washington, presentando una imagen negativa de las acciones de la OTAN y diciendo que la alianza occidental aspira a ser "la policía internacional del siglo XXI".

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Sun Yuxi, dijo que para Beijing el conflicto en torno de la separatista provincia de Kosovo era "un problema interno del gobierno yugoslavo que debe resolverse a través de negociaciones políticas".

Sun pidió el cese inmediato de las acciones militares contra Yugoslavia y dijo que China, que intentó ayudar a resolver el conflicto por la vía pacífica, continuará trabajando en la misma senda.

Por primera vez en sus 50 años de existencia, la OTAN lanzó esta semana un ataque contra un país soberano. Los aliados tradicionales de Estados Unidos apoyaron los bombardeos aéreos dirigidos a destruir blancos militares serbios, pero China y Rusia criticaron la ofensiva militar.

Ambos países, miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con poder de veto, condenaron el ataque de la OTAN por estimar que viola la carta del foro mundial.

El bombardeo, con el que se amenazaba a Yugoslavia hace meses, se realizó luego de que prolongadas negociaciones diplomáticas no pudieron resolver de forma pacífica el conflicto en Kosovo.

Beijing se limitó a una simple denuncia formal del ataque sin proponer ninguna iniciativa diplomática adicional, al tiempo que lanzó una fuerte campaña interna para mostrar su enojo y desaprobación a la audiencia de su país.

El ataque de la OTAN a Yugoslavia dominó el principal servicio informativo televisivo del jueves, en el que el presidente Jiang Zemin y el ministro de Defensa, Chi Haotian, criticaron los ataques aéreos y pidieron la paz.

Jiang, en la segunda etapa de su gira por tres países de Europa, habló sobre el asunto en la ciudad italiana de Milán, en una cena ofrecida por el prefecto de Lombardía, Roberto Formigoni.

El presidente chino dijo estar "profundamente preocupado" por el estallido de la guerra en Yugoslavia y que "la intervención militar externa no puede resolver los asuntos internos de un país".

Su declaración fue seguida por la del ministro Chi, que dijo a una delegación de Suriname que estaba preocupado por la situación en los Balcanes y que los ataques aéreos podrían derivar en algo peor.

La República Federal Yugoslava perdió tres de sus cinco repúblicas anteriores a 1990 debido a fricciones étnicas y ahora está conformada sólo por Serbia y Montenegro.

La provincia de Kosovo, donde los habitantes de ascendencia albanesa superan en número a los serbios en una proporción de nueve a uno, está ubicada en el sur de Serbia. No obstante, también se la considera la cuna de la nación serbia.

El periódico oficial en lengua inglesa China Daily dedicó al conflicto toda su portada del viernes. El embajador yugoslavo en China consideró los ataques aéreos de la OTAN "el más vergonzoso crimen del siglo" en una entrevista concedida a ese diario.

La reacción de los medios de comunicación estatales a la ofensiva de la OTAN fue inusualmente fuerte, dejando ver la preocupación de Beijing de que algo similar pueda suceder en territorio chino.

China no puede ignorar fácilmente las similitudes entre las demandas de autogobierno de los habitantes de ascendencia albanesa de Kosovo en Yugoslavia y las de sus propias minorías.

Con 56 etnias minoritarias, China comparte las preocupaciones federales de Yugoslavia sobre los grupos étnicos separatistas.

La tensión entre las minorías étnicas y la mayoría china en la extensa provincia del Tibet y la provincia musulmana de Xinjiang ocasionó violentos enfrentamientos en algunas oportunidades.

Este año Beijing está aún más sensible a los conflictos étnicos, pues se cumple el 40 aniversario del levantamiento en Tibet contra el gobierno comunista chino, que fue reprimido y obligó a partir al exilio a miles de tibetanos, ientre ellos a su líder espiritual, el Dalai Lama.

El ataque a Yugoslavia liderado por Estados Unidos es otro asunto conflictivo que complica aún más la primera visita a Estados Unidos del primer ministro chino, Zhu Rongji.

Zhu, cuya visita a Washington está programada para la segunda semana de abril, ya tenía la difícil tarea de encauzar las tensas relaciones entre Estados Unidos y China.

En los últimos meses, el diálogo entre Washington y Beijing iba cuesta abajo como consecuencia de las acusaciones estadounidenses de que China robó su tecnología nuclear y por las enérgicas medidas de Beijing contra la disidencia.

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, dijo que lob bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia continuarían hasta que Belgrado aceptara las demandas occidentales de paz en Kosovo.

El gobierno yugoslavo anunció el rompimiento de relaciones diplomáticas con Alemania, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña por su participación en los ataques aéreos.

Sin embargo, Belgrado no dio señales de reconsiderar su negativa a aceptar el plan occidental para Kosovo, que incluye la admisión de tropas de la OTAN dentro de Yugoslavia para hacer cumplir el acuerdo de paz propuesto, que da amplios poderes de autonomía a la provincia.

En Washington, Clinton dijo que el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, "debe elegir la paz o limitaremos su capacidad de hacer la guerra".

El ataque tiene la finalidad de destruir la capacidad de maniobra de 40.000 soldados que Milosevic concentró en Kosovo y sus alrededores para oponerse a los rebeldes separatistas.

Más de 2.000 personas murieron y cientos de miles fueron obligados a huir de sus hogares en el pasado año de lucha entre las tropas yugoslavas y los rebledes del Ejército para la Liberación de Kosovo. Representantes de la mayoría albanesa de la provincia ya firmaron el plan de paz occidental. (FIN/IPS/tra- en/ab/ral/at/mj/ip/99

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