KOSOVO: Bombas anteceden negociaciones de paz

Varias bombas mataron e hirieron hoy a numerosas personas en dos pueblos de Kosovo, la separatista provincia de Yugoslavia, dos días antes de que comience en París la segunda ronda de negociaciones entre los rebeldes y Belgrado.

El Centro de Información Albanés de Kosovo informó que una bomba detonó en un mercado en Kosovo Mitrovica, al noroeste de la capital, Pristina, provocando la muerte a dos personas e hiriendo a muchas más.

Una hora antes, dos bombas explotaron en Podujevo, al norte de Pristina.

El viernes, los rebeldes hirieron a tres policías serbios, incluso a uno que había ido a buscar a su hijo en un jardín de infantes. Siete rebeldes fueron muertos en operaciones de "limpieza" de fuerzas serbias en el sur de Kosovo, según observadores internacionales.

Mientras, Yugoslavia rechazó la presencia de soldados extranjeros en Kosovo, como lo exigen las naciones occidentales.

El presidente Slobodan Milosevic "rechazó decisivamente la posibilidad de la presencia de militares o policías extranjeros en Kosovo", declaró el canciller ruso Igor Ivanov luego de su reunión con el líder yugoslavo en Belgrado.

Grecia y Rusia, que mantienen buenas relaciones con la también cristiana ortodoxa Serbia, pretendían tener mejor suerte que el enviado de Estados Unidos Richard Holbrooke, quien no logró que Milosevic aceptara la presencia en Kosovo de una fuerza extranjera armada.

Milosevic declaró en su encuentro con el canciller griego George Papandreou que "no hay necesidad de fuerzas de paz".

La cuestión de la fuerza de paz fue un elemento clave en el plan de los seis países del "grupo de contacto" que será discutido cuando los grupos en pugna se reúnan el lunes en Rambouillet, próxima a París. Las negociaciones previas se suspendieron en esa localidad el 23 de febrero.

Milosevic dijo a Ivanov el viernes que estaba preparado para otorgar el autogobierno a Kosovo, pero el rebelde Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) exige la presencia de fuerzas extranjeras como el precio para desarmarse y aplazar su objetivo de obtener la independencia inmediata para Kosovo.

Los rebeldes indicaron en reiteradas ocasiones su voluntad de firmar el plan de paz propuesto en Rambouillet, "a pesar de sus fallas y defectos", pero no lo han hecho.

"Los intentos de condicionar un acuerdo político (sobre Kosovo) a que nuestro país acepte fuerzas extranjeras, que no tienen nada que hacer en nuestro territorio, son inaceptables", señalaban los comunicados emitidos por la oficina de Milosevic.

Para Richard Holbrooke, quien pasó más de ocho horas hablando con Milosevic el miércoles, esa posición coloca a Yugoslavia en un "rumbo de colisión" con la comunidad internacional.

Ivanov no hizo comentarios sobre un mensaje personal del presidente ruso Boris Yeltsin que le entregó a Milosevic.

Según informes de la prensa independiente serbia desde Moscú, el mensaje, además de destacar la necesidad de que las conversaciones de Kosovo deben reanudarse este lunes, y de que se debe aceptar el plan político que propone el Grupo de Contacto, agregó que Belgrado debe "considerar" la presencia de fuerzas extranjeras "en una forma y un marco" que le sean aceptables.

Danas, un diario independiente de Belgrado, informó, según fuentes en Moscú, que Rusia sugiere la presencia de una fuerza con participación rusa encabezada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, y no por la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

El UCK demora en firmar el plan de paz, lo que socava las esperanzas de Occidente de ejercer la mayor presión posible sobre Milosevic.

"Milosevic logró no conceder nada a Kosovo gracias en parte a la falta de voluntad de algunos dirigentes del UCK para firmar el acuerdo", dijo un diplomático.

El enviado de la Unión Europea a Kosovo, Wolfgang Petritsch, dijo el jueves a la prensa de Belgrado que se había comunicado con Hasim Thaqi, jefe político del UCK, y que los guerrilleros estaban "a punto" de firmar el acuerdo.

Mientras, las autoridades serbias siguen adelante con sus operativos contra el UCK, considerada por Belgrado como una organización terrorista. El Ministerio del Interior serbio anunció esta semana que siguen vigentes las órdenes de arresto contra ocho altos dirigentes del UCK.

Los ocho, entre ellos Jakup Krasniqi, portavoz del UCK, Rame Buja, miembro del equipo político del UCK y Hashim Thaqi, integraron la delegación de origen étnico albanés que asistió a Rambouillet en febrero.

Algunos ya fueron condenados en ausencia por actividades criminales como asesinato, secuestro o ataques contra militares o policías. Los mismos viajaron a Francia en febrero sólo después de obtener garantías internacionales por su seguridad. (FIN/IPS/tra-en/vpz/mom/mk/aq/ip/99

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