IRAN: Primera visita de un presidente islámico a Occidente

Mohammad Jatami comenzará este martes una visita de tres días a Italia, la primera que un presidente de Irán realiza a Occidente desde la Revolución Islámica hace 20 años.

Jatami ha cortejado a inversores extranjeros y a gobiernos con la promesa de negocios buenos y seguros, en procura de acabar con el aislamiento que sufre Irán desde el triunfo de la Revolución Islámica conducida por el ayatollah Ruollah Jomeini en 1979.

El mandatario propuso en septiembre, en la sesión inaugural de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un "diálogo entre civilizaciones" con el fin de asegurar libertad y justicia para todos los países, en un discurso que fue recibido con aclamaciones.

La ONU declaró el 2001 "año del diálogo entre civilizaciones", y se prevé que Jatami abra su proceso en tal sentido en sus tres días de conversaciones en Roma con líderes italianos, entre ellos con el presidente Luigi Scalfaro.

Le acompañan en su visita los ministros de Relaciones Exteriores, Kamal Jarrazi, de Energía, Habibullah Bitaraf, y de Vivienda y Desarrollo Urbano, Eshaq Jahangiri, entre otros altos funcionarios.

Jatami también se reunirá con el papa Juan Pablo II, en un puente que intentará tender entre el mundo islámico y el católico.

Lo que el presidente iraní se propone en este viaje es un desafío a la teoría del escritor estadounidense Samuel Huntington, quien en su libro "El choque de civilizaciones y la redefinición del orden mundial" afirma que los conflictos mundiales responden en gran medida a las pertenencias religiosas.

Los diarios iraníes publicaron informes sobre las protestas de parlamentarios conservadores italianos que reclaman la cancelación de la visita porque Jatami lidera "una dictadura medieval".

Jatami, que es un clérigo musulmán, tiene el respaldo abrumador de los moderados, tecnócratas e izquierdistas en Irán, y sus allegados derrotaron a los islámicos de línea dura en las últimas elecciones municipales, en las que participaron tres cuartas partes de los ciudadanos habilitados.

Los periódicos iraníes calificaron la visita a Italia de "importante paso en la relación con Europa".

Las relaciones entre Teherán y los países de Europa fueron complicadas, sobre todo luego de que un tribunal alemán condenó en agosto de 1997 a cuatro iraníes por el asesinato de opositores a la Revolución Isláamica en Berlín en 1992.

Pero los intereses comerciales prevalecieron sobre la política. Una misión italiana fue la primera visita oficial a Teherán desde Europa. El canciller (jefe de Estado) de Alemania, Gerhard Schoeder, invitó en enero a Jatami a visitar su país.

Irán procura atraer inversiones extranjeras, en particular en el sector petrolero, pues perdió posiciones respecto de otras naciones del Golfo a causa de las sanciones estadounidenses.

"Tenemos una sola condición para establecer relaciones con otros países: mantener la independencia. Rechazaremos las presiones", dijo Jatami al ministro de Comercio de Australia, Tim Fischer, quien visitó Teherán.

Irán comenzó hace tres años un proceso de apertura de su nacionalizado sector energético después de prohibir a las compañías extranjeras participar en este rubro. La apertura se aceleró tras la asunción de Jatami, en octubre de 1997.

En 1998, el gobierno sometió 30 proyectos de petróleo y gas en las zonas del Golfo y del Mar Caspio a licitación internacional.

Las compañías petroleras Elf Aquitaine, de Francia, y ENI, de Italia, no acataron las sanciones de Estados Unidos contra Irán y firmaron el 1 de marzo un contrato por nueve años para aumentar la producción en el yacimiento marítimo del norte del Golfo, el que funciona hace más tiempo en el país.

Washington, que acusó a Iran de fomentar el terrorismo, impuso un embargo económico unilateral a Teherán en 1995 y aprobó en 1996 la Ley de Sanciones contra Irán y Libia contra todo país que invirtiera más de 20 millones de dólares en esos países.

Pero las amenazas no detuvieron a las petroleras. El grupo francés TOTAL, en sociedad con Gazprom, de Rusia, y Petronas, de Malasia, fue el primero en negociar un proyecto por 2.000 millones de dólares para desarrollar para el 2007 el gran yacimiento de Pars del sur.

Estados Unidos finalmente exceptuó al proyecto de las sanciones, debido a la intensa presión internacional, y varias compañías petroleras interpretaron la marcha atrás como señal de que Washington no tenía voluntad ni respaldo para aplicar esas sanciones.

En febrero, Irán anunció que había acordado un negocio por 200 millones de dólares con la firma canadiense Bow Valley y la británica Premier Oil para desarrollar el yacimiento marítimo de Balal.

Así mismo, la compañía británica-holandesa Shell anunció su interés en trabajar con Irán.

Irán, el mayor productor de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo detrás de Arabia Saudita, depende de sus exportaciones de crudo para obtener más de 80 por ciento de sus ingresos en moneda fuerte, y resultó perjudicado por la caída mundial de los precios internacionales del producto.

La aguda caída de los ingresos dejó a Irán con un déficit presupuestal de 5.000 millones de dólares y en enero, el gobierno aprobó un aumento de 75 por ciento en el precio del petróleo. (FIN/IPS/tra-en/mt/an/mj-aq/ip if cr/99

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