KOSOVO: Ataque siembra dudas sobre la OTAN del próximo siglo

El papel de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el próximo siglo es una incógnita cuya respuesta se torna más esquiva, a medida que continúan los bombardeos de la alianza sobre blancos en Yugoslavia por el conflicto en Kosovo.

Lo que también está en duda es el papel que los 15 miembros de la OTAN, en especial aquellos con mayor poderío económico y militar, pretenden asignar a la Organización de las Naciones Unidas, el foro mundial creado hace más de 50 años para dirimir de forma pacífica los conflictos entre países.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó que comprendía que la fuerza habría sido necesaria, pero afirmó que el Consejo de Seguridad de su organización debió haber sido involucrado en cualquier decisión.

"El Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz internacional y la seguridad. Eso está reconocido en el Tratado del Atlántico Norte de manera explícita", dijo Annan en la sede de la ONU, en Nueva York.

Sus declaraciones se produjeron antes que el Consejo de Seguridad comenzara su reunión de emergencia por pedido de Rusia que, juntamente con China, otro de los cinco miembros permanentes del organismo, exigió el cese de los bombardeos de la OTAN.

La OTAN fue creada durante la guerra fría (1947-1991) para disuadir cualquier agresión del bloque comunista liderado entonces por la hoy disuelta Unión Sovietica contra naciones democráticas encabezadas por Estados Unidos. La alianza celebrará su 50 aniversario a fines de abril en Washington.

La pregunta ante la primera ofensiva de la OTAN contra un estado soberano es si la alianza occidental se apresta ahora a asumir el papel de "gendarme internacional" en ausencia de instrumentos eficaces para gobernar a un mundo en rápida globalización.

En contraste con los ataques encabezados por Estados Unidos en 1991 para obligar a Iraq a retirarse de Kuwait, los últimos bombardeos pretenden persuadir a Yugoslavia a aceptar tropas de la OTAN en su territorio para vigilar el acatamiento de un plan de paz en la separatista provincia de Kosovo.

En el mundo diplomático, muchos se preguntan hasta dónde pueden llegar Estados Unidos y la OTAN en sus presiones a jefes de Estado y de gobierno para que acaten las normas universales de civilización.

"Yo no puedo hacer objeto de torturas a mi familia y luego decir que mi casa es mi baluarte, pero esto no quiere decir que acepte a la OTAN como policía mundial. Necesitamos desarrollar instrumentos idóneos de gobernabilidad global", dijo un diplomático africano acreditado en Bonn.

Este diplomático, así como otros de Africa y Asia, continentes cuyos límites nacionales fueron trazados con arbitrariedad, comprende los motivos detrás de los bombardeos de la OTAN contra Serbia, la mayor de las cinco repúblicas que constituyeron la República Federal Yugoslava, en la que permanecen solo dos.

"Nuestras acciones están dirigidas contra la política represiva del gobierno yugoslavo, que se niega a respetar normas civilizadas de conducta en Europa al finalizar el siglo XX", declaró el jueves en Bruselas el secretario general de la OTAN, Javier Solana.

El canciller (jefe de gobierno) de Alemania, Gerhard Schroeder, dijo en un discurso televisado que "la comunidad internacional no puede sentarse a observar la tragedia humanitaria que ocurre en esta parte de Europa".

Aviones alemanes estuvieron en acción en los Balcanes junto con otros de Gran Bretaña, Canadá, Francia, Italia y Holanda. Es la primera vez desde el fin de la segunda guerra mundial (1939-1945) que Alemania se une a sus aliados de la OTAN como participante activo en un conflicto bélico.

La decisión del gobierno alemán contó con amplia aprobación, en una votación parlamentaria el jueves. Todos los partidos de la coalición de gobierno encabezada por los socialdemócratas y que incluye a partidos ambientalistas y antinucleares apoyaron el ataque, así como la mayoría de la oposición.

Como actual presidente de la Unión Europea, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joshka Fischer, del Partido Verde, trató en vano de persuadir al gobierno yugoslavo de que aceptara el plan de paz del enviado de Estados Unidos Richard Holbrooke.

El principal rechazo a los ataques en Alemania procedió del opositor Partido del Socialismo Democrático (PDS), heredero de los comunistas que estuvieron al frente de la extinta República Democrática Alemana durante 40 años hasta la reunificación del país en 1990.

El motivo de la OTAN, compartido por Alemania y otros gobiernos aliados, es que desde febrero murieron 2.000 personas en la lucha entre las fuerzas serbias y los rebeldes independentistas de Kosovo, provincia de población 90 por ciento albanesa.

El presidente de Yugoslavia, el nacionalista serbio Slobodan Milosevic, insiste en que Kosovo es una parte inseparable de Serbia.

Tras prolongadas negociaciones, los albaneses en Kosovo accedieron a firmar un plan de paz que les habría dado amplia autonomía política a la provincia, pero manteniéndola dentro de Serbia.

El gobierno de Belgrado vetó una parte esencial del acuerdo porque consideró que la presencia de tropas de la OTAN en Kosovo para vigilar el cumplimiento del plan de paz violaba la soberanía del país.

A pesar de la amenaza de acciones militares, Belgrado mantuvo su intransigencia. Solana declaro el jueves que "la responsabilidad de la crisis recae sobre el presidente Milosevic".

El secretario de la OTAN aseguró a la prensa en Bruselas que los ataques aéreos estuvieron dirigidos "contra blancos militares cuidadosamente seleccionados y se concentraron en la red de defensa antiaérea de la República Federal Yugoslava".

"Estamos decididos a continuar hasta que hayamos alcanzado nuestros objetivos: frenar la violencia y conjurar cualquier futura catástrofe humanitaria", agregó Solana.

El funcionario reafirmó la posición adoptada por el presidente estadounidense Bill Clinton, quien expresó a sus connacionales en un mensaje televisado que "si el presidente Milosevic no quiere hacer la paz, nosotros limitaremos su capacidad de hacer la guerra".

La gran interrogante, en ese caso, es hasta qué punto Rusia y China soportarán la situación sin intervenir. Moscú, por ejemplo, considera la posibilidad de romper el embargo a la entrega de armas que pesa sobre Yugoslavia.

En una entrevista a un periódico local, el general retirado alemán Gerd Schmueckle advirtió que Rusia "sigue siendo la segunda potencia nuclear en el mundo y desea continuar siéndolo". (FIN/IPS/tra-en/raj/mk/ego/mj/ip/99

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